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El país|Lunes, 23 de noviembre de 2015
El escenario parlamentario para el nuevo gobierno

Minoría en el Congreso

El FpV se mantendrá como el bloque más importante en Diputados y además conservará la mayoría en el Senado. La alianza liderada por el macrismo no tendrá quórum propio en ninguna de las cámaras.

Por Miguel Jorquera

Mauricio Macri tiene por delante el primer gran escollo a la hora de gobernar la Nación: el PRO y sus aliados de Cambiemos (UCR y CC) son minoría en el Congreso, donde el Frente para la Victoria (FpV) conserva su condición de primera minoría en Diputados –supera en bancas a toda la flamante alianza oficialista– y es mayoría con quórum propio en el Senado. Al presidente electo ya no le alcanzará con la prédica del cambio, sino que deberá construir mayorías detrás de cada iniciativa o proyecto para poder llevarlo adelante. Lejos también está la posibilidad de reeditar la endeble unidad legislativa contra el kirchnerismo en el poder que tejieron en 2009 con el Grupo A. Ahora, en una Cámara de Diputados concentrada en pocas fuerzas políticas, Cambiemos tendrá enfrente al FpV liderando la oposición que gobierna la mayoría de las provincias, un Frente Renovador que tiene aspiraciones propias para 2019, al FIT y a una coalición de Progresistas –a la que podría arrastrar– totalmente disminuida. En el Senado, su situación será peor: la alianza de gobierno tendrá apenas 16 bancas frente a 40 del FpV. Este escenario pondrá a prueba las promesas de construir consensos y respetar los principios republicanos. Por lo pronto, convencidos de que el FpV les pagará en el Parlamento con la misma moneda con que lo hicieron estos años el PRO, la UCR y la CC, rechazando cualquier iniciativa del kirchnerismo, los radicales ya alzaron su voz para anticipar que “no nos temblará el pulso para gobernar por decreto”.

Para poder sesionar y aprobar leyes se necesitan sumar voluntades, algo que Cambiemos tendrá que transpirar para conseguir en Diputados, al menos durante sus primeros dos años de gestión. Esos números necesarios en algunos casos son con mayoría simple de los presentes en la sesión y en otros con una mayoría especial igual a la mitad más uno de los integrantes de la Cámara baja, es decir 129 diputados, lo mismo que se necesita para alcanzar el quórum que habilita una sesión. El partido del futuro presidente, PRO, tendrá 41 diputados puros. Su socio principal, la UCR, contará con 40, y su aliado menor, la CC, con apenas 4. Sumados alcanzan 85 bancas, lejos de cualquier aspiración legislativa. A ellos podrían sumarse 3 del Frente Cívico Catamarqueño (UCR) y 2 aliados porteños de ECO (ex Unen). Un número todavía escaso.

Además, Macri deberá tratar de diseñar una estrategia parlamentaria que le permita mantener unido al núcleo de su alianza. Existe la posibilidad de que intente reunirlos en su solo bloque, aunque la apuesta no es fácil. Un grupo importante de los radicales prefiere el sistema de interbloque, para no diluir aún más su identidad partidaria. Por algo similar se inclinaría la CC, que hace gala de su “independencia” y hasta enfrentó al PRO en la Ciudad.

Del lado opositor se concentra el FpV, que con 98 diputados propios es la primera minoría en Diputados, 26 de los cuales pertenecen al núcleo duro cristinista de La Cámpora. Además están sus aliados, como el Frente Cívico santiagueño (6) y el monobloque del Partido Solidario, u otros que lo acompañaron estos años, y que respaldaron la candidatura de Daniel Scioli, como los neuquinos del MPN (2) o el canillita Omar Plaini.

Los 27 diputadas del massista Frente Renovador tendrán juego propio frente a la oficialista Cambiemos, que medirán en función de las aspiraciones presidenciales de su líder, que ya lanzó su campaña para 2019. A ellos se podrían sumar los 5 de la desalotista Unión por Córdoba y la entrerriana Cristina Cremer de Busti –que jugó con el massismo en la elección presidencial– y, tal vez, el monobloque chubutense que responde al gobernador Mario Das Neves. El diputado y líder renovador Sergio Massa ya comenzó a tejer sus propios acuerdos. Difundió con más pompa política que efectividad parlamentaria un encuentro con la ex candidata presidencial de Progresistas, Margarita Stolbizer, en busca de una agenda legislativa común, aunque el bloque del GEN quedó reducido a una banca. No es mejor la suerte del resto de los partidos que acompañaron a Stolbizer en Progresistas. El socialismo tendrá solo 3 diputados, ya que el único que ingresó por el frente que gobierna Santa Fe pertenece a la UCR y ya se alineó con su partido. Mientras que Victoria Donda renovó su monobloque en representación de Libres del Sur.

El bloque trotskista del FIT tiene 4 bancas y ninguna intención de acordar con Cambiemos. Los puntanos de Rodríguez Saá también conservan 4 diputados. Y hay una decena de diputados que se identifica con el PJ hasta ahora anti K, además de otros 4 monobloques.

En el Senado, los números de los representantes de las 23 provincias y la Ciudad de Buenos Aires están todavía más lejos habilitar cualquier aspiración legislativa de Cambiemos. La Cámara alta será el principal obstáculo parlamentario a las propuestas de Macri, en especial si afectan a las provincias. Allí, la mayoría corresponde al FpV, que tiene 40 senadores –quórum propio (37)–, alineados con los gobernadores peronistas de sus respectivos terruños. Más 2 de sus aliados del Frente Cívico santiagueño.

El PRO tiene 4 senadores, la UCR 10, la CC 1 y el juecismo cordobés 1: 16 en total. A ellos se podría sumar sin dificultad al santafesino Carlos Reutemann, elegido en la boleta de Cambiemos pero que mantendría su propio bloque al igual que otros 9 senadores referenciados en el peronismo hasta ahora disidente, que incluye puntanos, pampeanos, cordobeses y chubutenses. El resto de la Cámara lo completan los 2 senadores del MPN, que dividen simpatías entre el FpV y el FR, además de la única banca del GEN en representación de los bonaerenses.

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