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El país|Miércoles, 3 de junio de 2015
Investigan las entradas en la computadora de Nisman del domingo 18 de enero

Sin certeza de que se hayan producido

En la computadora que se analiza, el fiscal no habría guardado archivos de trabajo, sino que la usaba para navegar por Internet y contestar mails. Tenía allí información patrimonial y fotos. Sí había un cuadro con datos sobre la investigación de la AMIA.

Por Irina Hauser y Raúl Kollmann
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La fiscal Viviana Fein espera el informe de la División Cibercrimen de la Policía Metropolitana.

Los especialistas de la División Cibercrimen de la Policía Metropolitana le informaron a la fiscal Viviana Fein que en la computadora de Alberto Nisman existe una entrada a las 20.07 del domingo 18 de enero, cuando el fiscal ya estaba muerto, pero que no hay certezas de que ese ingreso se haya producido y es posible que el registro sea un error o una adulteración. Se especula –dicen los especialistas que trabajan en el caso– con que se trata de un error en una actualización de Windows. Quienes conocen el manejo de computadoras de Nisman aseveran también que en ese equipo el fiscal no guardaba archivos de trabajo: la usaba básicamente para navegar por Internet con el Explorer y contestar mails. Tenía allí además algo de información patrimonial y fotos. Sólo utilizaba habitualmente un archivo denominado Cuadro AMIA, en el que se cliqueaba sobre un nombre y aparecían las referencias de esa persona y los vínculos con la causa. De manera que no está claro si hubo o no un borrado de archivos, ya que no se trataba de una computadora en la que trabajara cuestiones del expediente.

El acceso a la computadora Samsung, a través de tres pendrives, el domingo 18 de enero a las 20.07, irrumpió en la causa judicial como un dato muy difícil de explicar:

- A esa hora, Nisman yacía en el baño, sin vida. El cálculo es que había muerto esa misma mañana entre las 10 y las 12.

- Entre 19.30 y 19.45 la madre del fiscal, Sara Garfunkel, y dos custodios trataron de entrar al departamento por la puerta de servicio. A esa hora, ya había enorme preocupación porque Nisman no aparecía ni contestaba las llamadas. El intento de entrar fue fallido y Garfunkel pidió que la llevaran a su casa, en Saavedra, a buscar una agenda en la que tenía anotado el código para entrar por la puerta principal.

- Garfunkel y los custodios volvieron a las 21, tampoco pudieron entrar por la puerta principal, lo intentaron otra vez por la puerta de servicio, llamaron al cerrajero e ingresaron cerca de las 22.

Parece poco probable que en el tiempo del viaje a Saavedra alguien haya entrado al departamento, ingresado a la computadora con los tres pendrives y que en un lapso muy corto haya copiado y borrado archivos. El dato relevante es que Nisman no usaba esa computadora para guardar archivos de trabajo: sólo usaba el viejo programa Explorer para navegar por Internet, contestaba mails, acumulaba fotos de sus viajes y, según parece, conservaba datos de sus cuentas bancarias, tarjetas, propiedades y cajas de seguridad. Cuando Nisman escribía algún texto para un escrito judicial, lo hacía en un mail y lo mandaba a la oficina o lo copiaba en un pendrive, pero por lo general las correcciones las trabajaba en papel. Del expediente AMIA sólo había un archivo que era una especie de explicación de su pesquisa. De manera, que tampoco encaja que un supuesto superespía haya corrido el riesgo de entrar a copiar y borrar de una computadora donde no se guardaban elementos relevantes. Respecto de los textos que escribía y que luego mandaba a la fiscalía, Nisman los borraba y utilizaba el programa Suredelete, que no sólo borra sino que se sobreescribe en el espacio dejado libre, de manera que –dicen los expertos que trabajan en el caso– son muy difíciles o imposibles de recuperar.

La División de Cibercrimen de la Policía Metropolitana, que está a cargo del peritaje tecnológico, se reunió ayer con la fiscal Viviana Fein y confirmó que existió un evento de conexión a la computadora de Alberto Nisman a las 20.07 del domingo 18 de enero, pero que no existe ninguna certeza de que en ese día y hora haya sido cuando realmente ocurrió. Fue en ese momento, supuestamente, que se conectaron los tres pendrives.

Ahora, los técnicos de Cibercrimen avanzan en medidas para establecer si existió una manipulación o una adulteración. El peritaje tecnológico difícilmente esté terminado hasta dentro de un mes y medio. Ya se completó el análisis de las computadoras (tres más la ubicada en la Unidad Fiscal AMIA) y de los teléfonos, pero faltan las filmaciones del edificio. También se mandó pedir, como parte de las medidas sugeridas la semana pasada por la jueza Fabiana Palmaghini, las imágenes de las cámaras de las tres cajas de seguridad que tenía Nisman. Después de la muerte del fiscal, Sara Garfunkel retiró elementos de las tres, una en el Banco Patagonia, otra en el Ciudad y la tercera en la empresa privada Hausler.

A lo largo del mes de junio se completarán esas medidas, los criminalistas concluirán su junta y emitirán dictámenes. Cibercrimen y los peritos de parte tendrán ahora que determinar si el ingreso a las 20.07 existió o no, si se trató de un error de una actualización de Windows; si hubo una operación de copiado y borrado o si lo que había en la Samsung es lo poco que manejaba Nisman en esa computadora.

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