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El país|Jueves, 11 de diciembre de 2003
LA DAIA APUNTA A OTRA HIPOTESIS POR LOS ATENTADOS

Tras la pista siria y Menem

Gilbert Lewi, nuevo titular de la institución, dijo que la pista siria sobre el atentado a la AMIA podría llevar hasta el riojano.

Por Raúl Kollmann
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Gilbert Lewi, presidente de la DAIA, quiere mirar hacia Damasco.
“No me sorprendería que la pista siria en la investigación del atentado contra la AMIA lleve hasta el ex presidente Carlos Menem.” La frase del nuevo titular de la DAIA, Gilbert Lewi, marca un enfoque distinto al que era tradicional en la dirigencia de esa institución, que durante años mantuvo afinidad con la administración de Menem. Lewi insistió en que “hay que avanzar en todos los sentidos, sin ningún temor. Si el culpable es un ex presidente, si es un ex ministro, es la Policía Bonaerense o quien fuera”.
Paralelamente, ayer se produjo un encuentro entre el canciller Rafael Bielsa, la DAIA, AMIA y Familiares, en el que se acordó reiterar el pedido de extradición del ex embajador de Irán en la Argentina Hadi Soleimanpour. El grave problema es que el ex diplomático ya no está en Inglaterra sino que volvió a Irán. Con este último país existe el plan de buscar un diálogo bilateral para ver si se puede avanzar en que Teherán acepte que la Justicia argentina indague a los diplomáticos imputados.
Los dichos de Gilbert Lewi remiten a una hipótesis que se manejó desde el principio respecto del atentado:
u Que durante la campaña electoral para la presidencia, Carlos Menem cerró acuerdos con el régimen sirio.
u Que esos acuerdos consistían en que Damasco aportaba fondos para la campaña y, a cambio, Menem cumpliría con algunos pedidos sirios.
u Uno de los pedidos clave tenía relación con tecnología nuclear. El ex embajador Oscar Spinoza Melo incluso testificó que delante suyo hubo una negociación en la que Menem prometió tecnología nuclear. El entonces tesorero de la campaña de Menem, Mario Rotundo, también aportó en una causa judicial la fotocopia de un cheque que constituía un aporte del gobierno libio a la campaña presidencial de Menem.
u En ese marco, luego de acceder a la Casa Rosada, el riojano les habría dado la espalda a los compromisos asumidos.
u Como represalia, se habría diseñado el atentado contra la AMIA, presuntamente ejecutado por la organización libanesa Hezbollah. El Líbano, por entonces, estaba bajo el protectorado sirio.
u La hipótesis es que Menem quería, a toda costa, alejar la investigación del atentado de la pista siria para mantener oculta esta trama.
Las palabras de Lewi marcan al menos un camino distinto: hasta ahora, la DAIA, la AMIA, el juez Galeano, los fiscales, Estados Unidos e Israel sólo admitían la existencia de una pista, la iraní. Lo mismo ocurría con el gobierno argentino durante la última década: sólo apuntaba a Irán.
Desde el punto de vista de las pruebas existentes en la causa, la senadora Cristina Fernández de Kirchner volvió a señalar la semana pasada, en el juicio oral, que empezó a desconfiar del juez Galeano a raíz de que no quiso darle importancia a una llamada de Karim Yoma intercediendo para que no detenga al ciudadano sirio-libanés Alberto Kanoore Edul. “Desde aquella vez me quedé con la sensación de que estaba vedada la investigación de la pista siria y que Menem tenía relación con esa pista”, declaró la esposa del Presidente. Kanoore Edul apareció sospechado ya que el 10 de julio de 1994 llamó por teléfono a Carlos Telleldín, justito el día en que éste entregó la Trafic que una semana después estalló frente a la AMIA. Ni Edul ni Telleldín pudieron explicar la llamada.
Según coinciden casi todas las partes, el juez Rodolfo Canicoba Corral, reemplazante del apartado Galeano, debería profundizar en esa pista que no se investigó, tal como además lo admitieron varios hombres de la SIDE.

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