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El país|Lunes, 17 de marzo de 2014
La Presidenta llegó ayer a Roma y hoy se reúne con el papa Francisco a “agenda abierta

Un almuerzo para dos en el Vaticano

Cristina Fernández será recibida este mediodía por el papa Francisco y mantendrán una audiencia sin temario pautado. La Presidenta podría entregarle el pasaporte y el DNI argentinos que Bergoglio acaba de renovar.

Por Fernando Cibeira
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CFK fue recibida en Roma por funcionarios diplomáticos y autoridades eclesiásticas.

Desde Roma

La presidenta Cristina Kirchner llegó ayer a Roma, y este mediodía será recibida en la residencia Santa Marta por el papa Francisco para un almuerzo a solas y una audiencia que, se insiste en la comitiva, será a “agenda abierta”, es decir, sin un temario prefijado. Será el tercer encuentro entre ambos en el año que lleva Jorge Bergoglio como Papa, pero es casi una réplica del primero, cuando también compartieron un almuerzo, el 18 de marzo del año pasado. La Presidenta podría entregarle el pasaporte y el DNI argentinos que Bergoglio renovó días atrás.

Cristina Kirchner llegó a Roma pasadas las 11, a bordo del Tango 01. Hacía rato que el avión presidencial no aterrizaba en Italia en previsión a algún posible embargo de bonistas. Por lo visto, ese temor ya no existe. Lo que sí, dado que la autonomía del Tango no permite un vuelo directo, hubo una escala en Marruecos. Junto a la Presidenta viajaron sólo el canciller Héctor Timerman; el secretario de Culto, Guillermo Oliveri, y el secretario de Comunicación Pública, Alfredo Scoccimarro. Al pie de la escalerilla la estaba esperando el embajador argentino en la Santa Sede, Juan Pablo Cafiero. De gorro blanco y anteojos negros, CFK fue saludando a las autoridades eclesiásticas y a funcionarios diplomáticos que la aguardaban. El primero, el ex secretario de Comercio Guillermo Moreno, ahora agregado económico en la representación en Roma. “¿Cómo le va? ¿Qué dice?”, lo saludó la Presidenta mientras le daba la mano.

Desde Fiumicino, la Presidenta se trasladó al hotel Edén, cercano a la Via Veneto y también al Vaticano. La nota de color la dieron los empleados del establecimiento que la esperaron en la puerta; ni el cocinero quiso faltar, y le entregaron un ramo de flores de bienvenida. Cristina Kirchner se quedó el resto del día en el hotel y la única actividad que tiene agendada para hoy en Roma es el encuentro con el Papa, al que quiso saludar por su primer aniversario como máxima autoridad de la Iglesia Católica. Dado que la fecha es casi la misma que la del año pasado, se podría especular con la posibilidad de un rito de los presidentes argentinos viajando para esta fecha al Vaticano en tanto Bergoglio sea pontífice. Habrá que esperar. Luego de la reunión, la Presidenta volará a París, donde mañana continuará con su agenda.

“El Papa tiene una cercanía muy grande con el pueblo argentino, y con la Presidenta en especial”, sostuvo ayer el canciller Timerman en la puerta del hotel. Añadió que la reunión de hoy será “entre gente que se conoce y se quiere”, y que ambos buscarán “trabajar por la paz y por la resolución pacífica de los conflictos”.

El año pasado, el almuerzo fue el día previo a la ceremonia de asunción del Papa en la Plaza San Pedro. Hubo intercambios de regalos, entre ellos el mate que le llevó la Presidenta elaborado por los cooperativistas del plan Argentina Trabaja, recordado también por el comentario socarrón que le dedicaría el presidente de Uruguay, José Mujica, por un micrófono indiscreto. Pero lo que CFK contó de aquel almuerzo fue que le pidió a Francisco “su intermediación para lograr el diálogo en la cuestión Malvinas”, recordando que alguna vez otro papa, Juan Pablo II, había enviado un representante para evitar la guerra entre la Argentina y Chile por el Canal de Beagle. No se conoce si el Papa pudo realizar alguna gestión, pero parece muy difícil dada la posición irreductible del Reino Unido en ese sentido. La Presidenta también lo había invitado para que viajara a la Argentina. Ahora se sabe, según dejó trascender el propio Francisco cuando lo visitó Marcelo Tinelli para llevarle el trofeo que ganó San Lorenzo, que lo haría en 2016 para un congreso eucarístico que se realizará en Tucumán, en el bicentenario de la declaración de la Independencia.

No existía ayer confirmación, pero la creencia es que la Presidenta aprovechará el encuentro para entregarle los documentos de identidad que tramitó el Papa, quien podría viajar con pasaporte diplomático que le corresponde como jefe del Estado vaticano, pero decidió renovar el argentino como otro de sus gestos de “normalidad” que ya son la marca registrada de su gestión. Los documentos ya los mostró con orgullo días atrás el ministro del Interior, Florencio Randazzo, quien destacó que Francisco no quería tener ningún privilegio. Jorge Mario Bergoglio –argentino, nacido el 17 de diciembre de 1936, según se leía– recibió a empleados del consulado, que le hicieron la foto digital y le tomaron las huellas. El documento es válido hasta el 14 de febrero de 2029.

Pero, más allá de lo que conversen en el encuentro, lo trascendente de la visita pasará por ratificar el buen momento de la relación entre Cristina Kirchner y Bergoglio, que supo de tiempos tormentosos. En julio pasado, cuando la Presidenta fue a Río de Janeiro para participar de la misa de cierre de la Jornada Mundial de la Juventud, el Papa la emocionó con un regalito para su nieto. Días atrás, desde Presidencia anunciaron que CFK volvería a estar en el Tedéum del 25 de Mayo en la Catedral Metropolitana. Gestos que valen como palabras.

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