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La unidad del bloque de diputados del Frente para la Victoria está en debate. Para el jefe de la bancada, Héctor Recalde, “el oficialismo de Cambiemos, sus aliados y los medios hegemónicos están interesados en en que se produzca alguna división”, sostiene que “es razonable que existan matices como siempre los hubo en el peronismo” y afirma que “la discusión dentro del bloque está abierta para saldar esas diferencias manteniendo la unidad”. De todas maneras, desde una fracción del sector ortodoxo del PJ que responde a la rama sindical sondearon a algunos diputados del FpV para tentarlos con una ruptura, críticos por lo que consideran una radicalización del bloque frente al gobierno de Mauricio Macri. La reunión de la bancada –que es primera y decisiva minoría en la Cámara baja– prevista para mañana definirá la continuidad de la unidad con diferencias o el cisma que fogonean algunos propios y muchos extraños.
“El primero que tiene que defender la gobernabilidad es el propio gobierno, que viola la Constitución con decretos de necesidad y urgencia, reprime a trabajadores como en La Plata y Cresta Roja o como en la Villa 1.11.14, cesanteando trabajadores estatales por su forma de pensar, además de extorsionar a los que reclaman mejores salarios con la posibilidad de despidos”, contestó Recalde ante los cuestionamientos sobre la supuesta “radicalización” del bloque frente al Gobierno. “Se pueden tener matices sobre cómo llevar adelante la tarea parlamentaria, pero no sobre los principios del peronismo”, sentenció Recalde en diálogo con Página/12. Las réplicas de Recalde se produjeron tras los corrillos parlamentarios que daban por hecho la fractura del bloque, que se concretaría en la reunión prevista mañana en la Cámara de Diputados. Las versiones circulaban ayer con velocidad por los pasillos del Palacio Legislativo y quienes la fogoneaban afirmaban que ya habían reclutado al menos una docena de adherentes por la ruptura, la mayoría de ellos ligados a gobernadores de provincias del Norte. Inluso, las versiones daban por hecho que Juan Manuel Urtubey sería uno de sus impulsores de la fractura. Cerca del gobernador salteño, dijeron a este diario que “suspendió esta semana todas sus actividades políticas por el fallecimiento de su padre”. Desde los sectores más ortodoxos del PJ, que sostienen críticas a la conducción de la bancada, reconocieron a este diario que el diputado y dirigente del Smata, Oscar Romero, fue quien sondeó dentro del bloque quienes estaban dispuestos a romper con el FpV, aunque ninguno de los consultados reveló si adhiere o no a la propuesta. Página/12 pudo saber que las consultas también incluyeron a otros diputados que provienen del FpV pero que tiene su propia bancada, como el ex intendente de Almirante Brown, Dario Giustozzi, entre otros.
–Nosotros queremos reemplazar a este gobierno el 10 de diciembre de 2019, no el 9 de diciembre. Mientras tanto queremos ayudar a la gobernabilidad, pero no se ayuda a la gobernabilidad reprimiendo, cesanteando, despidiendo. Eso nosotros no lo vamos a tolerar en silencio, lo que no quiere decir que pongamos palos en la rueda. También tenemos conciencia que los gobernadores, intendentes, tienen problemas fiscales que necesitan apoyo del gobierno central o de la provincia, por eso entendemos que hayan ámbitos de negociación pero siempre con límite en las convicciones, en los principios. Como decía Evita, “donde hay una necesidad hay un derecho” –contestó el jefe del bloque del FpV.
–Esto es más viejo que Maquiavelo, “divide y reinarás”. Esta es la intención o la necesidad del oficialismo, de sus aliados y los medios hegemónicos, que buscan la división. ¿Cuánto hace que desde algunos medios se viene promocionando esto? También se ha dicho que está ligado a la disputa por la conducción del peronismo y su condición frentista. Siempre hubo matices en el peronismo. Todos tienen derecho a tener aspiraciones, pero eso es lo secundario, lo principal es la unidad. Una ruptura favorece al Gobierno, pero ojo que los que aseguran esto como una muerte anunciada también pueden cometer mala praxis.
Desde que llegaron al Gobierno y para conducir el Congreso, los operadores parlamentarios de Cambiemos apuestan a las negociaciones individuales con los distitintos referentes del FpV en busca de quebrar al principal bloque opositor. El objetivo que se trazó el presidente de la Cámara de Diputados, el macrista Emilio Monzó, fue conseguir un nucleo aliado dentro del peronismo para alcanzar el quórum para sesionar. Una ruptura en el FpV también los ayudaría a alcanzar mayoría en las votaciones.
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