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El país|Domingo, 30 de noviembre de 2003
IBARRA LE CONTESTA A LA LIDER DEL ARI Y EXPLICA POR QUE NOMBRO A ROMA

“Mi triunfo fue también de Carrió”

Para el jefe de Gobierno porteño es simple: el ARI participó en las elecciones e incluirlo en el gabinete “es honrar el voto recibido”. Los riesgos del antiperonismo y el excesivo temor a la pérdida de identidad.

Por Santiago Rodríguez
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Respondiendo a las críticas de Carrió, Ibarra demarca acuerdos y muestra sus límites con el Gobierno.
“Siempre hay riesgo que las cosas vayan mal, pero yo quiero comprometerme para que vayan bien”, sostiene Aníbal Ibarra y explica que la diferencia que mantiene con Elisa Carrió gira en torno de “cómo posicionarse ante un gobierno con contenido contradictorio, porque en su interior hay muchos que representan el pasado y un Presidente que expresa lo nuevo y lo que uno siempre impulsó”. El debate político entre el jefe de Gobierno y la líder del ARI se profundizó tras la designación de Rafael “Balito” Romá –uno de los operadores de mayor confianza de la chaqueña– como secretario de Desarrollo Social porteño. Carrió había dado expresas instrucciones a sus hombres de no aceptar cargos en el próximo gabinete de la ciudad, que Ibarra presentó a principios de esta semana y del que –en diálogo con Página/12– dijo que “va en el sentido” del armado político que se propone articular a nivel nacional.
–Usted señaló que los cambios en su gabinete tienen connotaciones políticas. ¿Cuáles son esas connotaciones?
–Sin duda, pensar que un gabinete no tiene connotación política es una ingenuidad. Un gabinete expresa una visión política. Siempre fui un convencido de la pluralidad, a la que ahora se alude con esta palabrita mágica transversalidad, y digo siempre porque lo demostré desde el primer día de mi mandato y también ahora. Con la misma firmeza digo que uno no puede juntarse con cualquiera y de cualquier manera. Es necesario tener visiones comunes, puntos de vista y estrategias compartidas. Puedo decir que este gabinete expresa una visión progresista y distintos orígenes, porque hay quienes vienen del peronismo, del Frepaso, del radicalismo, del ARI... También hay otra particularidad: en todos los casos las designaciones tienen que ver con la capacidad de gestión y la responsabilidad que uno debe tener en la administración pública. Hubiera sido una irresponsabilidad pensar sólo en un armado político desligándose de la responsabilidad de gestión. Tengo cuadros muy valiosos al frente de diferentes áreas.
–¿Se puede decir que el gabinete que acaba de armar es una expresión micro del armado político que se propone articular a nivel nacional?
–Va en ese sentido. No quiero reducirlo a esto porque uno debe tener una mirada amplia; cuando uno cree que ya está conviene siempre derribar sectarismos o límites. El gabinete se inscribe en un camino que no se reduce a un partido político ni a que son buenos los que están cerca de uno y no los que tienen otros orígenes. De esta manera uno expresa lo que está pasando en la sociedad en cuanto a una visión moderna y progresista sobre el rol del Estado, de la cual no es dueño ni el radicalismo, ni el peronismo, ni la izquierda. Reivindico no haber cambiado el discurso durante el proceso electoral para ganar sectores de derecha y haber abierto el gobierno a esa expresión política.
–¿Qué respuesta tiene para las críticas que le hizo Carrió? ¿Es usted un pasajero en tránsito hacia el peronismo?
–Con virtudes y defectos llegué hasta aquí sin financiar locales y sin construir aparatos, pero caer en el antiperonismo o el antirradicalismo es un error. Tenemos que construir también con quienes se han animado a romper con esas estructuras y con quienes no participan de esas lógicas. Carrió era valiosa aun cuando estaba en el radicalismo y Néstor Kirchner está haciendo un trabajo político importante, aun estando en el PJ. Lo que debe unirmos es la agenda política y hacia dónde queremos ir. Nos deben unir los contenidos y no nos deben desunir las identidades o las pertenencias.
–Carrió sostiene que usted y quienes desde el centroizquierda hacen el mismo planteo suyo en términos políticos están confundidos. ¿Usted considera que es ella quien está confundida?
–No me creo dueño de la verdad y se equivoca el que crea que la tiene. El proceso es complejo y todos podemos tener dudas y certezas pero algunascosas tengo en claro: no soy opositor por vocación. Si este gobierno sostiene una agenda que es la que siempre defendimos desde el progresismo, y que incluye la defensa de los derechos humanos, recuperar el rol del Estado y de la política, confrontar con corporaciones que han tenido poderes históricos en la Argentina, una vocación regional, acompaño esa agenda. No tengo miedo de apoyar lo que siempre defendí ni tampoco de los caminos sinuosos. El oficialismo y la oposición no son buenos ni malos por definición, sino que lo importante son los contenidos.
–¿La designación de Romá profundiza la disputa política con Carrió?
