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El país|Miércoles, 11 de mayo de 2016
Hebe de Bonafini viajará al Vaticano para ver al papa Francisco

Con el país en la agenda

Si su salud lo permite, la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo viajará a Roma en las próximas semanas. Luego de hacerle duras críticas, Bonafini intercambió varias cartas con Bergoglio en los últimos años.

Por Washington Uranga
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Hebe de Bonafini dijo que hablará con Francisco de “la situación que estamos viviendo en el país”.

El papa Francisco y Hebe de Bonafini se reunirán en forma privada en el Vaticano en una fecha aún no precisada en las próximas semanas. El encuentro fue confirmado a Página/12 por la propia titular de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo, quien dijo que piensa que “es el momento de ir” a conversar personalmente con la máxima autoridad de la Iglesia Católica. La fecha de la entrevista depende, en primer lugar, de la opinión de los médicos de Bonafini, que tiene 87 años, quienes deben dar su acuerdo para el viaje y, por otra parte, de la agenda del pontífice católico.

Bonafini aseguró que está preparando el encuentro y que en la entrevista “no voy a hablar de cosas personales ni de la Madres”, pero sí de “la situación que estamos viviendo en el país”. Y agregó que buscará que el diálogo “sirva para todos, para unos y para otros”. De esta manera la dirigente de Madres de Plaza de Mayo dejó momentáneamente de lado las diferencias que en distintas ocasiones expresó respecto de Bergoglio, tanto como cardenal arzobispo de Buenos Aires como en su posterior condición de máxima autoridad del catolicismo. En más de una oportunidad Hebe de Bonafini asoció la figura de Bergoglio con la dictadura militar y le reprochó la actitud del episcopado católico diciendo que “ustedes callaron cuando ellos se los llevaron”, refiriéndose a los obispos y a los militares respecto del secuestro y la desaparición de personas.

Bonafini y Bergoglio han intercambiado cartas en los últimos años después de la asunción de Francisco como pontífice y la relación se fue encaminando hasta esta posibilidad de encuentro personal. Hace poco más de dos años, en una de sus misivas, la presidenta de Madres de Plaza de Mayo le escribió al Papa que “hoy, ante mi sorpresa, escucho a muchos compañeros explicar de su entrega y trabajo en las villas. Me alegro infinitamente al saber de su trabajo y siento esperanzas de un cambio en el Vaticano”.

Sobre el encuentro, Bonafini le aseguró ahora a este diario que Francisco “hizo cosas importantes que nos hacen muy bien a todos” y reiteró su intención de darle al Papa su propia visión sobre la situación del país. Uno de los puntos que habría facilitado el encuentro que ahora se confirma es la decisión del Vaticano de hacer públicos los documentos que obran en manos de la Iglesia y que podrían aportar información sobre violaciones a los derechos humanos durante la dictadura militar.

La entrevista que se celebrará en Roma –probablemente en la residencia de Santa Marta donde vive Bergoglio y donde el Papa también recibió a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner– constituye un nuevo revés político para el gobierno de Mauricio Macri en su relación con el Vaticano, que ya había sufrido un rudo golpe con la actitud y la gestualidad de Francisco en el encuentro protocolar de apenas 22 minutos que tuvieron en febrero el Papa y el Presidente argentino. Ahora Francisco recibirá a Hebe de Bonafini en el preciso momento en que el gobierno de la alianza Cambiemos enfrenta críticas de los organismos defensores de los derechos humanos por medidas inconsultas y el giro de la política en la materia sin dialogar con los naturales interlocutores en el tema.

Algo que preocupa seriamente al Papa es el clima de enfrentamiento político y social en la Argentina. A través del testimonio de distintas personas que han tenido encuentros privados con Bergoglio en los últimos tiempos, se sabe que Francisco sigue de cerca la realidad argentina y que ha manifestado su inquietud por lo que ocurre en el país. De fuentes eclesiásticas se conoció también que el presidente Mauricio Macri escuchó de boca del propio Bergoglio en el breve encuentro que tuvieron el pasado 27 de febrero, su intranquilidad por el “clima de revancha” que se vive hoy en la Argentina comparándolo con lo ocurrido después del golpe militar de 1955, una imagen que Francisco reiteró ante más de un interlocutor argentino. En la reunión con Macri, señalan las mismas fuentes, Francisco también le expuso al Presidente su preocupación por la situación de la dirigente Milagro Sala, detenida en Jujuy.

A través de uno de sus editorialistas, el diario Clarín, que suele expresar oficiosamente la posición del Gobierno, reflejó ayer la molestia oficial al señalar que “el Papa amplio y reformista afuera se comporta como un Papa estrecho y conservador dentro. Como Papa conduce a todos. Como peronista a una parte. Y a cinco meses de gestión, recibir a Bonafini es como hacerle la cruz a la mayoría, que votó por el macrismo”.

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