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El país|Jueves, 31 de marzo de 2016
BONADIO LE PIDIO A RAFECAS UNA COPIA DE LA ACUSACION DE NISMAN CONTRA CFK Y OTROS

Una maniobra para reflotar la denuncia

El expediente en que fue desestimada la denuncia de Nisman fue requerido por Bonadio. El juez pretende retomarla en el marco de una causa abierta a partir de la presentación de un abogado del PRO, basada en una escucha ilegal al ex canciller Timerman.

Por Raúl Kollmann
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Bonadio desestimó in limine el pedido de nulidad presentado por los abogados de Timerman.

El juez federal Claudio Bonadio le pidió a su par Daniel Rafecas una copia del expediente en el que fue desestimada la denuncia que hizo Alberto Nisman contra la presidenta Cristina Fernández, el canciller Héctor Timerman y otros funcionarios. Bonadio hizo el pedido en el marco de una bochornosa causa en la que un abogado del PRO utilizó como prueba una escucha clandestina e ilegal de un diálogo entre Timerman y el titular de la AMIA, Guillermo Borger. El canciller no dijo nada que no haya dicho en público, pero el letrado del PRO le formuló una denuncia por traición a la patria, un delito por el que sólo se condenó a Juan Domingo Perón poco después del golpe del 55 y a Santiago de Liniers, antes de la independencia nacional. Los abogados de Timerman pidieron la nulidad de esta causa por ser ilegal la escucha –única prueba del expediente–, pero Bonadio desestimó la nulidad in limine, es decir sin siquiera pedirle opinión al fiscal. Desechó toda la jurisprudencia que indica que no se puede convalidar como prueba una escucha ilegal.

Bonadio aparece como la punta de lanza de las maniobras judiciales puestas en marcha por un sector de los jueces y fiscales de Comodoro Py. En este caso, el magistrado usa una causa surgida de la denuncia asombrosa presentada por el abogado del PRO Santiago Dupuy de Lome, el mismo que en su momento denunció a Axel Kicillof por cobrar sueldo en YPF, cuando la realidad era que Kicillof renunció a recibir ese sueldo y nunca cobró ni un peso.

Lo más grave de la denuncia por traición a la patria es que se basó en la grabación ilegal de una llamada entre Timerman y Borger. El ex titular de la AMIA ya declaró en el expediente que él no grabó la conversación y que tampoco lo hizo nadie de la AMIA. Por lo tanto se trata de una escucha ilegal.

Los abogados de Timerman, Graciana Peñafort y Alejandro Rúa, pidieron entonces la nulidad de la causa porque la única prueba es ilegal. Bonadio debió correrle vista al fiscal Eduardo Taiano, pero no lo hizo. Rechazó la nulidad argumentando que quien habla por teléfono sabe a lo que se expone. Más allá de la ilegalidad de la escucha, no hay nada fuera de lo común en el diálogo:

- El ministro insiste en que se debe negociar con Irán para que declaren los sospechosos por el atentado a la AMIA.

- Deja en claro que de lo único que se conversa con Teherán es de la causa AMIA y no hay diálogo sobre comercio, granos, petróleo ni nada de lo que se adujo.

- Timerman dice varias veces que los imputados son ciudadanos iraníes, por lo cual no hay chances de conseguir nada si no se negocia con Irán. “¿Con quién querés que negocie? ¿Con Suiza? Decime vos con quién querés que negocie. Si fuera con otro, no hubiera puesto la bomba”, le insiste el canciller. O sea Timerman afirma que Irán puso la bomba, algo que está en la causa judicial.

- “No vamos a decir que no negocien con Irán, vamos a decir que Irán es mentiroso, no es creíble, que es negacionista del Holocausto”, le contesta Borger.

Los letrados de Timerman dejan en claro que no hay nada nuevo en ese diálogo, pero que igualmente la causa es nula porque la escucha es ilegal. Tras el rechazo de Bonadio al pedido de nulidad, Peñafort y Rúa presentarán hoy la apelación ante la Cámara Federal. Utilizarán dos argumentos: que la escucha es ilegal y que Bonadio ni siquiera dio vista al fiscal.

Desde Nueva York, donde hace un tratamiento por problemas de salud, Timerman habló brevemente con este diario.

“Página/12 recordó muy bien que el único procesamiento por traición a la patria, antes de esta oportunidad, fue contra Juan Domingo Perón en 1956. Lo hizo el juez Luis Botet, en el marco de la Revolución Libertadora. Yo les recuerdo un caso anterior. El de Santiago de Liniers antes de la Independencia. En ese caso, lo fusilaron. Yo elijo el fusilamiento”, ironizó el ex canciller.

Lo asombroso es que en el marco de un expediente que se puede considerar una opereta política, Bonadio aprovechó para pedirle a Rafecas la causa por la denuncia de Nisman.

Como se sabe, Nisman acusó a la Presidenta, a Timerman y a otros de favorecer a los sospechosos iraníes del ataque contra la AMIA firmando el Memorándum de Entendimiento. Argumentó que el trato era que se levantaban las órdenes de captura con alertas rojas de Interpol y a partir de allí se produciría un intercambio de petróleo iraní por cereales argentinos. Nada de eso ocurrió. Es más, el Memorándum nunca se puso en marcha. El juez Rafecas desestimó la denuncia por inexistencia de delito, lo propio hizo la Cámara Federal y luego el fiscal de Casación, Javier De Luca, también la desechó.

Sintonizando políticamente con el macrismo, Bonadío trata de ver si hay forma de reflotar lo hecho por Nisman. Por ahora, pidió la causa para verla, pero en Comodoro Py lo consideran capaz de cualquier movida.

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