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El país|Martes, 28 de enero de 2014
La complicidad de policías con el narcotráfico en Córdoba

Los narcos con uniforme

El fiscal Enrique Senestrari presentará una serie de pruebas sobre la connivencia policial con los narcos, como casos en que se decomisaron drogas y éstas nunca llegaron al juzgado, o llegaron pero en una cantidad menor a la hallada.

Por Raúl Kollmann
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Por el escándalo, cayeron funcionarios del gobierno de De la Sota y la cúpula policial.

El fiscal federal de Córdoba, Enrique Senestrari, presentará una serie de nuevas evidencias contra los llamados narcopolicías no bien se reinicien las actividades después de la feria judicial. Senestrari tiene pruebas de allanamientos que se hicieron, hubo secuestro de estupefacientes, pero no hay informes concretos de lo incautado ni la droga decomisada llegó al juzgado. En otros casos, se informa de una cantidad de droga secuestrada, pero la declarada en la Justicia es menor. Por el momento hay nueve hombres de uniforme detenidos, pero por este caso cayó la cúpula policial y los funcionarios provinciales a cargo de Justicia.

En los últimos días del año, cuando ya se prestaba poca atención a las decisiones judiciales, fue sorpresivamente dejado en libertad el ex jefe de Inteligencia de Drogas Peligrosas Gustavo “El Huevo” González, directamente relacionado con quien fuera ministro de Seguridad del gobierno de José Manuel de la Sota: Alejo Paredes. El ministro también provenía de la policía cordobesa. Senestrari ya apeló la excarcelación de González, que no sólo está en libertad sino que mantiene su estado policial, lo que significa que puede fácilmente interferir en la investigación. Cuando regrese a la actividad, el 3 de febrero, el fiscal presentará también un largo escrito formulando nuevas imputaciones contra los que ya están procesados y se dice que podría presentar pedidos de detención para más funcionarios policiales y provinciales. El rumor es que Senestrari tiene en la mira a Paredes, pero por ahora no deja trascender ningún dato.

El fiscal trabaja sobre hechos concretos como un operativo en el que instalan micrófonos ocultos en la casa de Juan “El Francés” Viarnes, un personaje que aparece involucrado en distintos casos de secuestros en diferentes provincias y que resulta un confidente policial. En la grabación pactada con los policías cordobeses, Viarnes hace un arreglo con dos narcos. Todo el operativo tiene aspectos ilegales, pero para colmo después deriva en secuestros de drogas en los que las drogas no aparecen. Senestrari no tiene claro todavía si los policías luego vendían los estupefacientes o los utilizaban para “colocarlos” en algún procedimiento y sumar incautaciones para falsas estadísticas, mientras permitían el accionar de otros narcos.

A mitad de año, otro comisario, Daniel Nis, se presentó ante el fiscal y le adelantó que estaban usando un informante, que era Viarnes. Nis fue acompañado de otro policía, Juan Alós. Senestrari les avisó que no usaran al informante porque era ilegal, pero después quedó claro que no sólo lo usaron sino que se hicieron operativos en los que se consignaron datos falsos. El Francés fue detenido en su momento con 350 mil dólares falsos y estuvo en varias cárceles, como la de Río Cuarto, La Plata, Chaco y Corrientes. En esta última provincia, cuando estaba preso por otro secuestro, reveló detalles sobre la desaparición del joven Christian Shaerer, tal vez uno de los secuestros más resonantes del país. En septiembre pasado, El Francés le dijo a Página/12: “Los narcos les pagan a los altos jefes, como Rafael Sosa”. Hubo detalles de la trama que los reveló en el programa ADN, del canal 10 de la Universidad de Córdoba, donde mencionó que un narco le pagó 200.000 pesos a Sosa a cambio de protección. Sosa era por entonces el jefe de Drogas Peligrosas.

Tras la explosión que produjo el programa ADN, el policía Alós apareció muerto. Su madre declaró ante el fiscal Senestrari que su hijo le había advertido que se iba a presentar a la Justicia para contar “la mugre” que había en Drogas Peligrosas y que se estaba por hacer un operativo para incautar 400 kilos de marihuana que venían de Paraguay. De ese total, 200 kilos irían para Viarnes y 200 a la Justicia, le dijo Alós a su madre. La muerte del policía es considerada un suicidio por el fiscal de Alta Gracia Emilio Drazile: apareció dentro de un auto con un disparo en la boca, la pistola estaba en su mano fuertemente agarrada y dejó una carta para su esposa en el asiento del acompañante. Pero ni la madre ni la esposa de Alós creen en esa versión, piensan en algún tipo de presión o inducción. Senestrari duda mucho y está investigando.

En cualquier caso, tras la feria judicial los expedientes de los narcopolicías y el de la muerte de Alós tendrán movimiento. No hay dudas de que la mayor expectativa estará en las nuevas detenciones que podría pedirle Senestrari al juez Ricardo Bustos Fierro y, sobre todo, si entre esos pedidos de detención estará la del ex ministro Paredes.

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