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El país|Viernes, 27 de noviembre de 2015
SE PRESENTO ESTELA, UNA BIOGRAFIA DE LA PRESIDENTA DE ABUELAS DE PLAZA DE MAYO

Con las banderas en alto

El libro fue escrito por Javier Folco y tiene prólogo de Baltasar Garzón. Durante la presentación, Estela de Carlotto habló del resultado electoral y dijo: “Vamos a seguir por la memoria, la verdad y la justicia. Hay un pueblo que reclama esto”.

Por María Daniela Yaccar
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En esta década “no necesitamos pedir, nos dieron. No necesitamos reclamar, nos recibieron”, dijo Carlotto.

“Vamos a empezar una nueva etapa política. Las Abuelas festejamos la democracia. Las que vivimos en dictaduras queremos la democracia. Para siempre. Que sepan quienes vengan que vamos a estar ayudando a esta democracia, pero sin bajar ninguna bandera”, expresó Estela de Carlotto ayer por la tarde, en el Centro Cultural Kirchner, donde se presentó una biografía suya escrita por Javier Folco y publicada por Marea Editorial. Con su voz calma aunque contundente, continuó sobre este tema, en carácter de advertencia: “Vamos a seguir por la memoria, la verdad y la justicia. No somos sólo las Abuelas. Hay un pueblo que reclama esto, porque nadie quiere que la historia se repita por la indiferencia. Hay una gran actividad y compromiso ciudadanos que se han mostrado en las urnas. Este 50 por ciento va a estar expectante, celoso y vigilante; va a conseguir del otro 50 por ciento lo que el pueblo se merece: que sea una realidad para todos los argentinos y un ejemplo en el mundo el ‘nunca más’”.

Carlotto llegó sigilosa a la terraza de la Ballena Azul, pasadas las 18.30, con la voz de Luis Alberto Spinetta de fondo. Sonaba de corrido el disco Un mañana. Antes de que comenzara la charla, se tomó una foto con Osvaldo Barone. Entre el público estaban, también, sus hijos Guido y Claudia; y el panel lo integraron ella, el autor del libro, la editora Constanza Brunet y la joven periodista de Télam Milena Heinrich. En la entrada de la terraza de la Ballena dos chicas del sello editorial vendían ejemplares de Estela. La biografía de Estela de Carlotto, que tiene prólogo de Baltasar Garzón. La presidenta de Abuelas sugirió que el ex Palacio de Correos seguirá llamándose “por siempre” Centro Cultural Kirchner y no dejó pasar la oportunidad para reflexionar sobre el editorial publicado el lunes por el diario La Nación, titulado “No más venganza”, aunque sin mencionarlo. “Los que dicen que estos pobres viejitos son detenidos injustamente, víctimas de una venganza, creo que tendrían que ilustrarse, leer y situarse en la realidad de lo que vivimos en esa época tan terrible.”

“Como soy bastante mayor me tomo el atrevimiento de decirles a quienes se creen que están arriba y que son intocables lo que tienen la obligación de hacer. Estoy hablando del Estado. El Estado democrático que tenemos, felizmente el más largo de nuestra historia, ha transitado un camino bastante difícil. Con el diálogo y la transición nacieron los jóvenes que hoy son parte de nuestra historia activa. La juventud argentina está de pie, trabaja, lucha, con la pureza de la juventud y con la fuerza de la sangre nueva”, destacó. En “lo que se ha dado en llamar década ganada”, dijo Carlotto, “no necesitamos pedir, nos dieron. No necesitamos reclamar, nos recibieron. Nos escucharon, nos respondieron. Y seguimos encontrando nietos”, concluyó. Con el suyo, con Ignacio, se abrazó una vez publicada la primera versión de esta biografía, que fue italiana. Dos semanas después de su presentación en Roma, la presidenta de Abuelas conocía a su nieto. El encuentro modificó el final del libro y también la tapa: ahora es una foto en blanco y negro, en la que nieto y abuela están de perfil, mirándose; ella con las manos en ademán de estar conversándole. “La versión italiana terminaba con una situación ficcional”, dijo Folco. Y leyó aquél primer final: “‘Uso bastón porque he caminado mucho y nunca me he arrodillado`, piensa decirle a Guido mirándolo a los ojos por primera vez, los mismos ojos de Laura, esos que ella conoce desde siempre”.

El libro se gestó “de modo insolente”. El autor es cordobés –tanto él como Carlotto bromearon sobre los resultados electorales en esa provincia–. No es periodista, tiene estudios en Filosofía y en Humanidades. Había visto a la presidenta de Abuelas una sola vez en su vida y quiso escribir un libro sobre ella. Al principio ella se negó. El le envío un correo, ella demoró siete meses en responderlo. Cuando finalmente accedió, Folco comprendió el “desafío personal” que le representaría la tarea. “Ella es parte de una institución que respeto muchísimo. Significaba una enorme responsabilidad, ¡y yo no tenía experiencia! Uno va con nervios y con ansiedad. Hasta que te recibe ella como si fuera tu abuela”, graficó. “No quise que este libro se escribiera”, admitió Carlotto. Repetía sentir “pudor” y se autodefinía como “una mujer común”. “Las Abuelas son las protagonistas de esta historia. De los que realmente hay que escribir es de esos héroes, de esa militancia del setenta, por su convicción de querer lo mejor”, subrayó.

Pero, ¿qué puede decirse de Carlotto que no se haya dicho? Sobre este eje también giró la charla, que tuvo un carácter bastante íntimo, allí, en el cuarto piso del CCK, y fue constantemente interrumpida por los altoparlantes que anunciaban actividades. Brunet, la editora; y Heinrich, la periodista, coincidieron al remarcar la “sensibilidad” de Folco para retratar a Carlotto como persona, más allá de su imagen pública, a través de su propio testimonio, el de sus hijos y allegados. Algo parecido escribió Garzón para el prólogo. Heinrich destacó también la perspectiva de género cruza al libro, la claridad de la escritura y el retrato de una vida en conexión con “lo colectivo”. Por su parte, el autor definió a su trabajo como “un gesto político de escribir para que alguien se pregunte quién es”.

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