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El país|Miércoles, 13 de agosto de 2014
El foro energético que convocó Clarín para unificar la propuesta

Massa, Cobos y Binner en línea

Los “especialistas” convocados son los que trabajaron por la privatización de YPF y la desregulación financiera, con Menem y durante la dictadura. Los candidatos escucharon y asintieron, con algún “aporte” más a la desnacionalización.

Por Raúl Dellatorre
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Sapag escucha a Cobos. Massa conversa con Binner. Antes, los “especialistas” le pusieron letra.

El foro fue convocado bajo el lema “Democracia y Desarrollo”, pero no le hizo honor a la primera al impedírsele el ingreso a especialistas con una mirada disidente con la de los expositores, justamente para evitar cualquier posibilidad de debate. Desde el polo empresario, se convocó a los más duros confrontadores con la política de Estado en materia energética: Juan José Aranguren, titular de Shell Argentina; Daniel Montamat, ex secretario de Energía, asesor de empresas y promotor de la liberalización amplia del sector petrolero, y Ricardo Arriazu, economista que ejerció un rol principalísimo en el Banco Central en la primera etapa de la dictadura militar, a partir de 1976. Del frente político, se convocó a candidatos que promulgan con esas ideas (Sergio Massa, Hermes Binner y Julio Cobos), más el gobernador neuquino, Jorge Sapag. Haciendo profesión de fe, uno de ellos llegó a reclamar que “YPF no debe ser el actor central de la política energética, sino uno más” (Cobos). Quien convocó a ese foro de convergencia, con tan caracterizados participantes, fue el Grupo Clarín.

El seminario en el que participaron todos los mencionados ayer, titulado “Vaca Muerta: convertir el Recurso en Desarrollo”, fue la tercera presentación del ciclo que organiza el mencionado grupo mediático. A éste se había inscripto, para presenciar las exposiciones y debatir, el titular del Observatorio de la Energía para el Desarrollo, Federico Bernal, pero diez días después le informaron que no había más cupo. Este centro de estudios es duramente crítico con las posturas neoliberales vigentes en los gobiernos anteriores, que todavía defienden los ocho ex secretarios de Energía que les dan sustento a las posturas de la oposición en la materia. En forma ordenada, primero expusieron los “especialistas” convocados, que coincidieron sin gran esfuerzo de síntesis en la necesidad de limitar las facultades de control del Estado sobre la actividad petrolera, incluidas las de protección al medio ambiente, y así generar “las condiciones macroeconómicas y jurídicas para atraer inversiones externas”. Con el mismo orden, expusieron los candidatos con aspiraciones presidenciales del Frente Renovador, Sergio Massa, y de la alianza Frente Amplio-Unen, Julio Cobos y Hermes Binner, que suscribieron lo dicho por los “especialistas” que los precedieron.

Con apenas algunas diferencia de énfasis, todos coincidieron en proclamar, como si se tratara de una necesidad básica insatisfecha, “necesitamos capitales externos y acceso al financiamiento internacional”. Los principales abanderados de la consigna fueron Daniel Montamat y Ricardo Arriazu, con antecedentes amplios en la materia. El primero fue titular de YPF en tiempos de Alfonsín, pero años después habría gestionado la conformidad de la UCR con la privatización de la empresa ejecutada durante el menemismo a favor de Repsol (descripto por Horacio Verbitsky en varios artículos de este diario durante el año 2000). A Arriazu se le adjudica la autoría de uno de los instrumentos que más rentabilidad les generó a los capitales extranjeros en la historia argentina: la tablita cambiaria de Martínez de Hoz. No por nada, ayer fueron los más enfáticos defensores de la desregulación financiera “si queremos que lleguen los 20 mil millones de dólares por año que necesitamos para que la energía deje de ser un problema”.

Para lograrlo, señaló Montamat, “se necesita resolver el régimen legal de explotación” que, según agregó Aranguren, debe satisfacer las demandas empresarias en materia de “distribución de dividendos y disponibilidad de hidrocarburos”. Arriazu aportó a ese menú la formulación de “reglas claras”, es decir con facultades del Estado limitadas, “para la protección del medio ambiente”, y la determinación de un tipo de cambio de equilibrio que “debería ser más bajo de lo que la gente cree”. Una fórmula clásica de los ultraliberales: lo que no sea producción primaria (minería y agro) sería mejor importarlo con un dólar barato.

Sin el menor amague de crítica, los candidatos Massa, Cobos y Binner suscribieron lo antedicho y asumieron el compromiso ante los grupos empresarios presentes –los petroleros y el de medios que ofició de convocante– de defender los principios allí expuestos. Le sumaron, de su propio cuño, algunos lugares comunes de la crítica al actual gobierno: “El fracaso de la política energética es un factor central en el déficit de la balanza comercial” (Massa); “la política económica está golpeada por la falta de una política energética” (Massa); “el déficit energético está condicionando la economía” (Cobos); “el déficit energético nos lleva a soportar una gran desigualdad” (Binner).

Además, agregaron algunos aportes al combo de política energética que les delinearon los grupos económicos presentes. Cobos sostuvo que “YPF no debe ser el actor central de la política energética, sino un actor más; importante, pero uno más”. Pero Massa fue más allá, al subrayar que para generar “condiciones de previsibilidad, lo primero que tiene que volver a tener la Argentina es un mercado libre de cambios”.

Argumentos conocidos, pero recargados.

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