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El país|Viernes, 27 de junio de 2003
LA COMISION AVANZA CONTRA NAZARENO Y ANALIZA QUE VIENE DESPUES

A fijar turno para Moliné O'Connor

Los diputados agregaron seis cargos contra el presidente de la Corte. Ya discuten cuándo empezar un juicio político contra Moliné O’Connor. Algunos quieren esperar, el gobierno apura.

Por Felipe Yapur
A pesar de la solitaria resistencia esgrimida por el menemismo, la Comisión de Juicio Político no sólo decidió emitir dictamen acusatorio contra Julio Nazareno para la semana próxima y solicitar su debate en el recinto para el 10 de julio, sino que además le corrió traslado al cortesano de los nuevos seis cargos que surgieron y que deberá responder en persona el próximo jueves. Mientras tanto, los bloques debaten sobre la estrategia a seguir una vez superado el caso Nazareno. En el oficialismo hay dos posturas. Una de ellas sostiene que antes de continuar con otro miembro de la Corte es preciso poner en marcha el mecanismo de selección de nuevos jueces. La otra tesis, a la que adhieren algunos miembros del gabinete nacional, sostiene la necesidad de avanzar inmediatamente contra otro de los integrantes de la mayoría automática menemista, y todos los cañones apuntan Eduardo Moliné O’Connor.
Cada uno de los integrantes de la comisión recibió el extenso descargo que Nazareno entregó por escrito. Casi sin debatir, los legisladores rechazaron la recusación planteada por el cortesano contra aquellos diputados que son abogados. Los argumentos fueron similares a los que se plantearon el año pasado cuando la totalidad de los supremos plantearon una recusación similar.
Nazareno les atribuyó a los legisladores “cierta cuota de ignorancia” y “finalidad política” al proceso iniciado para destituirlo. El presidente de la comisión, Ricardo Falú, consideró esos argumentos como una serie de “adjetivos descalificadores” y “expresiones destempladas”. Indicó además que el supremo no logró “levantar las imputaciones que se le endilgan”.
La única voz que se escuchó en defensa del ministro de la Corte provino de la solitaria menemista Alejandra Oviedo. La riojana no sólo pidió que se aceptara la prórroga solicitada por el cortesano sino que además consideró que al aprobar nuevos cargos se está exponiendo a “un virtual linchamiento público”. Una consideración que para el cortesano parece no preocupar porque ya anunció que su nuevo descargo estará listo para el próximo jueves. Sin estar al tanto de esta decisión, Oviedo buscó en todo momento generar polémica en la comisión. No tuvo éxito. Ni siquiera lo consiguió cuando reclamó que el ministro de Justicia, Gustavo Beliz, “cierre su boca”, porque entiende que con sus declaraciones ejerce una suerte de presión sobre la Cámara baja.
Si bien el proceso contra Nazareno está encaminado, tanto en el oficialismo como en el resto de las bancadas persiste una duda: cuál será la estrategia a seguir una vez superado el caso del presidente de la Corte. Hay en debate dos posiciones.
La primera sostiene que es preciso continuar con los juicios a los cortesanos que integran la mayoría automática. Uno de los impulsores de esta tesis es el justicialista Gerardo Conte Grand. El kirchnerista no lo dice, pero en la comisión ya hay presentaciones contra Moliné O’Connor y si esta posición llegara a triunfar, el considerado “cerebro” de la Corte y fanático del tenis vería rodar su cabeza en poco tiempo más.
Falú no coincide con esta lectura. El tucumano considera que antes de continuar con los procesos es preciso poner en funcionamiento el nuevo sistema de selección de jueces que impulsó el gobierno de Néstor Kirchner. El presidente de la comisión entiende que antes hay que demostrarle a la sociedad que la declamada transparencia se puede aplicar y con ella elegir el reemplazante del cuestionado Nazareno. Una vez conseguido este objetivo, recién ahí continuar con el resto de los supremos sin detenerse incluso –si es que así se decide– en la mayoría menemista y llegar hasta los jueces más afines al radicalismo.
Todo indica que la posición de Falú encontró eco en Kirchner. Trascendió que ayer el legislador mantuvo una extensa charla con el Presidente dondeexpuso sus argumentos. Si el Presidente acepta la tesis de Falú, ministros como Beliz deberán esperar para ver cómo se destituye al resto de los cortesanos. La opinión del legislador tucumano cuenta además con el consenso de las otras fuerzas políticas que están representadas en la Comisión de Juicio Político. Ayer, por caso, el demócrata progresista Alberto Natale consideró que “una vez que se produzca la vacante de Nazareno, el Gobierno debería dar muestras claras de integrar el alto tribunal con jueces probos e independientes antes de avanzar en otras situaciones”.
Los radicales hacen la misma lectura y, sobre todo, coinciden con Natale en la necesidad de reducir el número de miembros de la Corte de nueve a cinco. Claro, ésta es una discusión que los seguidores de Alem e Yrigoyen consideran por ahora prematura.

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