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El país|Sábado, 30 de agosto de 2003
ANIBAL IBARRA DENUNCIA MANIOBRAS DILATORIAS DE MACRI

“El ballottage, en riesgo”

El jefe de Gobierno porteño y candidato a la reelección dijo que las “encuestas le están dando muy abajo a Macri” y advirtió que si insiste con denunciar irregularidades corre peligro la segunda vuelta.

Por Santiago Rodríguez
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El jefe de gobierno porteño, Aníbal Ibarra, dio una conferencia de prensa en el Café Tortoni.
“Sería bueno que Ibarra se tome una licencia hasta que se realice el ballottage”, le respondió el macrismo.
Hasta ahora era Mauricio Macri quien venía tomando la iniciativa, pero ayer Aníbal Ibarra pasó a la ofensiva y se apoderó del centro del ring: el jefe de Gobierno porteño advirtió que el empresario podría estar pergeñando una maniobra para impedir la realización del ballottage porque ya “tiene encuestas que lo están dando muy abajo” en esa instancia. “Si hay insistencia en la apertura de las urnas se puede poner en riesgo la fecha del 14 de septiembre”, dijo concretamente Ibarra a propósito de las reiteradas denuncias del macrismo sobre supuestas irregularidades en torno de la elección del domingo pasado y su insistencia en reclamar que se abran las urnas para recontar los votos.
El recuento de los votos de la primera vuelta de la elección porteña se está realizando en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso y viene lento a raíz de la cantidad de listas que se presentaron en los comicios. El otro motivo que retrasa el conteo final son los pedidos de apertura de las urnas que Compromiso para el Cambio y otros partidos están realizando para verificar que las boletas que hay en su interior coincidan con lo que aparece asentado en las correspondientes actas.
A falta de datos definitivos, los hombres de Macri vienen tratando de instalar la idea de que el resultado final dará al empresario una ventaja sobre Ibarra mayor a los 3,32 puntos que arrojó el escrutinio provisorio. “Luego de escrutarse oficialmente el 17,5 por ciento de todas las mesas, la diferencia a favor de Mauricio Macri es del 4,1 por ciento”, afirmó el jefe de campaña del macrismo, Juan Pablo Schiavi, en el marco de esa estrategia a primera hora de la tarde de ayer.
La afirmación de Schiavi puede parecer curiosa porque poco antes el presidente de la Junta Electoral, Pablo Gallego Frediani, había dado cuenta de que escrutadas más de dos mil mesas –es decir, alrededor del 30 por ciento del total– “las diferencias son menores”, pero tiene una explicación: mantener la iniciativa.
Desde el último domingo hasta ahora, Macri había logrado ese objetivo. Primero a Luis Zamora como defensor del Pueblo de la ciudad y después madrugó a Ibarra con el desafío a un debate que todavía está en veremos. Ayer, en cambio, se topó con un contraataque de su adversario.
El primer golpe de Ibarra fue que “son absolutamente falsos los números de Macri, como fue falsa la imagen del domingo de pretender instalar que tenían 9 puntos de diferencia. Lo que se produce como resultado de la apertura de las urnas es insignificante; no se mueve nada porque para mover un punto se necesitan 17 mil votos”. Los datos oficiales indican que los votos que suma Macri a los consignados en el escrutinio provisorio oscilan entre 200 y 250.
Después de eso, Ibarra profundizó su ataque: dijo que si Macri “insiste en la apertura de las urnas y en denunciar irregularidades se retrasa el escrutinio y se pone en riesgo la fecha de la segunda vuelta”. Para rematar agregó que “como saben que están abajo no vaya a ser cosa que quieran generar problemas” y razonó que “si se insiste en complicar las cosas es porque hay otro motivo”.
Para fundamentar su denuncia, Ibarra dijo tener datos de que el comando de campaña de Macri tiene encuestas propias que lo dan siete puntos abajo en el ballottage. También reveló que la misma jueza electoral María Servini de Cubría le había expresado que le resultaría imposible ocuparse de la organización del ballottage si tenía que seguir abriendo urnas para recontar los votos del último domingo.
“Me parece que el señor jefe de Gobierno se está poniendo un poco nervioso. Por eso sería bueno que se tome una licencia hasta que se realice el ballottage, como hemos planteado la misma noche de la primera vuelta. Es evidente que su estado anímico no es el mejor en este momento para tomar decisiones y administrar la ciudad”, replicó Schiavi ante una jugada que el equipo de Ibarra planificó en detalle con el objetivo de ponerlo nuevamente en el centro de la escena.
Ibarra concretó su contragolpe contra Macri durante una conferencia que ofreció en el Café Tortoni y que, en verdad, había sido convocada para anunciar que aceptaba una propuesta que ayer mismo realizó Poder Ciudadano para mediar en la organización del debate entre ambos. “Si se pretende instalar como eje de campaña el debate del debate, no cuenten conmigo. Si yo ya me siento cansado de este tironeo, imagino cómo deben estar los porteños. Por eso he aceptado esta invitación”, explicó el jefe de Gobierno y puso en duda el interés de su adversario en debatir. Ese era tan sólo uno de sus objetivos. En los cálculos suyos y de sus asesores estaba que los periodistas preguntaran por el escrutinio definitivo. Cuando lo hicieron, lanzó su contraataque contra Macri.

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