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El país|Viernes, 31 de octubre de 2003

Cuatro denuncias en la Cámara baja para Vázquez

La Comisión de Juicio Político comenzó a instruir el juicio político contra el cortesano amigo de Carlos Menem. Por ahora son cuatro, pero estiman que al fin serán más de doce causas.

Por Eduardo Tagliaferro
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La Comisión de Juicio Político comenzó el proceso.
Comenzó el tiempo de descuento para el gran amigo de Carlos Menem en la Corte Suprema. Por unanimidad, los miembros de la Comisión de Juicio Político de la Cámara baja decidieron ayer comenzar a instruir cuatro denuncias contra el supremo Adolfo Vázquez. Además de los casos Macri, Magariños y Meller, los mismos que llevaron a la suspensión del cortesano Eduardo Moliné O’Connor, los diputados aceptaron investigarlo por “la invasión de facultades del Consejo de la Magistratura” en el caso de las medidas disciplinarias aplicadas a la jueza Haydée Dragonetti de Román. En la comisión se especulaba ayer con que resulta “inexorable” que dentro de unas pocas semanas Vázquez termine afrontando una docena de cargos por su intervención en esos expedientes. En paralelo con la reunión de la comisión, la diputada del ARI Elisa Carrió reclamó ayer el juicio político a otros dos magistrados del máximo tribunal. En este caso, contra Antonio Boggiano y Augusto Belluscio.
Aunque la reunión de la comisión de enjuiciamiento discurrió sin mayores sobresaltos, el tucumano Ricardo Falú tuvo que aclarar ayer frente a la prensa que “la promoción del juicio político a Moliné fue votada en el recinto por el 88 por ciento de la cámara”. La mención de Falú viene a cuenta de la fuerte discusión interna que hubo esta semana dentro del bloque peronista cuando el reutemista Angel Baltuzzi y la menemista riojana Alejandra Oviedo criticaron con dureza la estrategia de enjuiciamiento a los jueces de la Corte. En esa ocasión, Oviedo incluso criticó la estrategia de construcción transversal alentada por el presidente Néstor Kirchner. Los legisladores peronistas rebeldes pidieron que las próximas acusaciones contra magistrados, antes de ser llevada al recinto, sean discutidas por el bloque. Ante la ausencia de Falú en esa reunión, la defensa de lo actuado por la comisión estuvo a cargo del porteño Gerardo Conte Grand. En la misma línea que la de Conte Grand, ayer Falú ratificó que la comisión seguirá con la estrategia de analizar las denuncias “caso por caso y juez por juez”.
Al margen de la interna peronista, la comisión recibió material de prueba solicitado por una denuncia de Héctor Polino contra Moliné O’Connor por una decisión de la Corte en la causa Godoy contra la Universidad de La Plata. El diputado socialista adelantó que probablemente la semana que viene formule cargos contra Moliné por este caso. El pedido de juicio político de Carrió a Boggiano y Belluscio se fundamentó en la participación que ambos tuvieron en los casos de las suspensiones de los jueces Magariños y Dragonetti de Román.
Cuando un amigo no está
“Pocas veces sentí tanta convicción al iniciar un juicio político como en esta ocasión”, señaló ayer la diputada frepasista Nilda Garré. La legisladora tenía presente y así lo recordó durante el debate los pormenores de la discusión que llevó a la designación de Vázquez como juez de la Corte en diciembre del ’95.
“También se dijo que yo egresé con un promedio de cuatro puntos(...) El certificado no está todavía completo. Pero acá tengo un promedio de 5,78 puntos que si se redondea sería prácticamente un 6”, había dicho Vázquez enarbolando un ejemplar de Página/12 cuando enfrentó a la Comisión de Acuerdos del Senado. Aquel debate fue emblemático y durante gran parte de esa sesión, además de hablar de su promedio de graduación, Vázquez tuvo que explicar su relación con el entonces presidente Carlos Menem. “Para mí, amigo es todo el que no es enemigo. Esto es lo primero. Lo segundo, yo con respecto a esta publicitada amistad con el doctor Menem puedo decirle lo siguiente: al doctor Menem lo conozco desde hace muchos años, como conozco desde hace muchos años a otros dirigentes, algunos incluso sentados en esta mesa. Y de ahí a que yo sea amigo en el sentido íntimo de la palabra, hay un paso grande”, explicó Vázquez para retrucar a quienes señalaban que su postulación como magistrado de la Corte tenía una sola explicación: ser amigo de Menem.
En aquella oportunidad, Vázquez también se explayó sobre su militancia peronista. El repaso de la versión taquigráfica deja en claro que el actual magistrado supo enrolarse con los sectores más ortodoxos y verticalistas del sindicalismo y del peronismo. “Yo no iba a dejar de reunirme con (Raúl) Matera, con quien yo almorzaba o cenaba casi todas las noches. Ahí sí existía una amistad íntima”, dijo en aquella oportunidad frente a los senadores, para explicar que su ingreso a la Justicia no lo iba a hacer renunciar de sus amigos. “Yo me sigo viendo con Robledo, que es un amigo de toda la vida”, insistió por si alguien tenía dudas sobre su lealtad para con los amigos.
Su currículum político también muestra un camino que siempre bordeó la derecha. En él, Vázquez consignó que en 1964 ingresó al ex Ferrocarril Sarmiento, con el apoyo del entonces secretario general del gremio Atanasio Carrizo. En 1977 fue defensor y asesor de Diego Ibáñez y Rodolfo Ponce, entre otros. En 1983, dirigió los equipos técnicos que apoyaron a Italo Luder y Herminio Iglesias. En 1984 fue asesor del senador catamarqueño Vicente Leonidas Saadi. Por si faltara un detalle, explicó también que, en 1988, colaboró con Menem “en la organización de sus contactos con las Fuerzas Armadas y la Iglesia”. No podrá negar que tal como canta el catalán Joan Manuel Serrat, sus amigos son lo mejor de cada casa, que orinan en mitad de la vereda y...

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