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A José Manuel de la Sota no le alcanzó con haber desempolvado el pasado kirchnerista de Sergio Massa ni haber puesto en duda sus propuestas por “inconsistentes” durante el debate que anteanoche ambos mantuvieron por televisión: ayer volvió a la carga contra su socio en la alianza Una Nueva Alternativa (UNA) y lo definió con “un inexperto, un inmaduro que ha gobernado simplemente una ciudad”. Pero así como tuvo una de cal, Massa también tuvo una de arena: en busca de reinstalar la candidatura del líder del Frente Renovador, su estratega peruano Sergio Bendixen hizo público un trabajo en el que afirma un “cambio de escenario” en el mapa electoral donde ya “no habría polarización” y Massa le disputaría ahora a un Mauricio Macri “en caída” la posibilidad de ingresar a un supuesto ballottage con el oficialista Daniel Scioli. Como contrapartida, el socio político de Massa en la alianza Una Nueva Alternativa (UNA), el gobernador cordobés José Manuel de la Sota, definió a su contrincante como un “inexperto” y un “inmaduro que ha gobernado simplemente una ciudad”.
Bendixen hizo una puesta en escena para tratar de levantar la imagen de Massa: convocó a periodistas a un hotel, donde se explayó sobre un trabajo de proyecciones electorales de todo el país durante el último semestre, en el que sostiene que “Massa vuelve a disputarle a Macri” la posibilidad de ingresar en un hipotético ballottage con Scioli. El gurú peruano del massismo afirmó que Massa “logró una de las cosas más difíciles en estos procesos, que es frenar la tendencia a la baja”. Según los números que dijo tener, durante el último mes Macri sufrió una caída de 7 puntos en la intención de voto, lo que lo coloca en paridad con Massa en la disputa de un segundo puesto.
También es llamativo que el trabajo de Bendixen es que muestra un escenario favorable al oficialismo. Las 2000 encuestas domiciliarias en los 24 distritos electorales del país, respetando la proporcionalidad de habitantes, arrojan que el apoyo al gobierno de Cristina Kirchner arrancó con un 36 por ciento en enero para alcanzar el 47 en junio, con un 43 por ciento de oposición. Durante el mismo período la imagen positiva de la Presidenta trepó del 45 al 54 por ciento, con un 42 por ciento negativa. El otro dato que desalienta las expectativas renovadoras es de índole económica. El 64 por ciento de los consultados afirmó que su “situación económica personal” es buena y un 2 por ciento muy buena. En tanto el 30 por ciento la consideró mala y solo un 3 muy mala.
Entre las preguntas del sondeo también se evaluó cuán importante es para la población que los candidatos presidenciales participen de un debate: 63 de cada cien consultados lo consideraron “muy importante” y otros 25 “bastante importante”. Sólo diez de cada cien lo desestimaron como “poco” y “nada importante”.
Fueron esos datos los que llevaron a los estrategas de Massa a convencerlo de que levantara como lema de campaña el debate entre los presidenciables, para intentar ubicarlo en el centro de la escena. Pero su propia experiencia en ese sentido no fue la más agradable. En el set del canal de noticias TN, durante el primer debate –de seis pautados– entre Massa y De la Sota, que compiten por la candidatura presidencial de la alianza que armaron entre ambos (UNA), el cordobés no reparó en sacar los trapos al sol de Massa y embestir a su adversario en la primaria.
Ayer, De la Sota volvió a cargar contra el diputado. “Es un inexperto, un inmaduro que ha gobernado simplemente una ciudad y una ciudad atípica porque no tiene la conflictividad que tienen las grandes ciudades, por suerte para los vecinos de Tigre, ¿no?”, sostuvo el gobernador de Córdoba y agregó: “(En esa ciudad bonaerense) tienen un nivel social bastante interesante. Ojalá toda la Argentina fuera así. No es lo mismo gobernar La Banda, en Santiago del Estero, que gobernar Tigre”.
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