Página/12 :: El país :: Moyano, la cena y el olor a cala

El titular de la CGT Azopardo y líder del Pceyt –donde militan varios referentes del sindicalismo opositor–, Hugo Moyano, advirtió sobre la posibilidad de apoyar a la lista del Frente Renovador en caso de que Francisco de Narváez baje su candidatura para los comicios de octubre. “Lo veremos en el momento, no podemos comernos el almuerzo en la cena”, aclaró y opinó que es “una decisión que tiene que tener” el empresario y diputado. Consideró que, cuando los intendentes y gobernadores alineados con el gobierno nacional “empiecen a sentir más profundamente el olor a cala (flor asociada a la muerte), van a tomar distancia”. “Lo que pasó el domingo son tendencias –pronosticó– que se verán reflejadas en octubre.”

Los candidatos del moyanismo que se presentaron a las PASO tuvieron un flojo desempeño. En Capital Federal, el judicial Julio Piumato sacó el 0,66 por ciento y no superó el piso mínimo. En territorio bonaerense, el titular de la Uatre, Gerónimo “Momo” Venegas, obtuvo el 1,56 por ciento, mientras que el denarvaísta Unidos por la Libertad y el Trabajo, donde los candidatos eran el canillita Omar Plaini y el propio Moyano, salió cuarto, por debajo de Sergio Massa, el FpV y el tándem Stolbizer-Alfonsín.

Moyano especula con respaldar en octubre al massismo, que podría absorber los votos de Francisco de Narváez y ampliar su ventaja sobre el kirchnerismo. “Lo tendrá que decidir él”, asintió sobre la posibilidad de que el peronista disidente no se presente en los comicios (posibilidad que el propio De Narváez desmintió ayer, ver aparte). Sin embargo, expresó su voluntad de acompañar a Massa: “Lo veremos en el momento, no podemos comernos el almuerzo en la cena”. Además afirmó que “lo que pasó el domingo son tendencias, que se verán reflejadas en octubre” y opinó que “cuando los intendentes o gobernadores que se arriman tanto al Gobierno empiecen a sentir más profundamente el olor a cala tomarán distancia”.

El camionero se refirió a su posible apoyo a Massa

Moyano, la cena y el olor a cala