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El país|Jueves, 12 de febrero de 2004
LOS PIQUETEROS DE CASTELLS DEJAN TRABAJO Y SE MOVILIZAN AL CONGRESO

Chau al acampe y hola a la marcha

Hoy levantarán la ocupación en el ministerio. El Gobierno considera que fue efectiva su política y los desocupados redoblan la movilización.

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Raúl Castells anunció el levantamiento del campamento en el Ministerio de Trabajo.
Los piqueteros del Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados (MIJD) y del MST Teresa Vive levantarán hoy su campamento en el Ministerio de Trabajo tras siete días de mantenerlo ocupado. Luego de dejar el edificio del Bajo, sobre Leandro N. Alem, confluirán en la movilización al Congreso que había convocado la Asamblea Nacional de Trabajadores (ANT) hace diez días. “Va a ser una marcha muy importante”, prometió ayer Néstor Pitrola, del Polo Obrero. La protesta cruzará la ciudad desde el Obelisco hasta el Congreso con sólo dos reclamos: la nulidad definitiva de la “reforma laboral Banelco” y la devolución de los 257.200 planes Jefes de Hogar que el Gobierno dio de baja por supuestas irregularidades.
La decisión de levantar el “acampe” y hacer coincidir la retirada con la marcha al Congreso –que ya estaba convocada con anterioridad– generó distintas lecturas. En el Gobierno, fue interpretada como una prueba de que habían logrado desgastar el desafío de Castells. En cambio, los piqueteros argumentaron que con el campamento lograron “instalar” mediáticamente un tema que hasta ahora pasaba inadvertido. “El Gobierno está diciendo que nos quebró. Pero nosotros no nos sentimos derrotados: instalamos un tema y generamos un proceso que va a un plan de lucha más fuerte con otras organizaciones. Levantamos esto porque acá no tiene sentido quedarse”, dijo Gustavo Giménez, del MST Teresa Vive.
También Castells aseguró que irse del Ministerio de Trabajo no implica una “claudicación”. “Me importa un rábano lo que piense el Gobierno”, contestó cuando fue consultado. “Vamos a paralizar el país”, amenazó luego para reforzar sus dichos, y agregó que el plan de lucha continuará con nuevas movilizaciones los días 19 y 25 de febrero. Justamente, ayer el Gobierno cargó fuerte contra el dirigente que conoció la fama cuando golpeó a Aldo Rico. “No representa a nadie. Es un cliché caminando, define un cliché, lo pone y lo cuenta, y con eso trata de definir una estrategia política”, dijo de Castells el ministro del Interior, Aníbal Fernández. Fernández conoce bien a Castells desde que fue secretario de Trabajo de la gobernación bonaerense, en la gestión de Carlos Ruckauf.
La confrontación con el líder del MIJD quedó reservada al ministro, porque el presidente Néstor Kirchner prefirió enviar un mensaje conciliador a las organizaciones sociales. Desde Laferrère, donde encabezó un acto junto con los piqueteros Luis D’Elía (FTV) y Juan Carlos Alderete (CCC), Kirchner instó a la “unidad y la tolerancia”. “No nos enfrentemos entre los argentinos –pidió el Presidente desde el barrio María Elena, donde vive Alderete y tiene su núcleo más fuerte la CCC–. A todos aquellos que no están aquí, a todas las organizaciones sociales, piensen como piensen, tengan la idea política que tengan, lo que me interesa es que estemos por una construcción de una Argentina para todos.” El mensaje de Kirchner parecía dirigido a Castells, Giménez y Pitrola.
La imagen de Kirchner rodeado por dos dirigentes piqueteros mientras les pedía “tolerancia” a otros volvió a demostrar que el movimiento de desocupados –que nunca logró estar unido salvo en las movilizaciones contra la represión y con excepciones– quedó escindido por la política del Gobierno. De hecho, mientras en el acto de Laferrère se veían muestras de apoyo a la quita del 75 por ciento de la deuda con los acreedores privados, los otros piqueteros critican a Kirchner por haber acordado con el FMI. También dicen que el Gobierno piensa mejorar la oferta de pago a los bonistas con un “ajuste” en los sueldos y los planes sociales. Por ejemplo, el argumento que esgrime Pitrola es que el Ejecutivo no restituye los 252.700 planes dados de baja por irregularidades, podría conceder otros nuevos por la misma cantidad, ya que existen 900 mil pedidos de planes Jefes de Hogar que están en lista de espera.

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