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El país|Miércoles, 14 de enero de 2004
HOY TERMINA EL ALEGATO DE MEMORIA ACTIVA EN EL JUICIO POR LA AMIA

“Las víctimas están con nosotros”

El abogado de Memoria Activa, Pablo Jacoby, pidió reclusión perpetua para Carlos Telleldín, pero no para los policías bonaerenses por el origen “espurio” de las pruebas. Hoy apuntará contra el gobierno menemista.

Por Adriana Meyer
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El armador de autos truchos Carlos Telleldín fue acusado por haber entregado la Trafic.
“No estamos solos en este alegato, en el Tribunal nos acompañan todos nuestros muertos; todas la víctimas están con nosotros”, citó el abogado Pablo Jacoby en su alegato final, a dos años y cuatro meses de inicio del juicio oral por la conexión local del ataque contra la AMIA. El letrado, que representa a la agrupación de familiares de víctimas Memoria Activa, recordó esa frase con que se abrió el juicio al nazi Adolf Eichmann. Sin embargo, diferenció que en la AMIA “no está la posibilidad de tener a todos los culpables, a nueve años sólo juzgamos un pequeño eslabón”, mirando a los jueces del tribunal oral Gerardo Larrambebere, Miguel Pons y Guillermo Gordo. Tal como estaba previsto, Jacoby pidió condena a reclusión perpetua para el acusado por el ataque Carlos Telleldín, pero no acusó a los cuatro ex policías bonaerenses juzgados junto con él porque esa imputación “reconoce un origen espurio”. También reflotó la hipótesis de que el atentado haya sido producto de una “operación controlada” de los servicios de inteligencia.
Telleldín “encubre a la verdadera persona que se llevó la Trafic y tiene más temor a revelar ese dato que al veredicto del Tribunal”, advirtió Jacoby al asegurar que el “Enano”, tal como apodan al reducidor de autos, delató a los ex policías por “venganza” y por los 400 mil dólares que le pagó la SIDE ante el ya separado juez del caso Juan José Galeano.
Jacoby leyó un extenso alegato que continuará hoy, cuando cargará contra el Estado argentino y dirá que la conexión local son los organismos de seguridad y los funcionarios que llevaron adelante la investigación, por lo que no pedirá condenas para los ex policías Juan José Ribelli, Mario Bareiro, Anastacio Leal y Raúl Ibarra. Según el abogado, extorsionaban a Telleldín a cambio de dejarlo trabajar en su negocio de doblado de autos. Y fueron involucrados en el caso por el gobierno de Carlos Menem para tratar de perjudicar a Eduardo Duhalde en la interna partidaria. Por eso, seguramente se escuchará hoy ese nombre y el de otros ex funcionarios menemistas, en la sala de audiencias del subsuelo de los tribunales federales de Retiro. Allí lo escucharon emocionados familiares de víctimas y sobrevivientes que por primera vez en meses colmaron el espacio reservado para el público. Su discurso también fue seguido por los acusados, entre ellos Telleldín, quien acompañó cada acusación en su contra con gestos de fastidio y miradas a sus abogadas.
El representante de Memoria Activa advirtió que la “masacre” de la AMIA fue “una violación masiva de derechos humanos, duplicada por el encubrimiento posterior”. Pese a las críticas a la investigación y a la falta de esclarecimiento, Jacoby consideró probado que la mutual judía fue volada con un coche bomba en cuyo armado y preparación tuvo un rol fundamental el “Enano” Telleldín, quien lo acondicionó para que soportara el peso de 400 kilos de amonal y TNT.
Telleldín, principal acusado, se sintió bastante molesto, ya que Jacoby involucró en el hecho a su mujer, Ana Boragni, quien según él estaba al tanto de todo. Por tal motivo, solicitó a los jueces que ordenaran indagarla de nuevo al magistrado que ahora está a cargo del caso, Rodolfo Canicoba Corral. En tal sentido, sugirió que Telleldín mintió siempre en la versión que dio sobre cuál fue la Trafic que explotó en la AMIA y sugirió que podría existir otro culpable: Guillermo Cotoras, un mecánico que actualmente está en libertad, sobre quien reclamó profundizar la pesquisa.
Además, Jacoby sugirió que el atentado a la AMIA pudo ser una fallida “operación controlada” de alguna fuerza de seguridad que perdió el rastro de los terroristas poco antes de la masacre. “¿Será cierto que el episodio del atentado fue una operación controlada para abortarla a último momento y que los terroristas se escaparon del control?”, se preguntó Jacoby alrecordar una hipótesis de Claudio Lifchitz, un ex prosecretario del juez federal Juan José Galeano que denunció irregularidades en la causa. Esta suposición se basa en el hecho, ratificado por una decena de testigos en el juicio, de que la noche previa al 18 de julio de 1994 un helicóptero sobrevoló la AMIA apuntándole con un reflector, algo inusual en ese lugar.

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