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El país|Viernes, 5 de septiembre de 2014
CONDENARON A PRISION PERPETUA EN TUCUMAN AL EX MILITAR JORGE D’AMICO

Un fallo que tuvo un “efecto sanador”

El represor fue condenado por el secuestro y asesinato de Germán Cantos López, un joven que fue secuestrado en septiembre de 1976. La víctima se presentó para cumplir con el servicio militar obligatorio y su familia nunca más lo vio.

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Germán Cantos López estudiaba en Buenos Aires, pero viajó a Santiago del Estero para hacer la conscripción.

El Tribunal Oral Federal de San Miguel de Tucumán condenó a prisión perpetua al ex militar Jorge D’Amico, imputado por los delitos de privación ilegal de la libertad, tormentos y homicidio de un conscripto durante la última dictadura cívico-militar. Los jueces Juan Carlos Reynaga, Hugo Norberto Cataldi y Marcelo Juárez Almaraz impusieron la condena a D’Amico por el crimen de Germán Cantos López, un joven que fue secuestrado en septiembre de 1976. La fiscalía elogió el fallo, en tanto los familiares destacaron su “efecto sanador”. La víctima era pariente de conocidos músicos de folklore.

El veredicto se dio a conocer ayer, pero la lectura de los fundamentos fue diferida para el 11 de septiembre. D’Amico era jefe del Batallón de Ingenieros de Combate 141, en Santiago del Estero, y se encargó de la Inteligencia del Departamento de Informaciones Policiales (D-2). Más tarde fue “carapintada” y funcionario del juarismo, el régimen que encabezó el ex gobernador santiagueño Carlos Juárez. Ya pesaban sobre él otras dos condenas –a 20 y a 4 años de prisión– en hechos vinculados con la dictadura.

Germán Cantos López estudiaba psicología en Buenos Aires, pero recibió una notificación para presentarse en la sede del Batallón 141 para cumplir con el servicio militar obligatorio. El joven se presentó y su familia nunca más lo vio; el viernes 3 de septiembre de 1976, cuando debía salir por el fin de semana, fue retenido por orden de sus superiores sin explicársele los motivos. El conscripto se hallaba en el patio central del ex Batallón 141 y fue entonces que le comentó a un compañero su temor por lo que pudiera ocurrir con su vida. La familia recibió supuestamente de él una carta datada a fines de 1977, en donde informaba que estaba en Tucumán y que no lo buscaran más. De acuerdo a testigos, el joven habría estado alojado en el centro clandestino de detención conocido como Arsenal Miguel de Azcuénaga, por el que también pasaron sus primos, Anabel Cantos Sanabria y Luis Cantos Carrascosa.

En tanto, la fiscalía y los familiares querellantes valoraron el fallo que condenó a D’Amico. “Creo que es un fallo absolutamente ajustado a derecho”, dijo el fiscal Jorge Auat, titular de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad, sobre el veredicto del tribunal tucumano. Auat elogió la tarea de la fiscalía y señaló que “la sentencia recogió el planteo del Ministerio Público”, respaldado a su vez por “toda la jurisprudencia”.

Por su parte, el fiscal Pablo Camuña opinó en el mismo sentido y destacó la importancia de que el Tribunal haya considerado “aplicable y aplique la pena de prisión perpetua para delitos tan graves, de lesa humanidad”, como pidieron fiscalía y querella. “Esa era nuestra pretensión punitiva y me parece que era la resolución correcta del caso, después de un proceso llevado adelante con todas las garantías”, subrayó.

Asimismo, Roberto Cantos, hermano de la víctima, valoró la realización de este juicio en su sentido más general, como reclamo de justicia por parte de la sociedad, que hace a la dignidad humana, y en el aspecto más íntimo, que toca a familiares y amigos. “Este aspecto que nos toca más íntimamente a cada uno, en base al afecto, en este caso por mi hermano, tiene un poder sanador tremendo. Esto de juntarnos todos los que conocíamos a Germán y estar en el juicio con la sensibilidad a flor de piel, con la memoria a flor de piel”, expresó Roberto, integrante del Dúo Coplanacu.

Luis Garay, de la Asociación por la Verdad, la Memoria y la Justicia, dijo que a su vez el juicio con la sentencia son “un triunfo de un trabajo muy largo en busca de justicia”, del que esa agrupación es impulsora en Santiago del Estero. “Todavía no sabemos qué pasó con nuestros compañeros, si algún día los vamos a poder encontrar o no, pero esto es ejemplificador y debe servirnos para continuar la lucha por una transformación democrática en el país, en Santiago del Estero y en el noroeste, que nos hace mucha falta”, agregó. Garay subrayó que “se ha condenado a una figura emblemática de la represión en Santiago del Estero, no sólo del período del terrorismo de Estado, sino desde antes de 1976 y también en los períodos constitucionales posteriores, ya que D’Amico fue secretario de Seguridad de la provincia hasta 2003.

Germán Cantos formaba parte de un grupo de 11 amigos que integraba también Garay, la mayoría de los cuales fueron víctimas del terrorismo de Estado.

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