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Del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, para abajo, el oficialismo salió ayer a criticar las recientes posturas mostradas por importantes dirigentes del Frente Renovador, como los diputados José Ignacio Mendiguren y Felipe Solá, quienes salieron a pedir, uno, la postergación de las paritarias y, el otro, la posibilidad de una reducción de los salarios. En su habitual conferencia de prensa matutina, Capitanich le exigió al partido de Sergio Massa que defina su posición, dado que en enero hicieron un acto pidiendo el adelantamiento de las paritarias y ahora Mendiguren reclamó su postergación. También se sumaron a las críticas desde el radicalismo y hasta la diputada Graciela Camaño, del propio FR.
Capitanich afirmó que “queremos saber la posición del Frente Renovador y si tenemos que creerles a quienes pedían el adelantamiento de paritarias o su postergación”. También pidió a ese partido que “ratifique o rectifique lo que algunos de sus voceros han planteado sobre la necesidad de reducir un 10 por ciento los salarios”. Y añadió que, “si esto es así, sería un aporte al debate plural, abierto y democrático en la Argentina”.
El presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, consideró que “al Frente Renovador le molesta una economía al servicio del hombre, que pone a los trabajadores en el centro de la decisión nacional. Prefieren una economía al servicio del mercado, donde se congele el salario y se paralice el consumo”. Domínguez añadió que, “nuestro gobierno recuperó las paritarias como política de Estado en beneficio de los trabajadores, y está claro que el Frente Renovador pretende alejarse de esta idea”.
Por su parte, la presidenta del bloque de diputados del FpV, Juliana Di Tullio, aseguró que “el massismo comienza a mostrar lo que es”. “Mendiguren pide que las paritarias, que son un logro de estos casi once años de gobierno, se frenen, y Solá pide una rebaja del salario del 10 por ciento”, explicó y reiteró: “Muestran lo que son y es lo que quieren”.
Hubo más voces del kirchnerismo. El diputado Edgardo Depetri señaló que las declaraciones de Mendiguren “muestran el verdadero rostro del Frente Renovador”, y acusó a ese sector de acordar “con los grandes grupos económicos” para llevar adelante “una megadevaluación”.
También desde el radicalismo salieron a criticarlos. El senador y titular de la UCR, Ernesto Sanz, sostuvo que “la variable de ajuste no deben ser los salarios”. Consideró que “el empleo y los salarios deben ser dos cuestiones a preservar”, y propuso “no demonizar las paritarias porque, si no, estaríamos reduciendo el problema de la economía”. En tanto que el diputado Ricardo Alfonsín pidió a los dirigentes del massismo que “dejen a los empresarios que se defiendan solos, que lo hacen muy bien”. “El Frente Renovador expresa claramente el neomenemismo del siglo XXI, procura la vuelta a concepciones neoliberales”, agregó.
Pero la nota la dio la diputada Graciela Camaño cuando le preguntaron por la frase de Solá, su compañero de bancada, sobre una baja de salarios. “Bajo ningún punto de vista puedo llegar a estar en un espacio donde alguien piense eso, no es algo que pueda compartir”, remarcó la diputada. Camaño creyó entender que se trató de “un malentendido, no lo piensa, no lo ha dicho”.
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