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El país|Viernes, 13 de febrero de 2015
La ex esposa de Nisman acaparó la atención en la convocatoria opositora en el Congreso

“Que se evite el uso político de la causa”

La jueza Sandra Arroyo Salgado reclamó que no se emitan juicios de valor sobre la muerte de su ex marido, que no se politice el caso ni se filtre información a los medios. Pidió un trato “prudente, ético y responsable” de la investigación.

Por Miguel Jorquera
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La jueza y ex mujer de Nisman, Sandra Arroyo Salgado, participó de la audiencia pública convocada por la oposición.

La audiencia pública convocada por los bloques parlamentarios opositores en paralelo con la sesión del Senado donde se discutía el proyecto del Gobierno para modificar el área de Inteligencia del Estado contó con una presencia que terminó por opacar los encendidos discursos que calificaron la muerte del fiscal Alberto Nisman como un “asesinato político o de Estado”: la de la ex esposa del fiscal y jueza federal Sandra Arroyo Salgado, que pidió que no se emitan “juicio de valor” sobre la causa de la muerte de Nisman porque “invade” y “condiciona la investigación”. Aclaró que daba lo mismo el ámbito del que provinieran esos conceptos, ya sea de “las máximas autoridades del PEN, del Poder Legislativo o, en esta coyuntura política, miembros del Poder Legislativo de la oposición”. También solicitó que se “evite la politización” de la causa y “un trato prudente, ético y responsable”, que hizo extensivo a los medios de comunicación.

Sobre este último punto, Arroyo Salgado explicó que pidió como querellante que la fiscal y la jueza de la causa dejen de lado “la desmedida e inusitada exposición mediática de todas y cada una de las pruebas que se van obteniendo han ido desfigurando el curso de la investigación” y que “contribuye a alejarnos de la verdad”. Además de pedir a la defensora general de la Nación que evalúe “la posibilidad de denunciar el caso” ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y que ésta envíe un “veedor” para la causa.

La audiencia pública convocada por el llamado Consenso Parlamentario en el Salón Azul del Senado comenzó poco después del mediodía con una presidencia compartida, para no potenciar ni restarle protagonismo y ninguna de las bancadas opositoras. Allí comenzó a circular para la firma un borrador que elaboró la senadora cordobesa Norma Morandini, con el título de “Compromiso consenso parlamentario” que los diferentes frentes opositores pactaron en caso de que alguno de ellos llegue al gobierno en las elecciones de octubre: derogar la Ley de Inteligencia que en ese momento se discutía en el Senado, impulsar en el Congreso una comisión investigadora sobre el atentado a la mutual judía AMIA en 1994, modificar la Ley de Ministerio Público y derogar el memorándum con Irán. Pero el documento fue objeto de varios cuestionamientos y quedó para la firma en la próxima audiencia que la oposición convocó para el 25 de febrero, cuando la Cámara baja tiene previsto convertir en ley el proyecto oficial que modifica la actual estructura de Inteligencia.

Poco después de las 14, el senador radical Gerardo Morales –que compartió la presidencia con el massista Darío Giustozzi, la macrista Gabriela Michetti y Fernando “Pino” Solanas– anunció que Arroyo Salgado ya estaba en el Senado. Los precandidatos presidenciales Ernesto Sanz, Hermes Binner y Julio Cobos tenían un lugar secundario. En cambio, los diputados Sergio Massa y Elisa Carrió no estuvieron presentes. Una hora después, luego de elaborar en una sala contigua un borrador al que luego llamó Reflexiones, la ex esposa de Nisman ingresó al Salón Azul, se sentó a la mesa que presidía la audiencia y tomó la palabra.

Agradeció a los radicales Morales y Mario Negri y a la puntana Liliana Negre de Alonso, que la invitaron. Pero también mencionó al senador oficialista Miguel Angel Pichetto por el homenaje a Nisman en el Senado. Dejó en claro que conocía que estaba en una convocatoria opositora que funcionaba en paralelo a una sesión del Senado. “Concurro a este espacio al que me invitaron sin ningún tipo de intencionalidad política. No soy oficialista, no soy opositora y en esta coyuntura tan especial que estamos viviendo este año no tengo una definición política”, señaló. “Pero me pareció muy importante un espacio –continuó– que tiene que ver con destacar la importancia de la independencia del Poder Judicial y del Ministerio Público Fiscal, porque hoy es un tema que a mí me afecta en mi condición de magistrada del Poder Judicial de la Nación en el que he sido distinguida, luego de transitar un concurso público de oposición y antecedentes y por la designación del gobierno de Néstor Kirchner.” Explicó también su “difícil” situación personal y la dualidad de ser la madre de los hijos de Nisman y magistrada. “Todos ustedes saben que yo me encontraba desvincula sentimentalmente de él, con lo cual yo no tenía conocimiento del contenido de su trabajo”, arrancó para decir que Nisman iba a exponer ante el Congreso “sobre el contenido y alcance de una denuncia penal que yo entiendo que impactaba de lleno en la institucionalidad de la República, además de poner en tela de juicio el rol del Estado nacional frente a la comunidad internacional en materia de terrorismo”. También hizo una referencia elíptica de respaldo a la marcha del martes próximo: “Por eso les pido estar a la altura de las circunstancias y no faltar a esta cita que lamentablemente estamos teniendo con la historia para fortalecer a la institución a la que pertenezco y su independencia respetando su trabajo”.

Ya había hecho sus “reflexiones” en la que más de una vez reiteró el pedido de “un trato prudente, ético y responsable”, a funcionarios del Gobierno, a los opositores y a los medios de comunicación. Reiteró la solicitud a la fiscal Viviana Fein y la jueza Fabiana Palmaghini para que no expongan ni anticipen a los medios “las medidas de prueba y sus resultados” porque perjudica a la investigación y objetivo de llegar a la verdad y la justicia para sus responsables, “si se comprobara que se trata de un hecho criminal”, en una causa que consideró “incipiente, que lleva poco menos de un mes”. Se levantó y fue despedida en medio de aplausos.

Antes habían desfilado varios oradores, de los confirmados y los que se sumaron ante la ausencia de otros, entre ellos las autoridades de la DAIA. Abrió el presidente de la Asociación de Magistrados, Ricardo Recondo, el fiscal José María Campagnoli, el ex camarista y ex diputado radical Ricardo Gil Lavedra y el titular de la AGN Alejandro Despouy; la legisladora porteña Graciela Ocaña; el sindicalista judicial Julio Piumato, y de los peones rurales, Gerónimo “Momo” Venegas, que alentaron la concurrencia a la marcha. Pero uno de los discursos más encendidos fue el del ex fiscal Pablo Lanusse, que dijo que la Presidenta “no puede marchar con nosotros porque el Gobierno está manchado de sangre del fiscal Nisman” y habló del “autoritarismo fascista que nos gobierna”. Tras el discurso, la macrista Laura Alonso –una de las últimas que hablaron con Nisman antes de su muerte–, lloró sobre los hombros de Lanusse en un costado del salón.

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