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El país|Miércoles, 30 de abril de 2014
CONCLUYO LA VISITA OFICIAL DEL CANCILLER TIMERMAN A ISRAEL

Una verdadera prueba de amistad

Timerman se reunió con la ministra de Justicia israelí, Tzipi Livni. “Nos vamos con la tranquilidad de que ellos puedan comprender mejor la situación de América latina y que a su vez nos transmitieron sus visiones sobre su país y su región”, dijo.

Por Victoria Ginzberg
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El canciller y Livni dialogaron sobre el conflicto en Medio Oriente y la negociación con Palestina.

Desde Jerusalén

Lo primero que hizo el canciller Héctor Timerman cuando recibió en el hotel King David a la ministra de Justicia israelí, Tzipi Livni, fue agradecerle su presencia. No lo dijo como una formalidad. Es que la mujer, una rubia alta de 55 años, es la encargada de la negociación con Palestina, lo que implica que tuvo una semana bastante movida, por decirlo de una forma sutil. “La vi preocupada, pero es una persona que cree en la necesidad de la paz y sabe que en ambos lados hay gente que no está interesada en que haya paz”, contó luego el canciller. Durante el encuentro, Livni se interesó por la visión y el interés que en América latina hay sobre el conflicto en Medio Oriente.

Cuando armó la agenda de su visita oficial a Jerusalén, Timerman pidió reunirse con Livni para conocer de primera mano la visión israelí sobre las negociaciones de paz. El canciller había estado con varios pares de gobiernos árabes y quería completar el panorama. La suspensión del diálogo, luego de que el presidente palestino, Mahmud Abbas, llegara a un acuerdo con la organización Hamas, hizo que el tema estuviera presente en todas las reuniones que Timerman tuvo con funcionarios israelíes. El lunes, con el ministro de Relaciones Exteriores, Avigdor Liberman, y con el presidente Shimon Peres el tema no faltó, más bien todo lo contrario. Pero ayer fue el turno de la especialista.

Livni hizo un racconto de estos últimos nueve meses y quedó claro que el estado actual de la situación no es el que deseaba la funcionaria. Timerman le preguntó si no se había intentado hacer una negociación directa entre las dos partes, sin un “facilitador” y, además, por qué siempre el mediador es Estados Unidos. Ella, a su vez, quiso saber cómo era la visión en América latina de este proceso.

“Hay afecto por Israel y un reconocimiento de que no se trata de cualquier país, sino que surge después del Holocausto, pero también hay un reconocimiento al pueblo palestino a elegir su destino”, explicó luego a los periodistas el canciller. “Cuando nosotros dialogamos con Palestina lo hacemos sin pensar en Israel y cuando dialogamos con Israel lo hacemos sin pensar en Palestina”, abundó Timerman, parafraseando al ex primer ministro de Israel David Ben Gurion, que decía que los judíos debían combatir a los ingleses (que les impedían el ingreso a Palestina) como si no existiera el nazismo y al nazismo como si no existieran los ingleses.

Timerman y Livni almorzaron en un salón del tradicional hotel King David, que tiene una imponente vista de la ciudad vieja de Jerusalén, lugar donde se puede entender mejor el conflicto, ya que en pocos metros cuadrados se encuentran lugares sagrados para el Islam (la mezquita de la Roca) y para el judaísmo (el Muro de los Lamentos) y, como si no alcanzara, también para el cristianismo (el Vía Crucis y el Santo Sepulcro).

El edificio de piedra caliza del hotel King David, cuyo imponente lobby está hoy pintado con verdes, turquesas y tiene molduras con flores en las paredes y en el techo, fue sede de la Comandancia Militar del mandato británico de Palestina y fue bombardeado por el movimiento armado sionista Irgun, al que pertenecieron los padres de Livni, en julio de 1946.

La reunión con la ministra de Justicia israelí fue la última actividad de Timerman en Jerusalén. Por la mañana se había entrevistado con integrantes de organizaciones no gubernamentales por la paz y Natan Sharansky, un ex disidente ruso y actual presidente de la Agencia Judía, con quien tiene una relación de amistad personal (ver aparte).

“Vinimos para escuchar la visión de los israelíes sobre distintos temas y a la vez a hablar de nuestra visión, de América latina, la Unasur, la Celac (Confederación de Estados Latinoamericanos). Siempre es bueno renovar lazos de amistad y este tipo de visitas da lugar a otras acciones, como la firma de tratados que hemos hecho (sobre educación y coproducción cinematográfica). Nos vamos con la tranquilidad de que ellos puedan comprender mejor la situación de América latina y que a su vez nos transmitieron sus visiones sobre la situación en su país y su región”, dijo a modo de balance el canciller.

El lunes, en la reunión política más importante del viaje, la que tuvo con Liberman, ambos destacaron el vínculo que une a los dos países. Timerman, además, rechazó que las diferencias en torno de la firma del memorándum de entendimiento con Irán, que buscaba avanzar en la investigación sobre el atentado a la AMIA, hubiera resentido la relación. El canciller dijo que es un tema sobre el cual pudo haber diferencias –y no es el único–, pero que esto no significaba que se hubiera resentido la amistad entre los dos Estados. También dejó claro que, si bien el acuerdo con Irán –que por el momento el gobierno de ese país no parece estar deseoso de llevar adelante– podía interesarle a Israel, se trataba de un asunto en el que las decisiones las tomaban exclusivamente los dos países involucrados. Timerman se fue de Israel con el deseo de que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner pueda visitar Jerusalén antes de que termine su mandato. Por el momento, se espera que primero Liberman viaje a Buenos Aires para continuar profundizando la relación.

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