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El país|Jueves, 2 de octubre de 2014
Con 134 votos a favor, la Cámara de Diputados convirtió en ley el Código Civil y Comercial unificado

Otro manual para regular la vida cotidiana

El oficialismo logró aprobar la nueva codificación civil y comercial, pese a que la oposición se retiró del recinto.

Por Miguel Jorquera
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Al término de la sesión, el Frente para la Victoria celebró el resultado de la votación.

El actualizado, reformado y unificado Código Civil y Comercial ya es ley. La Cámara de Diputados aprobó con 134 votos a favor y ninguno en contra la nueva codificación que ordenará el sistema jurídico civil y comercial de los argentinos a partir del 1º de enero de 2016. En sus 2671 artículos, el código unificado incorpora nuevos derechos adquiridos, incluye nuevas regulaciones en materia de matrimonio, divorcio, contratos prenupciales, fertilización asistida y adopción, además de pesificación de los contratos, reconocimientos de nuevas sociedades, entre muchísimos otros temas (ver aparte). “Este bloque está dentro de la historia y no afuera, como la oposición. Si no quieren ser protagonistas del cambio, que se hagan cargo”, sentenció en el cierre del debate la jefa del bloque de diputados del FpV, Juliana Di Tullio, en reproche a las bancadas opositoras que se retiraron en masa del recinto, tras fracasar en su embestida para frustrar la sesión, luego de judicializar la sanción del nuevo Código con amparos y denuncias penales enarbolando cuestionamientos reglamentarios y de procedimiento.

Di Tullio calificó al viejo Código de Dalmacio Vélez Sarsfield como “un Código elitista, que se votó a libro cerrado y cuando no existía ni el voto universal, hace 150 años, hecho para 2500 familias poderosas de la Argentina. Este (el nuevo Código) es para reglamentar la vida de todos los argentinos y cristalizar más derechos”.

Con sólo el oficialismo y sus aliados más firmes en el recinto, la votación fue unánime: 134 votos a favor convirtieron al nuevo Código en ley. Los diputados se abrazaron entre las bancas, desde los palcos con militantes de La Cámpora, el Frente Transversal, el Socialismo de la Victoria bajaban los cánticos y consignas a favor del Gobierno; y en los pasillos del Palacio Legislativo integrantes de organizaciones civiles y por la diversidad sexual se abrazaban y lloraban celebrando la incorporación de muchos de sus derechos.

La sesión arrancó complicada y la jefa de la bancada kirchnerista lo dejó plasmado en su cierre. Lamentó el “vacío significativo y teatral del arco opositor en general”, calificó la deserción opositora como “un grave error político”. “No fue un debate, fue una actuación más, una suerte de dramatización guionada, reinterpretando las leyes de la oposición sin rumbo, conducción ni agenda política propia”, sentenció Di Tullio.

Luego destacó “el coraje” de la Presidenta, la conducta de su bloque y el respaldo de los aliados, “no por disciplina partidaria sino porque se sienten parte de este proyecto político”. “No se persiguió una redacción perfecta, existen diferencias entre nosotros. Es posible que se pueda corregir y enmendar. En lo particular, yo tampoco acuerdo con todo el articulado”, agregó Di Tullio para admitir cuestionamientos a distintos puntos del Código, como el acceso al agua potable y el polémico artículo 19 (“la existencia de la persona humana comienza con la concepción”), entre otros. “Pero tenemos en claro, una cuestión principal –agregó la diputada bonaerense–: es un Código moderno con nuevas formas y derechos, que baja la litigiosidad. Es tan claro que no puede ser interpretado en forma errónea por ningún juez. Con derechos concretos de ejercicio real.”

Diana Conti, quien copresidió la comisión bicameral que redactó el dictamen del nuevo Código, fue la miembro informante del oficialismo, con un repaso de los principales ejes de la nueva normativa. Otros diputados oficialistas y sus aliados detallaron aspectos específicos de los seis libros que componen el código unificado.

En retirada

Todo el arco opositor tuvo su tiempo en el recinto para exponer los cuestionamientos reglamentarios con los que se proponía derrumbar la sesión especial de ayer. El principal y coincidente argumento de la oposición fue la “inexistencia” de dictamen y el reclamo de que se abriera el debate “sobre tablas”.

El radical Mario Negri despojó de efusividad su intervención, en la que hizo un repaso detallado de cada uno de los cuestionamientos, pensando más en la versión taquigráfica que en la TV. Insistió en que el dictamen de la bicameral fue modificado en el pleno del Senado, por lo cual ya “no hay dictamen”, sino media sanción; además remarcó que el “dictamen se cae cuando hay recambio parlamentario”. “Esto está viciado de absoluta ilegalidad”, remarcó Negri.

“Muchachos, lo que van a votar hoy no los va a llenar de orgullo”, sentenció la massista Graciela Camaño, antes de reclamar que se realizara la votación para habilitar el debate, y sostuvo que tenían una “escribana” para certificar “los necesarios” dos tercios de los votos. El macrista Federico Pinedo siguió en la misma línea y propuso la moción de la votación nominal sobre tablas. “Violaron el reglamento para aprobar a los codazos el Código”, sumó Margarita Stolbizer, en nombre del interbloque del FAP.

Elisa Carrió volvió a diferenciarse y recordó que el suyo fue el “único bloque” que se opuso a la creación de la bicameral, reclamó la votación nominal porque “si no –amenazó– lo contabilizaremos con escribano”. Luego señaló que el tratamiento del Código es de “inhabilidad absoluta e insanable”. “Esto es pacto político express entre la Presidenta y el Vaticano”, señaló el diputado trotskista Néstor Pitrola, quien se quejó porque el FIT no participó de la discusión del Código porque llegó al Congreso luego del dictamen de la bicameral. “No estamos de acuerdo en resolver esto yendo a la Justicia cooptada por los partidos mayoritarios”, sumó su compañero de interbloque Nicolás Del Caño.

Di Tullio asumió también entonces la réplica de los argumentos opositores. “Es una vergüenza que acudan a otro poder para impedir el tratamiento de una ley”, les reprochó a los diputados de la oposición que presentaron recursos de amparo y denuncias penales. “Sigan denostando a la política”, espetó.

“La verdad es que hay que reconocer que la única diputada con coherencia discursiva es Carrió”, siguió Di Tullio para recordar que la chaqueña fue la única que se opuso a la creación de la bicameral. Pero también sumó los discursos de los diputados opositores que entonces replicaron los argumentos de Carrió y convalidaron la conformación de la bicameral y su reglamento para abordar el debate del nuevo Código.

El presidente de la Cámara, Julián Domínguez, también desempolvó la versión taquigráfica de la sesión en la que Diputados aprobó el 4 de julio de 2012 la creación de la bicameral. Allí los diputados Graciela Camaño (Frente Renovador), Federico Pinedo (PRO), Juan Pedro Tunessi (UCR) y Liliana Parada (FAP) “defendieron el trámite que hoy siguió la Cámara de Diputados”, con los argumentos inversos a los que esgrimieron ahora para tratar de impedir el tratamiento y redactar sus denuncias penales.

“En este caso existe dictamen de la comisión bicameral, la única habilitada para dictaminar, y es el dictamen sancionado por el Senado lo que se está poniendo a consideración, no siendo necesaria una mayoría de dos tercios o la habilitación de su tratamiento sobre tablas”, afirmó Domínguez, que cerró el paso al reclamo opositor.

La retirada opositora del recinto ratificó su fracaso y el Código se convirtió en ley sin su presencia.

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