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El país|Martes, 7 de octubre de 2003

Chacho reaparece por TV a tres años de su renuncia

El ex vice conducirá un programa de cable por Plus Satelital, a partir de mañana. Busca generar un espacio para el debate de ideas, complementario de su flamante centro de estudios.

Por José Natanson
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“Nosotros no queremos reemplazar a los gobiernos sino trabajar en el mediano y largo plazo”, dice Chacho.
Luego de tres años políticamente erráticos, Carlos “Chacho” Alvarez parece haber encontrado un nuevo lugar en el mundo. Bien lejos de la coyuntura, el ex vice dirige el Cepes, un centro de estudios que quiere convertir en el think tank que le falta al progresismo argentino. Ayer, en la presentación de “El poder de las ideas”, el programa de televisión que conducirá todos los miércoles a las 21 por Plus Satelital, Alvarez aclaró que su objetivo no es asesorar al Gobierno ni convertirse en un opinólogo todoterreno. “No nos vamos a ocupar de la resolución de los problemas ni del día a día. El objetivo es hacer un aporte en el campo de las ideas, del debate profundo”, aseguró.
Fue el azar, según los organizadores, lo que hizo que la reaparición pública de Alvarez se produjera justamente ayer, a tres años exactos de su famoso portazo. En cualquier caso, fue un encuentro programado con periodistas, algo extraño para un Chacho acostumbrado al silencio. En el hotel del Abasto donde se realizó la charla, los integrantes del Cepes se mezclaban con algunos chachistas prehistóricos, como Ricardo Mitre, y otros históricos, como Marcos Makón.
“Esto no es un programa de televisión sino una prolongación del centro de estudios, un canal para trasmitir las investigaciones, los temas y debates que generamos. Consideramos que hay dos tareas simultáneas: una tiene que ver con el día a día, con la resolución de los problemas concretos, que llevan a cabo aquellos que fueron elegidos para la resolución de lo urgente. Nosotros no queremos reemplazar a los gobiernos, sino trabajar en la tarea de mediano y largo plazo, que está vinculada a las ideas, al debate profundo. Ese es el aporte que queremos hacer”, sintetizó Alvarez.
–¿Tiene prevista alguna instancia de articulación con el Gobierno? –le preguntó Página/12.
–No de comunicación sistemática u orgánica. Lo que sí hay son diálogos con algunos funcionarios, comentarios. Eso existe. Y todo lo que uno pueda hacer para ayudar va a tratar de hacerlo, sobre todo con un gobierno con el que uno siente un nivel alto de identificación.
La obsesión de Chacho por escapar al debate cortoplacista viene de lejos, lo cual es curioso para un hombre que hizo de la táctica un estilo político. En los ‘80, en plena primavera alfonsinista, Chacho dirigió Unidos, la revista-libro que se convirtió en el centro del pensamiento de un sector del peronismo renovador.
Luego de la renuncia y de un tiempo de idas y vueltas, Alvarez retomó la vieja obsesión. Rechazó la oferta del Gobierno para hacerse cargo de la embajada en México y, mientras espera la decisión de la ONU sobre la jefatura de la Cepal, se dedica a dirigir el centro de estudios. La idea -dice– es transformarlo en un núcleo de debate del progresismo argentino, algo así como un CEMA de centroizquierda.
“Cada vez que la derecha llega al Gobierno desembarca con sus programas y sus técnicos. A la izquierda le falta un ámbito de debate, de reflexión, que no sean los partidos políticos”, explicó ayer. “Vamos a trabajar incentivando el intercambio entre sectores que difícilmente se encuentran. En Argentina es muy difícil que un empresario se siente a conversar con un intelectual. Hay como espacios tabicados. Nosotros, desde el centro de estudios y desde el programa de televisión, vamos a incentivar esos encuentros.”
–¿Una especie de transversalidad?
–Sí, podríamos hablar de una transversalidad, pero de las ideas, entre sectores y figuras que tengan visiones diferentes, matices, pero no posturas antagónicas.
Chacho siempre se movió con cierta comodidad en televisión, aunque una cosa es participar como invitado y otra muy distinta conducir un programa. Ayer, el ex vice insistió que su plan no es convertirse en periodista. “La idea es ampliar el universo de las cosas que se producen en el centro de estudios. En general, los ámbitos académicos, de investigación, tienden a estar muy centrados sobre sí mismos.”
–¿Por qué la televisión y no una revista o una publicación?
–La televisión nos permite llegar a más gente, porque uno de los objetivos del programa es que el público se sienta partícipe de lo que hacemos. Que haya intercambio, ida y vuelta. Vamos a difundir cosas que no aparecen en la TV abierta. El cable nos da la posibilidad de que aparezca gente que ha estudiado a fondo determinados temas, que no tiene lugar en la televisión abierta.
En cuanto a la agenda, Alvarez explicó que el primer programa, que se emite mañana, será una especie de presentación del ciclo, que contará con la presencia de dos amigos politólogos: Franco Castiglioni y Juan Manuel Abal Medina. En los próximos, la idea es tratar cuestiones como el desarrollo económico, las dificultades del gobierno de Lula y la agenda de temas estratégicos de la Argentina.
Concluido el encuentro, Chacho partió para la sede del Cepes, en el microcentro porteño. Se lo veía contento, como si, después de un largo tiempo de derrapes, finalmente hubiera recuperado un lugar para el futuro.

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