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El país|Lunes, 4 de agosto de 2003
ASADO DE BLOQUE Y LISTA PARA LA ELECCION BONAERENSE

Duhalde juntó su task force

Concluyeron que tienen la elección provincial en el bolsillo y pasaron a hablar del futuro a la sombra de Kirchner. El duhaldismo prepara un mensaje “de unidad” para los indecisos.

Por Fernando Cibeira
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Hubo achuras en la quinta Los Caudillos, de Hugo Toledo, y Duhalde juntó a su tropa.
El ex presidente Eduardo Duhalde anunció que se alejaría de la política pero lo hizo apenas un pasito. Ayer convocó a un asado a su “task force”: parte del bloque de diputados del PJ bonaerense y la lista de candidatos a reemplazarlos en los próximas elecciones, para repasar encuestas y alinearlos detrás de la gestión de Néstor Kirchner. Así, pidió el “apoyo incondicional al Gobierno porque representa el cambio que la sociedad demanda”. De paso, pegados al Presidente pueden sacar provecho de su buena imagen y ganar votos. Achura va, achura viene, los justicialistas bonaerenses concluyeron que tienen la elección en el bolsillo y que esperan sumar no menos de cinco diputados a los quince que renuevan.
Duhalde volvió de sus vacaciones y dio muestras de que, por más que lo prometa, nunca dejará la actividad política. Se reunió con el vicepresidente Daniel Scioli y le puso un 10 al Gobierno. Después, aceptó la invitación de Kirchner para viajar a Jujuy, se apunó y casi no la cuenta cuando el helicóptero que los transportaba debió aterrizar de emergencia. El susto, al parecer, no amainó el entusiasmo que expresa Duhalde con la gestión del Presidente.
Aunque los rumores sobre divergencias entre ambos son muchos, en público sólo aceptan diferencias en cuanto a los candidatos que apoyan en Misiones y otro poco sobre los juicios por violaciones a los derechos humanos. Es más, Duhalde ayer aclaró que su participación política seguirá orientada a apuntalar la renovación de la dirigencia del PJ, algo que entendía que sucedía gracias a Kirchner y al gobernador bonaerense, Felipe Solá. La gestión de Solá mereció elogios parecidos a la de Kirchner.
El encuentro se realizó en la quinta Los Caudillos que el dirigente Hugo Toledo tiene Ezeiza. La lluvia no amedrentó a los invitados. Estuvieron Duhalde y su mujer Chiche, los ministros del Interior, Aníbal Fernández, y de Defensa, José Pampuro, el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Camaño, el titular del bloque del PJ, José María Díaz Bancalari, y los ex ministros Alfredo Atanasof, Graciela Camaño y Juanjo Alvarez, entre otros. El gobernador Solá, ausente con aviso. El ex canciller Carlos Ruckauf, en tanto, en su exilio dorado en algún lugar del mundo. Pese al rechazo que concita, Ruckauf fue ratificado como tercer candidato de la lista.
En el asado coincidieron en que la competencia por la gobernación es un tema terminado. Solá duplica a Luis Patti y le saca más ventaja todavía a Aldo Rico, los adalides de la mano dura que sueñan con gobernar en La Plata. “No hay riesgo. Por suerte, los candidatos que nos pusieron enfrente son impresentables. La gente puede estar un poco enojada pero tampoco come vidrio”, explicaba uno de los participantes del encuentro.
Los sondeos muestran que la mayoría de los todavía indecisos están entre quienes votaron a Carlos Menem o a Adolfo Rodríguez Saá en las presidenciales de abril, por lo que concluyeron que el discurso de campaña tenía que evitar ahondar las diferencias internas y que Solá debía insistir con lo de la “unidad” del justicialismo, pese a que algunos –Chiche incluida– les suene demasiado light.
Es que si consiguen sumar también esos votos, en el encuentro de ayer calcularon que podrían conseguir “entre 20 y 22 diputados”, lo que agregaría un nuevo lote a los 15 que se renuevan. El objetivo, concluían los duhaldistas que manejan la Cámara, es que a fin de año el PJ cuente con un bloque de 130 legisladores, lo que le permitiría tener quórum propio, el sueño de todo gobierno. Y dentro de ellos el justicialismo bonaerense espera mantener su peso decisivo.
En el repaso distrito por distrito también hubo optimismo e imaginaron recuperar algunas intendencias perdidas con el triunfo electoral de la Alianza del ‘99. Concretamente, mencionaron los casos de Avellaneda, Quilmes y Lomas de Zamora. Igual, no hay datos ciento por ciento confiables. “Todavía no hay mucho clima electoral. Además, ningún intendente va a venir con una encuesta que le dé mal, así que en esotampoco hay que confiar mucho”, explicaba luego un dirigente cercano a Duhalde.

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