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El país|Miércoles, 13 de febrero de 2013
Mauricio Macri apela a figuras mediáticas para apuntalar su proyecto presidencial

Con poca estructura y algunos famosos

El PRO salió a reclutar personajes “con popularidad a nivel nacional” para sumar a sus listas de candidatos. Analistas políticos sostienen que constituye una muestra de debilidad del macrismo y que no es bueno para el sistema de partidos.

Por Sebastian Abrevaya
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Macri defendió la incorporación de famosos y dijo que es un “buen ejemplo” para otros ciudadanos.

Entre un 15 y un 20 por ciento de los votos en la provincia de Buenos Aires; un primer puesto (o segundo cabeza a cabeza) en Santa Fe; unos 11 puntos en Córdoba; uno o dos diputados nacionales en Mendoza; una apuesta con Alfredo De Angeli en Entre Ríos y, como broche final, una victoria clara en la Ciudad de Buenos Aires. Ese es el escenario político con el que se entusiasman los principales estrategas del PRO para dejar sembrada la candidatura presidencial de Mauricio Macri de cara al 2015. Y para llegar a cumplir ese objetivo, los instrumentos ya están armados: recolectar “figuras con popularidad a nivel nacional”, articulados en un discurso de “renovación”. El ex árbitro Héctor Baldassi, el hermano de Emanuel Ginóbili, el ex piloto Alejandro Ramos, el periodista deportivo Walter Queijeiro son algunas de las flamantes incorporaciones del macrismo. “Es un buen ejemplo y un aliento para que otros ciudadanos se animen a incursionar en la política y le generen al país las mejores condiciones para el desarrollo y la felicidad de todos los argentinos”, sostuvo Macri en las últimas semanas, cuando prometió armar el mejor equipo de gobierno desde la presidencia del radical Arturo Frondizi.

Enfocado en los distritos más grandes del país, el macrismo buscó armar un equipo de figuras mediáticas o deportivas para reemplazar la falta de desarrollo político territorial propio. La estrategia tiene como mayor exponente al humorista Miguel Del Sel, que fue sorpresa en Santa Fe en 2011. Uno de los estrategas del PRO le detalló a Página/12 que la nómina de figuras “ya está cerrada” y que el objetivo es posicionarse como alternativa nacional a partir de un buen resultado en esos pocos pero relevantes distritos.

“Todos ellos eligieron meterse en política porque creen en un futuro mejor, a pesar de que tienen mucho para perder”, afirmó Macri cuando presentaba a una de sus incorporaciones. En declaraciones radiales, el ministro de Gobierno porteño, Emilio Monzó, había dado algunos detalles de los requisitos para ser candidato: “El primer condicionante para poder triunfar frente al kirchnerismo es tener figuras con popularidad a nivel nacional. La segunda condición es la credibilidad, si a esa figura le creen o no le creen en la sociedad. Después siguen otros valores”, explicó Monzó. Fuentes del PRO adelantaron que en marzo habrá una suerte de lanzamiento de campaña, que incluirá a las nuevas figuras y la presencia central de Macri. “La idea es que Mauricio va a hacer el esfuerzo descomunal de estar junto a todos los candidatos. Los va a acompañar y va a poner en juego su figura”, explicó uno de los responsables del armado.

En Córdoba la campaña girará en torno de Baldassi. Si bien siguen de cerca los movimientos de todos los actores políticos de la provincia, en particular del gobernador José Manuel de la Sota, en el PRO aseguraron que el ex árbitro será su primer candidato a diputado nacional. Ante la ausencia de un candidato taquillero que encabece en la provincia de Buenos Aires, el macrismo consiguió algunos de menor escala como Leandro Ginóbili, hermano del basquetbolista de la NBA, Manu Ginóbili, que se autodefine como “opinólogo profesional” y “amante del básquetbol”, según su cuenta de Twitter. Sin llegar a lucirse como jugador en las catorce temporadas en que compitió, el hermano de Manu se desempeña como comentarista en TV. Ahora será candidato en Bahía Blanca. La otra candidatura bonaerense es la de Eduardo “Lalo” Ramos, corredor del Turismo Carretera, que aspira a una banca de legislador provincial.

Un caso particular es el del Colorado Carlos Mac Allister, que conoció a Macri cuando el jefe de Gobierno era presidente de Boca. De cuna política, José, el padre del Colorado, fue fundador del Movimiento Federalista Pampeano. Fuentes del PRO aseguraron que la candidatura del ex defensor en La Pampa no está confirmada. “Son pocos electores y el riesgo es muy grande porque son 200 mil electores mientras que una sección electoral de la provincia de Buenos Aires tiene el doble”, explica un operador macrista. En Mendoza el plan es acordar con “los gansos”, del Partido Demócrata, aunque sin aportar una figura de renombre. En cambio, en Entre Ríos la apuesta es por el ruralista Alfredo De Angeli, catapultado al estrellato durante el conflicto con las patronales agropecuarias.

Más allá de la efectividad o no de esta estrategia, distintos analistas y politólogos consultados por Página/12 coincidieron en que se trata de una muestra de “debilidad” del macrismo, que no logró extenderse políticamente fuera de la Capital Federal. “No es una novedad, hay muchos antecedentes. Hay éxitos y fracasos. Lo que esto demuestra es que el PRO es un partido muy corto, municipal, con pocos equipos o dirigentes. Reafirma una idea de hacer política con nombres de famosos más que con partidos y dirigentes propios. Una construcción de arriba para abajo y no de abajo para arriba, no es con la gente y en el territorio”, explica el sociólogo Luis Alberto Quevedo.

En el mismo sentido, Mario Riorda, ex decano de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Católica de Córdoba, sostiene que “un partido de candidatos mayoritariamente outsiders no es una buena señal para el sistema de partidos, con independencia del resultado o performance electoral que pudiesen tener”. De todas maneras, Riorda aclara que no necesariamente la aparición de outsiders es algo malo, sino que el éxito de estas experiencias depende del equipo político y profesional que los rodee o de la pertenencia a partidos consolidados y con fortaleza organizativa, algo que el PRO no ha conseguido. “Representan un verdadero acorte de distancias a la generación de una estructura partidaria que, a juzgar por el tiempo que el PRO está en el poder y las ambiciones de Macri, ha sido un verdadero fracaso, territorial y organizativamente hablando”, remata el politólogo cordobés.

La doctora en Ciencia Política María Esperanza Casullo enmarca el fenómeno dentro de las características propias del “populismo liberal” o neopopulismo, característico de los ’90 o del modelo italiano de Silvio Berlusconi, en detrimento del modelo liberal clásico, también presente en el PRO. Casullo agrega que “al no venir de la política es mucho más probable que rompan con las estructuras”, provocando problemas para el sistema de partidos e incluso para una eventual gobernabilidad.

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