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El país|Miércoles, 19 de marzo de 2014
La Presidenta se reúne hoy con el presidente francés, François Hollande

Un encuentro en el Palacio del Elíseo

Ambos jefes de Estado suelen coincidir en su prédica acerca de la necesidad de evitar los ajustes rigurosos para salir de la crisis financiera mundial. Ayer, Cristina Kirchner participó de una ceremonia de homenaje en Les Invalides.

Por Fernando Cibeira
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En el patio de armas de Les Invalides, CFK asistió al homenaje que se brinda a los presidentes que visitan Francia.

Desde París

La presidenta Cristina Kirchner mantendrá hoy un almuerzo con su par francés, el socialista François Hollande, en el Palacio del Elíseo, sede del gobierno galo. La agenda será abierta y, a priori, no hay ningún tema que asome como conflictivo en la relación bilateral, en especial luego de que la semana pasada Argentina anunciara el inicio de las negociaciones a partir de mayo para regularizar su deuda con el Club de París. Por otro lado, Cristina Kirchner y Hollande suelen exhibir, al menos en lo discursivo, posiciones parecidas sobre la crisis económica mundial. En cambio, es probable que no coincidan en un ciento por ciento en la situación de Ucrania y Crimea, el conflicto que por estos días mantiene en tensión a Europa. Como prólogo, Cristina Kirchner participó ayer, en su primer día de visita oficial a Francia, de una ceremonia de homenaje en Les Invalides, el majestuoso museo militar en el que se encuentra la tumba de Napoleón.

Toda la actividad, por supuesto, adaptada a la nueva situación de la Presidenta con una bota ortopédica por el esguince que sufrió el domingo en el tobillo izquierdo. Igual, CFK no quiso suspender nada y buscó mostrarse de buen humor. El piso del patio de armas de Les Invalides, para más, es de un adoquinado antiguo y desparejo, difícil para caminar aun en condiciones normales. Pero en los pocos pasos que dio, la Presidenta no quiso que la ayudaran.

La ceremonia militar es un homenaje que se brinda a los presidentes que visitan Francia, que pueden aceptarlo o no. Está a cargo de una sección de la Guardia Republicana –cuerpo que se encarga de las misiones de honor– y la música es ejecutada por la Gendarmería Nacional. Tocaron los himnos, hubo un breve desfile y el saludo de honor a la Presidenta. Un espectáculo inesperado para los turistas que en ese momento recorrían el museo, que no se cerró para el acto. La inmensa cúpula dorada de Les Invalides es uno de los símbolos de París, visible desde muchos puntos de la ciudad. Es un edificio que fue construido por Luis XIV como hospital para los soldados y hoy aloja tres importantes museos militares. Pero el centro de atracción es la tumba de Napoleón, ubicada en la capilla real. En 1861 sus cenizas se depositaron en una tumba de pórfido, dentro de una cripta con techo de cristal.

Cristina Kirchner había elogiado a Napoleón en la conferencia de prensa del lunes –“fue un genio estratega”, dijo–, aunque en verdad la ceremonia militar no tuvo que ver con él, más allá de la coincidencia del lugar, un sitio emblemático para los bonapartistas. La Presidenta llegó junto al canciller, Héctor Timerman, y el secretario de Comunicación Pública, Alfredo Scoccimarro. En la ceremonia, estuvo acompañada por la ministra delegada de la francofonía, Yamina Benguigui, quien además de dirigente política es una directora de cine dedicada a retratar los problemas de los inmigrantes. Viniendo del clima primaveral de Roma, la Presidenta ayer sufrió la rigurosidad del marzo parisino. Terminado el acto, volvió al Gran Hotel Intercontinental, su alojamiento en la zona de la Opera.

Elíseo

Cristina Kirchner estuvo ya en el Palacio del Elíseo, pero para reunirse con Nicolas Sarkozy, el antecesor de Hollande. Con el presidente socialista, en cambio, conversó en dos cumbres. La primera fue en Los Cabos, México, en una reunión del G-20, en 2012. La segunda, más breve, en una Cumbre de Energía en Emiratos Arabes, en enero del año pasado. En ambas ocasiones mostraron afinidades, particularmente en su prédica acerca de la necesidad de evitar los ajustes rigurosos y promover el crecimiento y el empleo como receta para salir de la crisis financiera mundial. Sin embargo, para los franceses una cosa es lo que dice Hollande y otra muy distinta lo que hace, dado que lo acusan de haber realizado un giro conservador y no cumplir los cambios que había prometido. Su popularidad se mantiene baja desde hace meses, hecho agravado por su escandalosa separación de la periodista Valerie Trierweiler, luego de que se conociera su affaire con la actriz Julie Gayet. La última comidilla de las revistas de chimentos es que ahora se habría distanciado también de Gayet.

Pero si hay algo seguro es que de nada de esto se conversará en el almuerzo en el Elíseo. Ambos gobiernos suelen dar cuenta de su “amistad histórica” y buscan profundizar donde existen intereses comunes como en el campo de los derechos humanos, en el que mantienen algunas iniciativas en común como la Convención Internacional sobre la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas que promueven en la ONU.

Un tema que puede dar tela para cortar es el de Crimea, que por estas horas tiene a los gobiernos europeos en vilo. Argentina votó en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas –que integra como miembro no permanente– en contra de la validez del plebiscito que se realizó el domingo pasado en Crimea, en el que luego ganó por más del 96 por ciento la postura de unirse a Rusia. El gobierno explicó que lo hacía en defensa del “principio de integridad territorial”, siempre con cuidado de no mostrar una posición contradictoria respecto de la que mantiene en Malvinas. Aunque en la Cancillería argentina se preocupan en aclarar que en Crimea hay un pueblo, mientras que Malvinas se trata de una población trasplantada que no tiene derecho a la autodeterminación, de acuerdo con las Naciones Unidas. Por eso en la conferencia de prensa que dio después de reunirse con el Papa, la Presidenta mostró su disconformidad contra el “doble estándar” del Reino Unido que, en este caso, apoyó la resolución presentada por Estados Unidos contra el referéndum considerándolo inválido mientras que promovió el que realizaron los kelpers el año pasado para votar que querían seguir siendo británicos. La cuestión es compleja y con varias aristas, pero es muy probable que en esta cuestión no haya una coincidencia total entre Cristina Kirchner y Hollande.

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