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El país|Martes, 9 de diciembre de 2003
UN INFORME DE LA SIDE PONE LA LUPA EN EL PRINCIPAL ASESOR DE GENOUD

El Tato y la Banelco de los senadores

Mario Pontaquarto, brazo derecho del senador radical en época del escándalo, está siendo investigado por la Justicia. Un informe de la central de inteligencia muestra sus vínculos con esa casa, un viaje a Milán y el ingreso de 20 mil dólares a su cuenta.

Por Eduardo Tagliaferro
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Mario “Tato” Pontaquarto, principal asesor del radical José Genoud en el Senado del escándalo.
A última hora del viernes, el Gobierno entregó en los tribunales federales de Comodoro Py las conclusiones de un sumario interno realizado en la SIDE sobre las supuestas coimas que rodearon a la aprobación de la Ley de Reforma Laboral en el Senado durante la administración de Fernando de la Rúa. Además de la participación del agente Isaac Eduardo García en la contratación de teléfonos celulares supuestamente utilizados en la maniobra, el estudio resalta, en varios pasajes, los nexos que supo tener con la Secretaría de Inteligencia el radical Mario “Tato” Pontaquarto, hombre de confianza del ex senador mendocino José Genoud, ex secretario parlamentario del cuerpo y pieza considerada clave en el escándalo. “No se sorprenda si esta semana aparece algún arrepentido que comente más entretelones del caso”, dicen a Página/12 funcionarios que conocen los pormenores del affaire.
El trabajo realizado en la casa de los espías destaca, tal como adelantó este diario, las frecuentes visitas de Pontaquarto a la sede que el organismo de espionaje tiene en la calle 25 de Mayo. Visitas que solían repetirse entre el 1º y el diez de cada mes. El sumario entrega un informe parcial, presentado por la empresa Nextel, del entrecruzamiento de esos teléfonos y se explaya también sobre un viaje de Pontaquarto a Milán, el día siguiente a que fuera aprobada la Ley de Reforma Laboral.
“La causa tendría un empuje fenomenal”, se entusiasma el funcionario que dialoga con este diario, de tan solo pensar en la aparición pública de alguien que cuente detalles vinculados con el caso. Por lo pronto el informe de la SIDE entrega algunos elementos nuevos. Ahora el tema está en manos del juez Rodolfo Canicoba Corral.
El sumario interno comenzó luego de que se conociera que el mismo espía que le pagó a Carlos Telleldín doscientos mil, de los 400 mil dólares que la central de inteligencia le entregó al principal detenido por la explosión de la AMIA, era también titular de la empresa Canteras Brandsen, a cuyo nombre se alquilaron una serie de celulares comprometidos en el escándalo.
“El jefe necesita un favor”, dijo García en los tribunales, que fue lo que en su momento le manifestó Daniel Medina, un ex suboficial de la Fuerza Aérea, cuando le pidió en nombre de Fernando de Santibañes contratar los teléfonos. Además de cumplir la tarea de jefe de custodia de De Santibañes, Medina tenía el control de una central telefónica desde la que se monitoreaban las comunicaciones. Por esas cosas de la administración pública, Medina sobrevivió a De Santibañes, a Carlos Becerra, a Carlos Soria, a Miguel Angel Toma y hasta hace poco, a Sergio Acevedo.
El testimonio de Medina es esperado en los tribunales. Este suboficial que supo dedicarse a la seguridad bancaria y que llegó a la SIDE de la mano de De Santibañes, primero fue desplazado del entorno cercano de Acevedo y posteriormente renunció a su cargo. No bien se conocieron estos datos, los espías comenzaron la tarea de entrecruzar las llamadas telefónicas entrantes y salientes de esos números.
Visitas
Además de la presencia de Pontaquarto en la SIDE, el repaso histórico destaca las visitas de muchos senadores. Entre ellos, el mendocino José Genoud. En febrero de 2000, apenas comenzó la gestión aliancista, Genoud, Pontaquarto y De Santibañes se reunieron en las oficinas que el titular del organismo tiene en el quinto piso de la calle 25 de Mayo 25. Dato que a la luz de los bochornosos hechos que sobrevinieron llamó la atención de quienes hicieron la pesquisa.
El informe oficial también pone el acento en cuestiones que ya figuran en el expediente. Por ejemplo, un viaje que Pontaquarto realizó a Italia al día siguiente de que se aprobara la Ley de Reforma Laboral. El 27 de abril de 2000, con pasaporte oficial, Pontaquarto subió a un vuelo deAlitalia rumbo a Milán. Los espías destacan que la ciudad italiana se encuentra a escasos minutos de Lugano, Suiza, centro en el que proliferan entidades bancarias que hacen un culto de la reserva.
Tanto Pontaquarto como Genoud salieron del país el 27 de abril y retornaron el 9 de mayo. Si bien lo hicieron para participar de una reunión de la Unión Parlamentaria Mundial, que se desarrollaba en Amman, Jordania, partieron tres días antes del comienzo del evento y regresaron cuatro días después que finalizara. Formaban parte de la comitiva los senadores Augusto Alasino, su asesora Viviana Feo, Eduardo Menem, Silvia Sapag, Angel Pardo, Julio San Millán, Leopoldo Moreau y el diputado Edgardo Grosso.
Si bien la tardanza de Pontaquarto en pegar la vuelta llamó la atención de los investigadores, ya que el decreto firmado por Carlos “Chacho” Alvarez autorizando el viaje decía que la comisión legislativa se desarrollaría desde el 27 de abril hasta el 6 de mayo, más sorprendente fue el depósito bancario que Tato hizo no bien regresó a la Argentina. El 10 de mayo de 2000, un día después de regresar, Pontaquarto depositó en una cuenta bancaria de su propiedad en el Banco Francés unos 20 mil pesos convertibles. Cifra no menor para quien llegaba de un tour de 12 días. Genoud también tuvo el privilegio de recibir el depósito de un cheque cuando se encontraba en Jordania. El cheque que el 4 de mayo fue depositado en su cuenta del Lloyds Bank tampoco pasó inadvertido.
Cuando estalló el caso de las coimas, Pontaquarto tuvo que dar un paso al costado. No podía ser de otra manera. El affaire había producido la renuncia de su protector Genoud y de Alasino, entre otros. Desde el gobierno de Fernando de la Rúa se pensó en reciclar a Pontaquarto como delegado de la SIDE en París. “Eso, y dejar las huellas marcadas, hubiera sido lo mismo”, reconoce a este diario uno de los encargados en llevar adelante la pesquisa del caso. Pontaquarto no llegó a París, pero no dejó de presentarse puntualmente del 1º al 10 de cada mes en la sede de los espías.
Quienes conocen el expediente aseguran que uno de los tantos celulares comprometidos en el escándalo lo podría haber utilizado Pontaquarto. Si bien el informe de la empresa Nextel fue parcial, en la SIDE no descartan tener prontas novedades sobre este entrecruzamiento telefónico. Además de este dato, la SIDE tiene pendiente de entregar a la Justicia un informe sobre el estado de sus cuentas financieras y un arqueo sobre los generosos movimientos de dinero que supieron caracterizar al organismo. Tema complejo, ya que la mayoría de ellos se concretaban sin ningún tipo de recibo ni asiento contable. Es la primera vez que desde el organismo se aporta información de cierto peso, que permita avanzar en la instrucción judicial. A tal punto, que nadie descarta que Pontaquarto quizá deba volver a declarar en los tribunales.

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