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El papa Francisco recibirá por primera vez en el Vaticano a la reina de Inglaterra Isabel II y a su esposo, el duque de Edimburgo. La reunión sería una más de las ya clásicas audiencias que mantiene el Sumo Pontífice, de no ser porque está pautada a realizarse el próximo 3 de abril, un día después de que se cumpla un nuevo aniversario de la guerra por las islas Malvinas, conflicto en el que, como arzobispo de Buenos Aires, Bergoglio siempre apoyó la posición argentina. Según un comunicado de la Casa Real de Inglaterra, “la reina y el duque de Edimburgo visitarán el Palacio Presidencial, donde asistirán a un almuerzo privado” con el presidente italiano, Giorgio Napolitano, que fue precisamente quien invitó a los miembros de la realeza británica a visitar la ciudad de Roma. A continuación, ambos serán recibidos en el Vaticano por el Sumo Pontífice en una audiencia.
Será el primer encuentro entre la reina, cabeza de la Iglesia Anglicana, y el papa Francisco, pero el detalle es que la reunión se realizará al día siguiente del 32º aniversario del inicio del conflicto armado entre la Argentina y el Reino Unido por el archipiélago. Cuando Bergoglio se convirtió en Francisco el año pasado tras el cónclave, los medios ingleses recelaron de la nacionalidad del nuevo papa por haber reivindicado en varias oportunidades el reclamo argentino. “Las Malvinas son nuestras. No debemos dejar de respetar a aquellos que dieron sus vidas. Esa es nuestra tierra. Las Malvinas son argentinas”, declaró Bergoglio cuatro años atrás, cuando todavía era el cardenal primado del país y llevó a cabo la clásica ceremonia católica del Jueves Santo, el lavado de pies a internos de la Unidad Penal número 20 del Hospital Borda. Más tarde, en 2012, durante una misa por los 30 años de la guerra de la que participaron ex combatientes, el entonces arzobispo de la Ciudad también sostuvo: “Venimos a rezar por aquellos que han caído, hijos de la Patria que salieron a defender a su madre, la Patria, a reclamar lo que es suyo de la Patria y les fue usurpado”. Teniendo en cuenta estos antecedentes, el diario sensacionalista The Sun publicó un editorial en el que expresaba que esperaban que “sus previos sermones a favor de la posición de Argentina no se repitan”.
Por otro lado, una de las primeras declaraciones de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner después de la elección de Francisco fue una expresión de deseo para que el flamante obispo de Roma llevara un mensaje “a las grandes potencias” y colaborara “en un diálogo de civilización” y en la resolución de los conflictos por la “vía diplomática”.
El primer ministro británico, David Cameron, se limitó en ese momento a pedir que se respetara el resultado del referéndum realizado pocos días antes en las islas y por el que los kelpers eligieron continuar bajo la administración del reino. A pesar de esto, la Presidenta retomó la cuestión Malvinas en su primera audiencia privada con el Papa y pidió que interceda ante el Reino Unido para que haya un cumplimiento de las resoluciones de la Organización de las Naciones Unidas que convocan al diálogo. El Pontífice entonces ratificó en forma privada su posición a favor de la soberanía argentina en el archipiélago.
Hace poco más de quince días, Francisco recibió, también por primera vez, a un ex combatiente de Malvinas. Así, mantuvo una audiencia privada en la residencia de Santa Marta con el veterano de guerra Oscar Doria Fernández. En abril tendrá, entonces, su primera reunión con la contraparte en el conflicto, representada esta vez por la reina Isabel.
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