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Supo que iba a ser trasladada a una cárcel común e intentó suicidarse. Susana Freydoz, condenada a 18 años de prisión por haber asesinado a su esposo, el gobernador de Río Negro Carlos Soria, trató ayer de quitarse la vida con la ingesta de pastillas tras conocer su nuevo destino. Según su abogado, Alberto Ricchieri, la mujer trató de matarse en la sala de salud mental del Hospital de Cipolletti, donde se encuentra alojada. Y agregó que su estado es grave pero estable. En tanto, el Ministerio de Salud de Río Negro publicó un comunicado en su página web en el que precisó que Freydoz “en circunstancias que se investigan habría ingerido una dosis indebida de medicamentos”.
El informe oficial precisó que “inmediatamente el personal afectado a su cuidado y en especial el servicio de clínica médica atendieron esta situación de acuerdo a lo que el protocolo indica en estos casos”. Y concluyó que la mujer “permanece internada en su sala habitual con control permanente y sus parámetros vitales se encuentran estables”.
Horas antes, la Cámara Primera Criminal de General Roca había dispuesto que Freydoz fuera trasladada a una cárcel del Servicio Penitenciario provincial para cumplir los 18 años de prisión por el homicidio de su esposo. Desde que fue condenada el 20 de noviembre pasado, la mujer cumple su condena en la sala de salud mental del hospital de Cipolletti, donde fue internada un mes después de asesinar a Soria de un disparo en la cara en la chacra familiar de General Roca, el día de Año Nuevo de 2012. La Cámara, integrada por los jueces Carlos Gauna Kroeger, María García Balduini y Fernando Sánchez Freytes, dispuso el traslado de la condenada a una cárcel común luego de analizar el dictamen de una junta médica forense, que estableció que podía continuar el tratamiento psiquiátrico en forma ambulatoria.
Freydoz fue condenada como autora de “homicidio calificado por el vínculo agravado por la utilización de arma de fuego con circunstancias extraordinarias de atenuación” el 20 de noviembre de 2012. Por mayoría de los jueces Kroeger y Sánchez Freytes, la Cámara consideró como atenuante que la relación que mantenían Freydoz y Soria estaba deteriorada y que existía maltrato mutuo. En cambio, la jueza García Balduini votó en disidencia, rechazó las circunstancias atenuantes, opinó que el crimen “encuadra en la figura de magnicidio” y consideró que la pena debió ser de prisión perpetua.
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