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El país|Domingo, 5 de enero de 2014
LA CANCILLERIA ISRAELI DIJO QUE “SON PURAS FANTASIAS” LAS AFIRMACIONES DE ITZHAK AVIRAN SOBRE EL ATENTADO A LA AMIA

Una desmentida que no es suficiente

El gobierno argentino, el fiscal de la causa y los familiares de las víctimas piden explicaciones. Los antecedentes de Avirán.

Por Raúl Kollmann
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Itzhak Avirán fue embajador en la Argentina entre 1993 y 2000.

La Cancillería de Israel salió ayer a tapar el incendio con un breve pero duro comunicado contra su ex embajador Itzhak Avirán, quien dijo el jueves que Israel ya había enviado “al otro mundo” a la mayoría de los responsables del atentado contra la AMIA. En otras palabras, que fueron ejecutados, aunque no dio nombres ni dijo cuáles eran las pruebas. El texto de desmentida de la Cancillería israelí sostiene que lo de Avirán “son puras fantasías”. El comunicado no cierra el episodio ni para el gobierno argentino ni para el fiscal de la causa AMIA, Alberto Nisman, y mucho menos para los familiares de las víctimas. Todos exigieron que Israel dé nombres y pruebas y que Avirán se presente ante la Justicia. El canciller Héctor Timerman citó al encargado de negocios de Israel para que concurra mañana al Ministerio de Relaciones Exteriores a dar explicaciones. Timerman le reiterará la exigencia de que Israel entregue cualquier información sobre el atentado contra la mutual judía.

Los dichos del ex embajador no son un hecho aislado. En marzo de 2010, otro embajador de Israel en Argentina, Daniel Gazit, había dicho algo muy parecido al diario Perfil. “Sabemos quién estuvo detrás del atentado contra la Embajada de Israel, quién lo organizó, quién dio las órdenes y quién lo hizo, con nombres y todo. Y ya dimos cuenta de ellos.” Aquella declaración motivó que familiares de las víctimas del atentado contra la Embajada de Israel se presentaran ante la Corte Suprema –que investiga aquel atentado– y reclamaron que se cite a Gazit.

Avirán se despachó en el mismo sentido. Dijo que “los autores del atentado contra la AMIA ya fueron mandados al otro mundo. Y lo hicimos nosotros (por Israel).” Trascartón, la Cancillería israelí salió a desmentirlo con un comunicado de siete renglones: “Las declaraciones del ex embajador Avirán, jubilado desde hace aproximadamente 15 años, están completamente desconectadas de la realidad. Estas afirmaciones, hechas sin autoridad ni conocimiento, son pura fantasía y de ningún modo reflejan acontecimientos o hechos como los que él pretende describir. Israel sigue cooperando en plena transparencia con la Argentina en la investigación de los atentados”.

El comunicado intenta hacer una especie de borrón de lo dicho por Avirán, que es tratado con una dureza nada habitual respecto de cualquier ex embajador. Es que, por otra parte, el ex funcionario se fue mal del servicio exterior de Israel. La gestión de Avirán, de 1993 a 2000, fue muy controvertida en Buenos Aires y se lo recuerda, entre muchas otras cosas, por haber sido el único embajador que viajó a Anillaco a celebrar los cumpleaños de Carlos Menem. En su momento, los periodistas Rolando Graña y Daniel Tognetti presentaron una investigación sobre los negocios del menemismo y Avirán, en donde aseguraban que actuaba en conjunto con un empresario, Osvaldo Schwartzer, que figuraba como intermediario pero que al mismo tiempo aparecía en una carta como representante de la embajada. En esa investigación periodística se denunció, por ejemplo, que varios emprendimientos entre el menemismo y Avirán, sobre los que se libraron fondos oficiales, no se habían llevado a cabo. Por todas estas cosas, Avirán no terminó bien en la Argentina y tampoco en Israel: la dureza del comunicado lo evidencia.

En el marco de esas relaciones estrechas y de negocios, Avirán fue duramente cuestionado en su momento por no actuar con firmeza frente a los atentados, ni el de la Embajada de Israel ni el de la AMIA. Decía que eran dos nubarrones en la relación entre los dos Estados, en lugar de darles la envergadura que tenía: dos ataques con 110 víctimas mortales.

En la entrevista que le hizo la Agencia Judía de Noticias (AJN), Avirán parece haber reaccionado tardíamente respecto de aquellas acusaciones. La interpretación sería que como se le decía que hubo una postura tibia frente a los atentados, él reaccionó diciendo que ellos, los israelíes, ya habían solucionado todo: ejecutaron a los autores de los ataques de Buenos Aires.

Timerman mencionó que estos conceptos expresados por Avirán –la venganza, las ejecuciones, la no presentación de pruebas– explican la oposición de Israel al memorándum de entendimiento: si ya resolvieron el caso, no hay que investigar más, sería la interpretación. Un alto funcionario de la Cancillería contó a este diario que, justamente, hubo un diálogo con un representante del máximo nivel de Israel en el que éste decía: “Ya está la culpabilidad de Irán, ¿para qué quieren seguir investigando?”. La postura de la Casa Rosada es que la causa judicial es el camino para tratar de determinar la verdad y por ello se hacen esfuerzos para que declaren los que allí están imputados: los funcionarios iraníes.

Una de las serias consecuencias de las declaraciones de Avirán es que, para los israelíes, los culpables serían otros. Porque dicen que ya enviaron a los responsables al otro mundo, pero la realidad es que los acusados por la Justicia argentina están vivos, por lo tanto no estarían entre los responsables.

Para la investigación encabezada por el fiscal Alberto Nisman, el principal protagonista del ataque contra la AMIA fue el ex agregado cultural de Irán en la Argentina Moshen Rabbani y el que encabezó la organización misma del atentado, un allegado a Rabbani, Samuel El Reda, casado con una secretaria del agregado. El otro participante, que estaba en Buenos Aires, habría sido el tercer secretario de la embajada, Ahmad Asghari. Pero, además, el ataque habría sido urdido por las más altas autoridades de Irán, empezando por su entonces presidente y hoy la gran figura de los moderados, Alí Akbar Rafsanjani, que decidió el atentado en una reunión realizada en la ciudad de Mahshad. Ninguno de todo ellos está muerto. El único que fue asesinado en un atentado en Damasco, en febrero de 2008, fue Imad Mughnieh, supuestamente uno de los jefes operativos de la organización libanesa Hezbolá. Mughnieh estuvo siempre entre los imputados por ambos atentados, aunque nunca se probó que hubiera estado en la Argentina ni hubo ninguna evidencia concreta de su participación.

Como han dicho el canciller Timerman, el fiscal Alberto Nisman, los familiares de Memoria Activa y los de 18-J, Avirán debe declarar ante la Justicia argentina. El primer paso, seguramente cursado por el juez de la causa, Rodolfo Canicoba Corral, es un exhorto que a través de la Cancillería lleve a Avirán a declarar en el expediente.

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