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El país|Sábado, 2 de mayo de 2015
Sergio Massa relanzó su candidatura con críticas al Gobierno y a Macri

Quiere probar por la vereda del medio

Con un acto en Vélez, Massa ratificó su intención de postularse a la presidencia. Dijo que buscará transitar “la ancha avenida del medio, ni continuidad ni pasado”, en un discurso breve, repleto de consignas y promesas.

Por Miguel Jorquera
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Los intendentes del Frente Renovador aportaron el grueso de la gente que se movilizó a la cancha de Vélez.

Con un estadio de Vélez Sarsfield digno de un rock star, Sergio Massa tuvo un relanzamiento presidencial planeado para inyectar ánimo a su desdibujada candidatura. “Voy a ser presidente de la Argentina”, dijo Massa a sus seguidores como “un secreto”. “El más joven de la democracia hasta ahora”, se envalentonó. El líder del Frente Renovador sostuvo que su propuesta “transitará por la ancha avenida del medio, más ancha que la 9 de Julio, ni con la continuidad, ni la vuelta al pasado”, en alusión a sus rivales del kirchnerismo y el macrismo. En su discurso buscó apuntarle al gobierno nacional. “No les tengo miedo”, repitió cada vez que amenazó con “barrer a los ñoquis de La Cámpora” de las estructuras del Estado o calificar al gobernador bonaerense y precandidato presidencial del FpV, Daniel Scioli, como “un lorito servil que repite todo lo que le dice el Gobierno”. Luego desparramó consignas con promesas para todos los sectores: eliminación de retenciones a las economías regionales, mantener por ley la Asignación Univeral por Hijo, “no volver a las AFJP”. Tampoco faltó en el discurso su nave insignia, la inseguridad: terminar con la “puerta giratoria para los delincuentes” y “perpetua para narcotraficantes y violadores”, machacó. Una platea VIP, con los intendentes bonaerenses que cargaron con la movilización y sus candidatos” aplaudía de pie en medio de una lluvia de papelitos.

Massa ingresó al escenario montado sobre una de las cabeceras populares de Vélez como un rock star. Un video (de los varios que hubo) lo mostraba tomando mate, en su escritorio de trabajo, con su familia, pero luego enganchó la imagen en vivo desde los toques finales en el camarín, su camino al escenario, su encuentro con su esposa Malena, la aparición en medio de una lluvia de papelitos celestes y plateados y caminó por la pasarela que se extendía hasta el primer anillo de seguridad de una platea con ingreso restringido desde donde pronunció su discurso.

“Olé, olé, Sergio, Sergio”, coreaba la popular. “Es tiempo de poner límites. Ya les ganamos en las urnas a los que se creían dueños de la voluntad de la gente”, bramó el candidato. “Frenamos esa locura del Código Penal, enfrentamos el avance sobre la Justicia y la locura de la Justicia militante. Pusimos límite, hoy somos el puente al siglo XXI, la senda del futuro y el desarrollo”, proclamó Massa.

De lejos lo miraba su esposa, Malena Galmarini, que se encargó personalmente de la organización del acto, donde no faltó nada, tampoco recursos. Pantallas gigantes, un sonido potente, grúas y cámaras colgantes, drones, máquinas lanzapapelitos. Una banda de vientos desde la platea alta sur interrumpió varias veces el hilo del discurso que Massa ojeaba sobre el piso de la pasarela para no olvidarse de nada. La banda le dedicó el feliz cumpleaños –cumplió 43 el martes pasado– y el Himno Nacional, que se coreó como en las jornadas deportivas. Ahí, el candidato les deseó feliz día a los trabajadores, que había omitido antes.

Elogió al “equipo maravilloso” que armó el Frente Renovador en sus comienzos, allí elogió a “Darío”, un Giustozzi que llegó al final y tuvo designado uno de los primeros asientos en el escenario. El jefe de su bloque de diputados había estado ausente en las últimas actividades de Massa y se especuló sobre su continuidad dentro del massismo. Aunque la efímera mención “a Darío” no logró empardar todos los primeros planos que en pantalla gigante se llevó el empresario Francisco de Narváez, su rival en la primaria renovadora por la gobernación bonaerense.

Massa volvió sobre la idea “de quienes nos quieren hacer creer que sólo hay dos veredas”. “La de la continuidad con la inflación, que ‘no existe’, o la inseguridad, que es una sensación”, dijo primero y le dedicó la frase de “lorito” a Scioli. Luego se refirió a “la vereda del pasado: volver al ajuste, al helicóptero, al fracaso con un amontonamiento de dirigentes”. La referencia al acuerdo electoral entre Mauricio Macri y la UCR no habrá sido del todo grata para los dirigentes radicales que se subieron al escenario, como el correntino Eugenio “Nito” Artaza, o la cobista Laura Montero que envió saludos. Los candidatos radicales díscolos de restringir los acuerdos a Macri saludaron desde un video la candidatura de Massa (ver aparte). Por video también llegó la adhesión de su flamante socio político, el cordobés Juan Manuel de la Sota.

Para el final llegó la lluvia de promesas. La otra lluvia que amenazó durante toda la jornada comenzaba a hacerse presente y grandes grupos empiezan a emigrar del estadio. Massa agregó a la lista de promesas “1,2 millones de viviendas para que Riverito no cante por lotería” los planes Procrear “ni los condenen a ser inquilinos” como la propuesta macrista. Planteó llevar al Congreso la ley “de derribo” de aviones y le dedicó la amenaza a La Cámpora, que los intendentes massistas del conurbano aplaudieron de pie. Todo el final fue para los papelitos de colores con una canción de Axel que sonaba desde los poderosos parlantes.

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