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El país|Domingo, 16 de agosto de 2015
DETRAS DE LOS GESTOS DE AMPLITUD, MACRI Y MASSA BUSCAN ROBARSE VOTOS ENTRE SI

Con segundas intenciones

Tanto en el PRO como en el Frente Renovador descartan la posibilidad de hacer una alianza electoral. Hablan sí de consensuar políticas de Estado y hacer acuerdos de gobernabilidad, pero mientras tanto piensan en sacarse ventajas unos a otros.

Mauricio Macri y Sergio Massa disputan votos entre sí de cara a las generales de octubre.

Como dos jugadores de truco, Sergio Massa y Mauricio Macri se pasaron toda la semana mintiendo y midiendo las cartas del adversario. Los dos se prodigaron una buena onda que no existe en la realidad, sostuvieron que tendrán encuentros que en ambos comandos de campaña indican que no tienen posibilidades de ocurrir, y se mostraron abiertos a contactos que no existieron, pero de hacer un acuerdo electoral, nada. “De ninguna manera”, dijo ayer Massa acerca de pactar con Macri (ver aparte). En el macrismo, cantaron falta envido: “Tampoco queremos saber nada con los intendentes de Massa”, y tiraron las cartas sobre la mesa.

Tanto Massa como Macri se mostraron abiertos al diálogo el domingo de las PASO. Massa sostuvo que iba a convocar tanto al jefe de Gobierno como a la candidata del Frente Progresistas, Margarita Stolbizer, para sellar acuerdos de gobernabilidad y políticas de Estado. En realidad, lo que buscaba es mostrarse como el convocante y el que busca unir a toda la oposición. En el massismo sacan cuentas: si sus adversarios aceptan, Massa queda en el lugar central como convocante del encuentro; si no aceptan, son ellos los que no quieren unir a la oposición.

Macri tuvo iguales comentarios de amplitud hacia sus adversarios opositores: su generosidad llegó al punto de que, además del peronismo, en su discurso habló del progresismo, del sindicalismo y de... ¡la izquierda! La estrategia fue aclarada en múltiples entrevistas que dieron Macri y Vidal durante la semana en las que dijeron que no hay posibilidades de un acuerdo con Massa, dado que las listas ya cerraron y deberán competir. Macri dijo que, por supuesto, cuando sea presidente lo convocará para escuchar sus ideas y sus propuestas.

De nuevo, la realidad es que no hay ninguna generosidad hacia Massa: el PRO busca “robarles” los votantes de José Manuel de la Sota y los propios, apelando a la vieja y conocida estrategia del voto útil opositor. Por eso, todo será buenos modales con el candidatos del Frente UNA. Pero no hay posibilidades de un acuerdo. “El momento de los acuerdos electorales ya pasó. Ahora cada espacio sigue su camino”, sostuvo la vicejefa porteña María Eugenia Vidal, que se postula para gobernar la provincia de Buenos Aires. En ese distrito, los macristas también cortaron la posibilidad de cerrar acuerdos “por abajo” con los intendentes de Massa. Uno de los principales estrategas del PRO en el territorio bonaerense señaló a este diario: “No buscamos ningún acuerdo con el massismo, ni con sus intendentes”. ¿Y qué fueron los rumores de acercamientos? “Es recontra humo –advirtió el macrista bonaerense–. En la provincia, nuestro objetivo es ganarle tanto a Aníbal Fernández como a Felipe Solá”.

En el Frente Renovador, la respuesta es la misma: “No hay contactos. Hubo mucha mezquindad por parte del PRO”, recordaron, en obvia alusión a las conversaciones previas al cierre de alianzas y el cierre de listas nacionales. Por esa época, los pedidos de que Massa se bajara de su candidatura y fuera candidato a gobernador de Macri estaban a la orden del día. Al punto de que el ex intendente de Tigre terminó convocando a una conferencia para anunciar que no se bajaba y que todo seguía igual.

Sin embargo, en esa época el ministro de Gobierno porteño, Emilio Monzó, tuvo reuniones y conversaciones con los massistas para tantear la posibilidad de un acuerdo. Esa posibilidad fue cortada de cuajo en un encuentro de la mesa chica que consistió en Macri, Horacio Rodríguez Larreta y Marcos Peña bajando la directiva de cortar todas las negociaciones. Desde entonces, no hubo nada más y, según afirman operadores de ambas partes, no se produjo ningún acercamiento parecido en la semana que siguió a las PASO.

Si bien Massa se mostró abierto a dialogar, sus dirigentes fueron los encargados de recordar que no hubo acuerdo por decisión de Macri. Uno de los más enfáticos fue el candidato a gobernador Felipe Solá, quien tras recordar el desplante de los macristas, indicó que ya estaban vencidos todos los plazos legales y cerró con una frase muy de su estilo: “Ahora, jódanse”.

El dirigente massista Facundo Moyano no se quedó atrás a la hora de dinamitar puentes. Sostuvo que Macri “es su límite” y que jamás lo votaría. Incluso, le reclamó a Macri que él baje su candidatura porque –según Moyano hijo– no tiene posibilidades de ganarle al kirchnerismo en un ballottage. “El no quiso ir a las PASO para que surgiera un único candidato –recordó el joven Moyano–. El acuerdo fue rechazado por el capricho de Macri. La derecha pudo ser gobierno cuando se disfrazó de otra cosa, pero en este caso no se disfrazó. Y se vio que tiene un techo”.

Mientras las segundas líneas son las que marcan la distancia entre los espacios y plantean las diferencias, como en una jugada en espejo, Macri y Massa son los que se muestran coinciliadores, cada uno con su objetivo. Ninguno de los dos admitió si viene recibiendo presiones del establishment para llegar a un acuerdo, que no parece probable. Por ahora, miran sus cartas, mienten un vale cuatro y hacen su juego.

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