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El país|Miércoles, 23 de enero de 2013
Ayer, a los 92 años, falleció Zulema Castro de Peña

El adiós a una Madre platense

La Unión por los Derechos Humanos informó el deceso de Zulema Castro, integrante de Madres de Plaza de Mayo de La Plata. Sus hijos Jesús e Isidoro, militantes del PRT, fueron secuestrados en 1978 por la dictadura y sus restos fueron identificados en 2007.

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Zulema dedicó su vida a la memoria y a la búsqueda de justicia, destacó la Unión por los Derechos Humanos.

Zulema Castro de Peña, integrante de Madres de Plaza de Mayo de La Plata, falleció ayer, a los 92 años. Zulema se había sumado a la lucha de los organismos de derechos humanos a mediados de 1978, cuando el Ejército secuestró a sus hijos Jesús e Isidoro, militantes del Partido Revolucionario de los Trabajadores, vistos en cautiverio en los centros clandestinos El Banco y El Olimpo. Ambos fueron asesinados en un vuelo de la muerte, pero el mar devolvió sus cuerpos a las costas bonaerenses, fueron enterrados como NN y el Equipo Argentino de Antropología Forense los identificó en 2007. La Unión por los Derechos Humanos de La Plata informó ayer que Zulema murió a las 8.20, que no habrá velatorio y que sus restos serán cremados hoy, cuando llegue al país su hija, que vive en el exterior. El organismo destacó que Zulema dedicó su vida a la memoria y a la búsqueda de verdad y justicia.

Jesús Pedro Peña, Eloy para sus compañeros, había nacido el 29 de junio de 1942. Estaba casado y había estudiado Sociología en La Plata, hasta que se radicó con su familia en Buenos Aires. Trabajaba en el puerto y vivía en un piso 19º de un edificio de Retiro. Fue secuestrado en La Plata el 27 de junio de 1978, a dos días de cumplir 36 años. Su hermano menor, Isidoro Oscar, había nacido el 19 de septiembre de 1948, y se estima que fue secuestrado el 10 de julio. Isidoro, Ramiro para sus compañeros del PRT, también se había casado, era técnico electrónico, estudiaba Ingeniería y trabajaba en Buenos Aires: vendía libros y casetes de cursos de inglés. Igual que su hermano, estuvo secuestrado en El Banco, donde aprovechaba para ver a Jesús cuando lo hacían barrer los pasillos, y luego en El Olimpo.

En diciembre de 1978 el mar arrojó en playas bonaerenses varios cadáveres, que fueron enterrados como NN en los cementerios de General Lavalle, General Madariaga y Villa Gesell. Por el cotejo de las huellas dactiloscópicas efectuado por la policía bonaerense, el EAAF identificó a Jesús. Con ese dato, sumado a los testimonios de sobrevivientes sobre el último “traslado” del Olimpo a principios de diciembre de 1978, los antropólogos trabajaron sobre la hipótesis de que todos los cuerpos fueran de ese grupo de cautivos. Finalmente, en 2007, identificaron a nueve desaparecidos, incluidos los hermanos Peña. Un informe de la época del Departamento de Estado norteamericano detalla gestiones realizadas ante la aparición de los cuerpos por tres Madres de Plaza de Mayo, y una investigación de un enviado del diario Clarín, que fue archivada cuando un llamado de la oficina de prensa de la dictadura alertó sobre la “inconveniencia” de publicarla.

Dos años antes, Zulema había perdido a su esposo Isidoro Jesús Peña, cofundador de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de La Plata e integrante de su consejo de presidencia. Por su trayectoria en la defensa y promoción de los derechos humanos, el Concejo Deliberante de La Plata declaró a Peña como ciudadano ilustre en noviembre de 2004.

“Zulema se despierta antes de las seis de la mañana y, como está ‘un poco dura’, hace ejercicios en la cama antes de levantarse”, relató el periodista Miguel Graziano en una crónica sobre el cumpleaños 90 de la Madre platense. “Entonces toma conciencia que tiene que seguir, ‘seguir con esta voz’, dice, por la voz de la denuncia, la voz de una mujer que sabe lo que pasó y tiene que contarlo”, apuntó el periodista en el diario Diagonales el 28 de julio de 2010, cuando Zulema celebró en el Café de las Artes de La Plata junto a sus compañeras, con quienes durante la dictadura “se colaba en los colectivos que iban a Buenos Aires para poder decir presente en las marchas de los jueves de la Plaza de Mayo”.

El 13 de diciembre último, cuando la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Municipalidad de La Plata colocó Baldosas por la Memoria para recordar la casa de Calle 9 donde vivieron Jesús e Isidoro, Zulema recordó que sus hijos “eran íntegros, tenían pasión por la justicia, por la verdad, por la solidaridad, por ayudar al otro, por ser colaboradores con los amigos”. “Eran buenos de por sí, como padres, como hijos, como amigos. Les gustaba mucho la lectura”, apuntó. “En su momento, su padre les dijo que estaban en peligro, que estaban secuestrando y matando a sus amigos y conocidos, pero ellos respondieron que no iban a huir como ratas que dejan el barco”, contó Zulema. Sus restos serán cremados hoy, cuando su hija Zulema llegue desde Suiza.

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