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El país|Martes, 20 de septiembre de 2016
Mauricio Macri buscó mostrarse en Nueva York como la contracara del “populismo”

En el plan de quien hizo los deberes

El Presidente habló en la Fundación Clinton y en la Bolsa de Nueva York. En los dos escenarios machacó con algunas de sus frases de campaña con la idea de “volver al mundo” y dejar atrás “la fiesta del populismo”. Al mediodía hablará en la ONU.

Por Nicolás Lantos
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Mauricio Macri compartió escenario con Bill Blinton, Mateo Renzi y Sariq Khan.
Desde Nueva York

Mauricio Macri llevó su libreto de optimismo, entusiasmo y alegría a Nueva York: durante su primera jornada de actividades en esta ciudad, se valió de ese mensaje, de indudable estirpe duranbarbeana, para intentar convencer a líderes mundiales, celebridades y empresarios de primer nivel acerca de la conveniencia de invertir en la Argentina. En un encuentro auspiciado por la Fundación Clinton, por la mañana, y en Wall Street, a la tarde, el Presidente argentino repitió ese discurso e hizo énfasis en la importancia de que “el mundo” apoye a su gobierno en la meta de dejar atrás “décadas de populismo”. Hoy será el turno de su primer discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas, en el que intentará dar la imagen de un país alineado con los intereses de las principales potencias de Occidente.

“Argentina, como saben, sufrió décadas de populismos y las cosas empeoraron mucho durante los últimos diez años. Íbamos directo a otra gran crisis como la del 2001, pero, afortunadamente, los argentinos juntos decidieron un cambio”, dijo Macri ayer en la reunión de la Iniciativa Global Clinton que tuvo lugar en el Hotel Sheraton Time Square y de la, además de Bill Clinton, participaron el primer ministro italiano, Matteo Renzi, y el alcalde de Londres, Sariq Khan. “Creemos que merecemos vivir mejor, queremos volver a ser parte del mundo y cortar con el aislacionismo”, agregó.

Ante un auditorio global, con empresarios y líderes de todo el mundo, el Presidente no tuvo pudor en repetir argumentos de campaña electoral: “Mi meta es alcanzar la pobreza cero”, dijo, haciendo énfasis en “la gran riqueza de recursos humanos y naturales con los que cuenta” la Argentina. “Para cortar con la pobreza hay que crear trabajo, crear un ambiente de confianza y credibilidad y tener reglas de juego claras. Nuestro desafío es ser confiables”, insistió.

Aunque la tan mentada lluvia de inversiones para el país que Macri anunció aún no pasa de algunas promesas, otro tipo de precipitación, más húmeda y habitual, sí se hizo presente en Nueva York tras su llegada. El cielo siguió gris y ayer de a ratos lloviznó sobre una Manhattan más caótica que de costumbre a causa de la masiva presencia de jefes de Estado. Bajo la garúa, la comitiva argentina se movió del hotel The Mark, en el Upper East Side, hacia el Times Square, por la mañana; y de allí al distrito financiero en el Downtown, para asistir a un evento sobre las oportunidades de inversión en el país organizado por el diario económico Financial Times.

La comitiva que acompañó al presidente incluyó a la canciller Susana Malcorra; su alter ego Fulvio Pompeo, secretario de Asuntos Estratégicos y persona de máxima confianza de Macri en cuanto a las Relaciones Internacionales; el jefe de Gabinete, Marcos Peña; el vocero Iván Pavlovsky; el embajador en Estados Unidos, Martín Lousteau; su par ante Naciones Unidas, Martín García Moritán; el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó; y el ministro de Finanzas, Alfonso Prat-Gay, que ayer aseguró, en el evento en Wall Street , que el año próximo Argentina espera emitir entre 10 y 15 mil millones de dólares de deuda (ver página 16).

Ante posibles inversores en la Bolsa de Nueva York, Macri reiteró su discurso de “pobreza cero” y se mostró tan optimista respecto al futuro que aseguró que el oficialismo va a ganar las elecciones de medio término el año próximo, algo clave para conseguir mayorías propias en el Parlamento que le permitan profundizar el rumbo de su gestión. De todas formas, se jactó del acompañamiento que tuvieron sus proyectos legislativos por parte de la oposición y mostró esos logros como un síntoma de que se dejó atrás “la fiesta del populismo”. “Argentina quiere ser un país normal. Es necesario que exista la confianza primero entre el gobierno y sus ciudadanos y luego entre el país y sus inversores”, dijo el mandatario, antes de rematar la reunión con un chiste: “Les voy a preguntar a muchos de acá si están blanqueando”, dijo. En el público de banqueros, empresarios y gestores de fondos de inversión, nadie se rió.

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