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El país|Sábado, 22 de agosto de 2015
EL PERONISTA JUAN MANZUR Y EL RADICAL JOSE CANO SE VEN GANADORES

En Tucumán preparan las urnas

El domingo, la provincia será escenario del primer test electoral después de las PASO. Manzur se ve ganador por unos 15 puntos en coincidencia con algunos sondeos. Cano confía en la diferencia que puede sacar en la capital.

Por Miguel Jorquera
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Ayer comenzó el operativo de reparto de urnas para las elecciones tucumanas de mañana.

Desde San Miguel de Tucumán

Los casi 28 grados de temperatura y los florecidos lapachos rosados son un anticipo de la primavera tucumana. Las calles de San Miguel plagadas de carteles, afiches, pasacalles y gigantografías también son el anticipo de la elección de mañana donde casi un millón de tucumanos definirá en las urnas quién será el nuevo gobernador de la provincia, que sucederá a José Alperovich. Aunque habrá siete listas de candidatos a la gobernación, sólo dos parecen disputarse la mayoría de la voluntad popular: el vicegobernador y ex ministro de Salud de la Nación, Juan Manzur, por el oficialista Frente para la Victoria (FpV), y el diputado radical José Cano, como candidato del Acuerdo por el Bicentenario, una amplia y heterogénea alianza que reúne a la UCR, un sector díscolo del peronismo provincial, el PRO, el Frente Renovador y Progresistas. Una disputa que en la previa promete ser más reñida que en las primarias nacionales de hace 15 días, donde el candidato presidencial del FpV, Daniel Scioli, cosechó en Tucumán 17 puntos más que los votos sumados de Mauricio Macri (Cambiemos), Sergio Massa (UNA) y Margarita Stolbizer (Progresistas).

Tucumán será el primer test electoral tras las PASO nacionales y una de las pocas provincias (junto a Chaco) que elegirán a sus futuros gobernantes antes de la elección general del 25 de octubre próximo que definirá al presidente de la Nación. Los máximos referentes del oficialismo y oposición a nivel nacional desfilaron por esta provincia y el domingo estarán atentos a los resultados para volver. Ni unos ni otros quieren perderse la posibilidad de posar en la foto junto al ganador para intentar inclinar la balanza a su favor con la mira puesta en octubre. Pero sólo habrá alegría para uno de los dos sectores en pugna.

La Constitución provincial, reformada en 2006, establece que la elección del gobernador debe ser desdoblada y dos meses antes de las nacionales. Esto tiñe la disputa de características locales. Y a eso se plegaron las estrategias de uno y otro lado.

Cerca de Manzur, reconocen que “arrancaron desde atrás” en las encuestas, cuando el grueso de la oposición provincial se unió alrededor de un solo candidato. Lo que obligó al ex ministro de Salud a trajinar arduamente el territorio para intentar remontar los sondeos. “Ahora estamos bien”, sostuvo Manzur ante Página/12, confiado en que logró revertir aquel comienzo de su tarea proselitista.

En su comando de campaña afirman que “emparejaron” el distrito Capital, que reúne al casi el 40 por ciento del electorado de la provincia, y que la diferencia que sacarían en el interior les permite confiar en un triunfo con cierta comodidad. El entusiasmo tiene un antecedente muy cercano, de hace apenas dos semanas, en el que Scioli superó por 37 puntos a Macri y 40 a Massa en las PASO de la provincia.

Un resultado que en el oficialismo provincial consideran que se puede repetir el domingo, aunque reconocen que ahora todas las estructuras partidarias del PRO y el FR irán alineadas detrás de su principal adversario. Por eso consideran que pueden alcanzar una diferencia a favor del FpV –como también reflejan algunas consultoras– cercana al 15 por ciento.

“No es fácil pero es posible porque Manzur no es (José) Alperovich”, confiaron, en tanto, desde el entorno de Cano a este diario, reiterando las expresiones del candidato radical. Una afirmación que también tiene como antecedente la contundencia del gobernador saliente en las urnas, donde en las PASO nacionales como candidato a senador nacional obtuvo dos puntos más que el propio Scioli y arañó el 60 por ciento de los votos.

De todas maneras, la estrategia electoral de Cano apunta a dejar en el olvido las recientes PASO. Su campaña electoral pasó del Ahora Tucumán y Ahora Cano (emulando la consigna alfonsinista del ’83) al Cano Gana de los últimos días. Su publicidad gráfica en el cierre de campaña va en el mismo sentido: “Imbatible” dice desde las páginas completas a color de los diarios locales donde difunde sus propias encuestas.

Según esos sondeos, Cano afirma que gana en la ciudad capital a Manzur por 51,1 a 36,4 por ciento. Allí, Cano confía en su compañero de fórmula e intendente capitalino Domingo Amaya, un ex oficialista que aspiraba a ser candidato a gobernador, que pegó el salto al massismo para mantener su candidatura y que terminó pactando el Acuerdo del Bicentenario junto al resto de la oposición provincial. La otra encuesta afirma que Cano-Amaya se impone a nivel provincial por 46 a 39 por ciento, aunque ambas tienen entre un 12 y 15 por ciento de “indecisos”.

Cano esgrime que los tucumanos “ya optaron por el cambio”, aunque esto no se haya reflejado en las PASO. El candidato radical se plegó a las denuncias de Macri sobre un supuesto fraude en la provincia. En realidad un pase de factura interna a la candidata a senadora de la UCR en las PASO, Silvia Elías de Pérez, a quien le endilgan no haber garantizado la fiscalización del los comicios. Ahora, todas las fuerzas de la alianza opositora sostienen que aportarán fiscales de las provincias cercanas.

“Mejor, así no hay dudas sobre nuestro triunfo”, replican desde el búnker de Manzur.

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