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El país|Sábado, 23 de julio de 2016
Opinión

Víctor Hugo Morales, la DAIA y el PRO

Por Jorge Elbaum *

El pasado jueves 21 de julio, la DAIA (Delegación de Asociaciones Israelitas argentinas) repudió en un comunicado público las expresiones vertidas por el periodista Víctor Hugo Morales en referencia al rol que juegan en la actualidad las dos instituciones que tienen sede en la calle Pasteur 633. Los comentarios vertidos por el periodista de AM 750 se refirieron a que “la AMIA y la DAIA se han convertido en nidos políticos del PRO (…) en línea con sectores de la sociedad que terminaron [haciendo] entrar nazis en la Casa Rosada”. Las manifestaciones de Víctor Hugo fueron catalogadas como un “agravio” por parte de la DAIA apelando a que su “noble misión” es la de luchar contra el antisemitismo y toda forma de discriminación. El cuestionamiento incluye una curiosa convocatoria a “retractarse de sus dichos que difaman y ofenden”.

La filosofía griega diferencia dos términos que ayuda a desentrañar este contrapunto: existe la “doxa” y la “episteme”. La primera refiere a las opiniones subjetivas. La segunda a los datos verificables de la realidad. La primera no requiere contrastarse con datos objetivos. La segunda exige demostrar el elementos que la justifican. La afirmación de Víctor Hugo se basa en una amplia y detallada suma de verdades, algunas de las cueles pueden deslizarse aquí: (a) Ambas instituciones utilizaron el cuestionamiento del memorándum como parte de la campaña política de Cambiemos contra el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y la candidatura de Daniel Scioli. (b) Se convirtieron en los voceros y representantes de la derecha republicana y el partido Likud para truncar el memorándum, en el marco de políticas guerreristas, que buscaban destrozar el acuerdo de Obama con Irán. (c) Elaboraron una estrategia de deslegitimación de la tarea del juez federal Daniel Rafecas -que incluyó un pedido de juicio político ante el Consejo de la Magistratura- para resucitar la acusación del ex fiscal Nisman y condenar al juez que la desestimó por “carente de evidencia”. Quién la presentó es –curiosamente– el diputado Waldo Wolff y lo hizo con el fundamental apoyo institucional de la DAIA. (d) El actual Ministro de Medio Ambiente, Sergio Bergman, es uno de los voceros públicos de la persecución contra la ex presidenta de la Nación. (f) El actual Secretario General de la DAIA, Santiago Kaplún, es director de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Medio Ambiente, nombrado con un cargo político por Bergman. (g) El actual secretario de Derechos Humanos -y ex Director Ejecutivo de la DAIA nombrado por Rubén Beraja-, Claudio Avruj, es el lobista encargado de transitar los pasillo de Comodoro Py, a través de interpósitas personas, para lograr que el Juicio AMIA II (donde se juzga a los encubridores) incluya el sobreseimiento de Beraja, Hugo Anzorreguy, Jorge “Fino” Palacios, Juan José Galeano, Eamon Mullen y José Barbaccia. Fino Palacios es considerado en la calle Pasteur un gran amigo de ambas instituciones a pesar de estar enjuiciado en el encubrimiento y en la causa de las escuchas telefónicas de familiares de las víctimas del atentado. Ninguna de estas instituciones se ha expedido para repudiar el premio que le fue otorgado por “contribuir a la seguridad de la colectividad”. (i) El “equipo jurídico de la DAIA” incluye a Marta Nercellas (una amiga de Fino Palacios con quien intercambió 112 llamadas telefónicas cuando quedó al descubierto la asociación ilícita que mantenía con Ciro James para espiar parientes de la familia Macri y la Casa de Sergio Burstein). (j) La “agencia de prensa” contratada por la DAIA es la empresa Vis a Vis, cuyos propietarios son: Claudio Avruj y el esposo de la ministra de seguridad, Guillermo Yanco. (k) La invitación que realizó el gobierno a un grupo neonazi no mereció ningún comunicado de repudio de la DAIA ni de la AMIA, por el contrario lo justificaron como el producto de un “protocolo muy laxo”. (l) Los posicionamientos de la DAIA y la AMIA en relación a los familiares y amigos (m) de las víctimas del atentado incluyeron en los últimos meses la presión hacia la Secretaría de Derechos Humanos para dar por tierra el subsidio que la Asociación 18J, con que se afrontaba el pago a los abogados de la querella. (n) Fueron parte de el establishment jurídico-político y mediático que culpabilizó –y culpabiliza– al gobierno anterior de ser responsable del supuesto asesinato del fiscal Nisman. (ñ) El ex vicepresidente de la DAIA, Waldo Wolff, hoy diputado nacional de Cambiemos lidera dentro del Congreso Nacional el lobby macartista contra todo lo que suene a “nacional y popular”, buscando encuadrar a los clubes y escuelas asociadas a la DAIA, a una campaña de persecución contra quienes se sienten identificados (al interior de esas instituciones) con cualquier forma de pensamiento nacional y popular.

Una nota periodística de este tipo brinda limitado espacio para detallar y justificar aun más la acertada aseveración “epistémica” de Víctor Hugo Morales (que podría incluir un libro). Quizás sólo reste detenerse en el acápite del comunicado de la DAIA, en donde pretenden “representar” a todos los judíos de este país. Esta es otra de las falsedades con la que se ha buscado engañar a la sociedad toda. La AMIA y la DAIA solo representan a un sector de los argentinos judíos. A su sector más vinculado con los poderes concentrados de nuestro país. Por eso debemos repetir -incluso hasta el hartazgo- que estas instituciones no nos representan. La sociedad y las diferentes formas que asume el Estado deben asumir que hay diferentes identidades judeo-argentinas. Y que gran parte de estos nos sentimos en las antípodas de este furgón de cola del PRO que tiene sede en Pasteur 633.

Al sabio jasídico Menachem Mendel Morgenstern, más conocido como Rabí de Kotzk, se le atribuye la siguiente aforismo: “Para que surja la verdad es necesario, primero, quemar la falsedad”. Si de algo podemos “acusar” a Víctor Hugo es de ser un conspicuo destructor de mentiras. O –para decirlo en lenguaje del Rabí Aizek Jarif–: “La verdad tienen la costumbre de presentarse desnuda, sin la menor vestimenta”.

* Sociólogo, periodista, ex director ejecutivo de la DAIA.

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