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El país|Jueves, 19 de mayo de 2016
Diputados trataba de madrugada la emergencia ocupacional

Una ley con destino incierto

El debate comenzó a la medianoche. Todo indicaba que el oficialismo habilitaría la aprobación para que Macri la vete.

Por Miguel Jorquera
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Sergio Massa quería ser protagonista de la sesión, pero no le salió.

La Cámara de Diputados se encaminaba a noche a convertir en ley la emergencia ocupacional que prohíbe los despidos sin causa en la Administración Pública Nacional y el ámbito privado por 180 días y prevé la doble indemnización. Al cierre de esta edición, el debate que arrancó pasada la medianoche, continuaba y amenazaba por prolongarse hasta bien avanzada la madrugada, aunque quienes impulsaban que la Cámara baja ratifique el proyecto con media sanción que llegó desde el Senado –Frente para la Victoria, Bloque Justicialista y varios monobloques– afirmaban que “tenemos los votos para sancionar la ley por mayoría simple pero estamos cerca de conseguir los votos de más de la mitad de la Cámara (129 votos) para garantizar su aprobación”. Aunque desde el oficialismo insistían en que la decisión del presidente Mauricio Macri es “vetar la ley” que las cinco centrales sindicales de la Argentina reclamaron al Congreso como una “prioridad” de los trabajadores frente a la ola de despidos y que el Gobierno se niega a reconocer.

La modificación de la estrategia legislativa de Cambiemos, que decidió abstenerse en la votación –como lo afirmaron ayer ente los periodistas los jefes del interbloque, el macrista Nicolás Massot y el radical Mario Negri–, terminó de invertir el escenario político en el recinto, a pesar de las negociaciones paralelas que continuaban en pasillos y despachos del Palacio Legislativo en la madrugada.

Desde el Frente para la Victoria se entusiasmaban con la idea de convertir en ley el proyecto en una votación con mayoría simple si el oficialismo finalmente se abstenía a la hora de votar. De todas maneras, trabajaba junto al Bloque Justicialista con el objetivo de sumar la mayor cantidad de voluntades en el tablero de votación para garantizar la sanción de al ley. Una tarea compleja en medio de negociaciones cruzadas y que se terminaría definiendo en el propio recinto.

El golpe de timón del oficialismo dejó al massista Frente Renovador ante la encrucijada de dejar de lado su propio proyecto –por el que tanto insistió Sergio Massa– y tener que votar la media sanción del Senado para no quedar expuesto con el voto en contra de la ley que reclamaban las cinco centrales sindicales de la Argentina. En una reunión de bloque, ayer por la noche, los diputados massistas todavía cavilaban en la decisión a adoptar con opiniones divididas que podrían abrir las puertas a la “libertad de acción”.

Otros renovadores afirmaban que se decidió votar a favor de la media sanción del Senado, aunque esquivaban hacerlo público y dejaban trascender que el recinto denunciarían “un acuerdo entre Cambiemos y el kirchnerismo” para hacer naufragar su proyecto. “Hay una clara connivencia entre Cambiemos y el FpV para que el kirchnerismo saque su proyecto y mañana el Presidente haga efectiva la amenaza que le hizo al Congreso, de vetar la Ley”, dijo en esa misma línea la jefa del bloque renovador, Graciela Camaño, sin referencias a los acuerdos que previamente el propio Massa tejió con el oficialismo.

En la misma disyuntiva estaba el interbloque Progresistas, que había anticipado que en esta sesión terminarían acompañando el dictamen del Frente Renovador, que podía quedar fuera de discusión si triunfaba el dictamen de mayoría que rubrica el proyecto del Senado. El bloque de Libres del Sur se inclinaba por votar la primera opción si se confirma la abstención de Cambiemos. El socialismo buscaba unificar criterios con sus aliados.

El Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT) ya había anticipado que defendería su propio dictamen de carácter retroactivo y “mayor alcance”, pero terminarían acompañando la media sanción del Senado si esta se convertiría en ley para no dilatar su sanción. Igual, embestirían contra el oficialismo y también tenían críticas para el resto del arco opositor, como el FpV y el FR.

Desde Cambiemos, insistían en que “es inexorable el veto presidencial” y ensayaban el discurso oficial para respaldarlo: “Es una disputa del peronismo que pretende poner de rehén al Gobierno por una situación de emergencia laboral que nosotros no consideramos como tal”, dijo Negri luego de un entredicho con Massa ante los periodistas en el Salón de Pasos Perdidos (ver recuadro).

El Gobierno quiere ahora dar por terminado el capítulo de la emergencia laboral que lo expone desde hace varias semanas en los medios de comunicación y alienta su imagen negativa en los sondeos, algo que incomoda al Presidente. Sus estrategas comunicacionales y políticos sostienen que el costo político del veto presidencial a la ley antidespidos –que Macri ya anunció públicamente– se apagará rápido si el Ejecutivo retoma la iniciativa e impone su propia agenda política. Mientras, en la madrugada, se continuaba discutiendo la sanción de la ley, los diputados de la alianza oficialista ya imaginaban el nuevo escenario y el futuro cercano.

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