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El país|Martes, 4 de junio de 2013
Cristina Kirchner tomó juramento a Rossi como ministro de Defensa y a Puricelli como ministro de Seguridad

Un acto de pocos minutos, pero mucho entusiasmo

En una breve ceremonia, la Presidenta puso en funciones a los dos nuevos ministros, en el primer cambio de gabinete de su segundo mandato. Los militantes se mezclaron en el público con las autoridades de las Fuerzas Armadas.

Por Julián Bruschtein
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La presidenta Cristina Kirchner intercambió gestos de afecto con el flamante ministro de Defensa, Agustín Rossi.

“Olé, olé, oleeé, oleeé, Chivooo, Chivoooo”, se escuchó desde temprano en el Salón Blanco de la Casa Rosada en el que se tomó el juramento a los nuevos ministros del gabinete nacional, Agustín Rossi y Arturo Puricelli. La jura de los ministros de Defensa y Seguridad generó entre el público una mezcla de militantes y personal de las Fuerzas Armadas y de seguridad que diez años atrás hubiera sido imposible imaginar. El más aclamado –después de la presidenta Cristina Kirchner– fue el ahora ex diputado Rossi, al que acompañaron diputados del bloque que condujo durante ocho años, legisladores santafesinos y un nutrido grupo de jóvenes.

La birome Bic azul en la mano sacudida por su portador, el flamante ministro de Defensa, tenía una alusión política e ideológica: Néstor Kirchner firmaba con una lapicera similar. Fue el gesto de agradecimiento y de lealtad que eligió el dirigente santafesino para enmarcar su designación al frente de la cartera. Minutos antes, la Presidenta le había tomado juramento apenas los militantes permitieran que la corta ceremonia comenzara a desarrollarse. Después de la lectura del escribano del Estado y la toma del juramento, Rossi estampó su firma y quedó oficialmente en funciones al frente del ministerio. La jura de Puricelli fue menos festejada, aunque no estuvo exenta de aplausos y algunos gritos de alegría de viejos conocidos y familiares.

El gabinete casi completo –faltaban el vicepresidente Amado Boudou y el canciller Héctor Timerman, que se encuentra en Nueva York– presenció la asunción de Rossi y Puricelli. En la primera fila se encontraban los jefes de las Fuerzas Armadas, que compartían espacio con la presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto; la madre de Marita Verón, Susana Trimarco, y los secretarios generales de la CGT, Antonio Caló, y de la CTA, Hugo Yasky. A un lado se encontraban referentes de la cultura como el actor Federico Luppi, y en los asientos traseros el grupo de diputados del bloque del Frente para la Victoria y aliados.

“Somos de la gloriosa Juventud Peronista, somos los herederos de Perón y de Evita”, se escuchaba retumbar en el interior del salón que se llenó rápidamente mientras se esperaba la llegada de Cristina Kirchner junto a los flamantes ministros. “A pesar de las bombas, de los fusilamientos, los compañeros muertos... No nos han vencidooo”, continuaba entonando la mayoría de las personas que se encontraban allí, incluidos algunos diputados y funcionarios sin importar los uniformados verdes, blancos o azules que abundaban e intentaban mirar discretamente hacia otro lado.

“Esto es una alegría, principalmente porque se trata de un reconocimiento a la militancia. Y para una persona que estuvo siempre en los buenos y fundamentalmente en los malos momentos”, destacó el diputado del Movimiento Evita, Leonardo Grosso, recordando los huevazos que recibió Rossi en la campaña de 2009 cuando el debate por las retenciones móviles escandalizaba a los sectores vinculados con las patronales del campo que respondían de forma hostil a los representantes y defensores del kirchnerismo. “Tenemos que esperar un poco y ver cómo se empieza a trabajar con la mirada y el trabajo incansable del Chivo, pero es una alegría inmensa”, insistió Grosso entre el mar de gente que se acercaba a saludar al ex diputado.

Solicitado por los militantes para sacarse fotos que seguramente terminarán en algún perfil en las redes sociales, el senador Daniel Filmus hablaba mientras esperaba el flash de un teléfono celular. “Nilda Garré va a ser una de las responsables de que Cuba vuelva a la OEA. Es el único país de América latina que no tiene representación en el organismo por decisión de los Estados Unidos y sus aliados”, repetía Filmus –presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado– a propósito del nuevo destino de la ex ministra de Seguridad, cuyo pliego ingresó ayer en la Cámara alta (ver recuadro).

“En primer lugar, Agustín es un militante, y se vio reflejado en la tarea que hizo como jefe de bloque, al que condujo con una clara síntesis del pensamiento de Cristina en Diputados”, sostuvo el diputado Edgardo Depetri, ex compañero de bancada de Rossi. “Pero además es un hombre que conoce del tema porque han pasado innumerable cantidad de proyectos vinculados con el área de Defensa. Estamos seguros de que va a priorizar el país industrial con el desarrollo de la industria de la Defensa”, agregó. A su lado, el dirigente Luis D’Elía prefería recordar uno de los puntos que Garré desarrolló durante su paso por el Ministerio de Defensa. “Va a retomar el tema de los cambios en la formación de las Fuerzas Armadas”, un ítem que gran parte de los organismos de derechos humanos y organizaciones sociales entienden que pasó a un segundo plano en el tiempo que Puricelli se desempeñó en el cargo.

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