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El país|Miércoles, 8 de junio de 2016
En el colegio de los hijos de Vidal y Tagliaferro hay protestas por el acto del Día de la Bandera

Siguen las quejas por la promesa

Página/12 informó que docentes y padres de Morón se oponían a que los alumnos prometan la bandera en la Base Aérea local, donde funcionó un centro clandestino. Las protestas llegaron a la escuela de los hijos del intendente y la gobernadora.

Por Alejandra Dandan
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La gobernadora María Eugenia Vidal y su ex marido, el intendente de Morón, Ramiro Tagliaferro.

La Escuela Crear y Ser de Castelar, en el partido de Morón, es la escuela a la que concurren los hijos de la gobernadora María Eugenia Vidal y del intendente local, Ramiro Tagliaferro. Un grupo de padres de la escuela escribió una carta dirigida a la directora ante la decisión del jefe comunal de hacer el acto de la Promesa de la Bandera el próximo 22 de junio en la Base Militar de Morón, un ex centro clandestino de detención que no ha sido recuperado y funcionó como jefatura del circuito criminal sobre la zona, entre 1977 y 1979. Los padres explicaron en la carta que habrá niños y niñas que no irán a la promesa porque afecta la “sensibilidad y la moral” de muchas familias por tratarse “de un lugar donde se han cometido delitos de lesa humanidad que afectan a toda la sociedad”. Tal como lo informó este diario ayer, en esa misma línea se pronunciaron los organismos de derechos humanos de la zona, organizaciones sociales y políticas y los educadores de Suteba. Entre los niños de cuarto grado de la escuela Crear y Ser hay un nieto de desaparecidos.

“Con motivo de la notificación recibida en la que se convoca a los alumnos y alumnas de cuarto grado a realizar la Promesa a la Bandera en la Base Aérea de Morón, ex VII Brigada Aérea de la Fuerza Aérea Argentina, los firmantes solicitamos tenga a bien modificar el lugar de promesa a la bandera”, explicaron los padres en el primer párrafo de la carta dirigido a la directora, Alejandra Gavuzzo. “De realizarse en dicho lugar, algunos niños o niñas no podrán asistir por afectar la sensibilidad y la moral de algunas familias, teniendo presente que en el lugar convocante se han cometido delitos de lesa humanidad que afectan a la sociedad toda”. El pedido aclara que a los padres no les gustaría que esos niños no puedan participar de “tan importante acto” con sus compañeros por la elección del “controvertido” sitio. Por esas razones piden que se haga en algún otro espacio del distrito.

La carta comenzó a circular en forma de mensajes de texto en los grupos de WhastApp de algunas familias. Leticia, madre de una alumna de cuarto, supo que había otras escuelas del distrito que se bajaron de la celebración. Una de las madres le dijo que su hija no iba a ir a la Promesa. Ella escuchó las razones y también decidió que no mandará a su hija. Cuando esas decisiones individuales comenzaron a circular, un grupo de padre ensayó la propuesta de generar una carta colectiva dirigida a las autoridades de la escuela, un espacio al que sitúan como socialmente comprometido. “Hicimos una carta muy tranquila para pedir que se revea el lugar de la promesa –dijo Leticia a Página/12–. Nos parece que ese no es un lugar adecuado para hacer el acto porque somos sensibles al tema y como sociedad creemos que no es un lugar que esté resignificado con un trabajo de memoria como para que los chicos estén ahí adentro”.

Martín Taramasco es otro de los padres de la escuela. Firmó la carta. Es padre de una niña de cuarto grado del turno tarde y de un niño de primero, pero también es hijo de desaparecidos. Su padre Enrique Horacio “Tato” Taramasco era dirigente de la JP, egresado de la carrera de Arquitectura de La Plata donde estaba su espacio de militancia y fue secuestrado y desaparecido en marzo de 1977. Lo vieron en el centro clandestino El Vesubio. “Yo tenía 5 años cuando lo vi por última vez –contó Martín a Página/12–. Yo mismo fui al Jardín 1 de Morón con documentos falsos y me enteré a los 11 años por qué no estaba mi papá. Cuando desapareció, yo acababa de empezar primer grado y en la primaria él no me pudo acompañar, por eso ahora a mí también se me juega esto de querer acompañarlos”.

La carta comenzó a circular ayer entre los padres. Un primer sondeo les dice que las adhesiones no serán masivas pero tampoco escasas. Leticia dice que de una comisión de 29 alumnos, por lo menos 11 van a firmar este pedido. También adherirán padres de otros grados y hay posibilidades de que se sume el Centro de Estudiantes del secundario.

La polémica por el lugar escogido por Tagliaferro para Prometer la Bandera se generó cuando las escuelas de Morón comenzaron a recibir una carta del municipio con la organización y logística de micros prevista para el día 22 “si no llueve”. Es la primera vez que el acto a la Bandera se va a hacer en ese sitio. Luego de años de realizarse en espacios cerrados, el gobierno que encabezó Martín Sabbatella desde 2003 comenzó a convocar a las escuelas a la plaza San Martín, del centro de la ciudad, como un modo de recuperar el espacio público, en un escenario que a la vez recuperaba los símbolos en la construcción de ciudadanía y democracia. Los actos llegaron a convocar a cinco mil alumnos y a artistas como Teresa Parodi.

La Base Aérea de Morón es el lugar al que también la gobernadora María Eugenia Vidal se mudará con sus hijos por razones de “seguridad”. Para Fabiana Rousseaux, ex directora del Centro de Atención a las Víctimas Ulloa, en el plano simbólico, el lugar aparece ahora en clave de “protección militar” para los civiles de clase media, como sucedió en la dictadura. La base misma es un símbolo de la dictadura marcado por el horror aún en crudo, como explican los integrantes de la Asociación Seré por la Memoria y la Vida. “Estamos repudiando la realización del acto porque éste ha sido un lugar de secuestro, tortura y desaparición que aún no fue recuperado por la Ley, al que la Justicia no ha podido entrar todavía y donde del otro lado de las rejas están los militares”, dice Patricia Rinderknecht, de la Asociación. En esa línea se pronunció la delegación local de Suteba en un comunicado difundido el fin de semana. Suteba denunció en el comunicado que la decisión del modificar el lugar de Promesa a la Bandera se tomó sin consultar a la comunidad educativa. Y manifestó su “repudio a la próxima realización de dicho acto” en un “espacio que fuera centro de detención, exterminio, tortura y muerte, en el marco del terrorismo de estado implementado por la última dictadura cívico-militar” porque entienden que es un “lugar manchado con la sangre” sobre “el cual todavía no ha habido debido proceso para esclarecer aquellos hechos, no puede ser el lugar más apropiado para convocar a la comunidad educativa para celebrar una fecha patria, que pertenece al pueblo, a sus trabajadores y a sus futuras generaciones”.

Entre lunes y martes hubo proyectos del concejales del Frente para la Victoria de Morón para modificar la medida. La organización HIJOS realizó grafitis en repudio y están organizando volanteadas en las escuelas para contarle a quienes no saben que por la Base Aérea pasaron secuestrados, desaparecidos y torturados. Como dice Patricia, algunos poco más grandes que sus hijos.

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