–Diría casi que la participación de Romá es natural. Fui a las elecciones con diferentes sectores políticos y uno de ellos fue el ARI, que tiene una gran importancia en la ciudad. Es honrar a ese voto y a ese proceso electoral que el ARI pueda participar de un gobierno que todos los que pertenecemos a este espacio político debemos sentirlo como propio. Romá es una persona que tiene mucha experiencia en la administración pública, que tuvo varios años de trabajo en acción social; es una muy buena persona también y expresa esa pluralidad política que insisto que es necesaria en un gobierno. La discusión en un espacio político no debe ser si un dirigente integra o no un gobierno, al que además se contribuyó para que triunfara. Mi triunfo también fue en parte el triunfo de Carrió porque ella se comprometió personalmente y mucho durante el proceso electoral. En todo caso, tendremos que discutir cómo uno se posiciona frente al gobierno nacional, hacia dónde vamos; todo eso es válido, pero si nos quedamos en si una persona integra o no un gabinete estaríamos mal todos.
–Pero Carrió le dio instrucciones claras y públicas a su gente de que no se sumara a cargos de importancia en el gobierno de la ciudad...
–...y dijo también que quien lo hiciera iba a ser en función de una decisión personal. En todo caso fue una decisión personal de Romá, quien también se siente partícipe del ARI.
–Romá dijo que determinadas posiciones de Carrió, como la de no sumarse al gobierno porteño, son difíciles de explicar. ¿Usted las entiende?
–No pretendo introducirme en lo que son actitudes políticas y que cada uno les encontrará sentido o las cuestionará. Lo que planteo es que en los diferentes espacios políticos debemos buscar transformar la realidad, mostrar que somos eficientes en la gestión, que podemos alcanzar los resultados que nos proponemos, que podemos superar crisis y resolver conflictos y que no hacemos en función de determinados principios que reivindicamos siempre; por todo esto tanto el ARI, como otros sectores, apoyaron la disputa que se dio frente a la derecha expresada en Mauricio Macri. Esto de decir si se participa o no de un gobierno son opiniones que deben debatirse en cada fuerza política y no me voy a introducir en esa discusión; estoy gobernando, tengo una vocación de pluralidad, quiero que todos nos sintamos parte del espacio, que todo el centroizquierda se sienta partícipe de este gobierno y en función de eso trato de hacer las cosas, entre ellas proponer que esté Romá, como también Gustavo López, Héctor Capaccioli o funcionarios que vienen de lo que era el Frepaso.
–Usted dice que el debate con Carrió gira en torno de cómo posicionarse frente al gobierno de Kirchner. ¿En su opinión, cómo debería posicionarse el espacio de centroizquierda?
–Yo no coincido con el gobierno nacional en el respaldo que dio a dirigentes peronistas del interior, no apoyo el plácet que se le dio a María Laura Leguizamón en el Senado, pero sí acompaño una agenda política que lleva adelante y que siempre fue nuestra y entonces no voy a debilitar a un gobierno que está avanzando en el mismo sentido que siempre propusimos avanzar. Esto no significa renunciar a posiciones independientes, críticas y en algún caso conflictos; de esto se trata la dinámica política. No cuenten conmigo para ser opositor por definición porque no le tengo miedo a vincularme con los oficialismos. Este es el debate que está abierto en el espacio de centroizquierda. Voy a acompañar al Gobierno en llevar adelante esta agenda, pero no me pidan que apoye gobernadores que son impresentables y que expresan la vieja política por más que ahora quieren blanquearse al calor del kirchnerismo. No renuncio a la independencia como no renuncié a armar mi gobierno. Muchos decían que el kirchnerismo iba a armarme el gobierno y dije que no lo iba a admitir, aunque debo decir también que no hubo ninguna presión en ese sentido.
–¿Entrando en esa discusión, en la posición que usted plantea no se corre el riesgo, como sostiene Carrió, de terminar igual que la UCeDé con el menemismo o el Frepaso con el radicalismo?
–No porque, primero, acá no hay un acercamiento en función de partidos políticos como se dio en ese momento. En mi caso tengo que pensar unos segundos a qué partido pertenezco; me parece que hoy los partidos están desdibujados y lo que sí hay son expresiones de todo un sector político.
–Muchas veces dijo a propósito de las disputas en el progresismo que muchos prefieren ser dueños de un kiosco que socios de un supermercado. ¿Cree que a Carrió le pasa eso?
–No, el debate con Carrió es cómo posicionarse ante un gobierno con contenido contradictorio porque en su interior hay muchos que representan el pasado y un Presidente que expresa lo nuevo y lo que uno siempre impulsó. Esto que es complejo es lo que lleva a una discusión en la que algunos se paran más en el rol de opositor, anunciando que las cosas van a ir mal. Siempre hay riesgo de que las cosas vayan mal, pero yo quiero comprometerme para que vayan bien. Lo del kiosco y el supermercado lo digo por aquellos que quieren sacar un legislador y si lo logran están felices por más que no se hayan acercado al poder. Este no es el caso de Carrió, que jamás peleó por cargos. No es esta la discusión pendiente con Carrió.
–¿Es posible saldar esa discusión? En dos años hay elecciones y Carrió adelantó que tal vez se postule a diputada en la ciudad.
–Falta mucho para el 2005. La preocupación debe ser reconocernos como parte de un espacio y aceptarnos en las diferencias. El 2005 nos encontrará en función de lo que hagamos.

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