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El país|Sábado, 27 de marzo de 2004
POR PRIMERA VEZ FUE DESTITUIDO UN DECANO DE LA UBA

Triste debut en Ingeniería

Con 11 votos, el consejo echó al decano Cernuschi y anoche elegía a su sucesor. Los alumnos mantenían tomada la facultad.

Por Javier Lorca
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Un profesor habla ante la asamblea estudiantil que tomó Ingeniería.
Ayer al mediodía Bruno Cernuschi Frías estaba viajando en un taxi cuando escuchó la noticia por radio: el decano de la Facultad de Ingeniería acababa de ser destituido. La información no le llamó la atención sólo porque es la primera vez en los 183 años de historia de la UBA que un decano es destituido, sino especialmente porque él era ese decano. La crisis interna que la facultad donde estudian 10 mil alumnos viene arrastrando desde hace un año y medio sufrió un final largamente anunciado. Con once votos a favor, uno en contra y una abstención, el consejo directivo de Ingeniería aprobó la remoción del decano “por inconducta e incapacidad para el cargo”. Al cierre de esta edición se elegía a su sucesor, Carlos Rosito, profesor y ex secretario de investigación de la facultad. Al mismo tiempo, numerosos estudiantes se manifestaban anoche contra “el golpe de Estado” y mantenían tomada la facultad.
“Esto es un circo. Todo es ridículo –dijo Cernuschi ante una asamblea de estudiantes y docentes–. No tengo ninguna información sobre lo que ha hecho esta gente. Hasta ahora, la secretaría general de la UBA me ha dicho que sigo siendo el decano. La presentación que han hecho en mi contra es nula de toda nulidad.” Antes que él habían hablado varios estudiantes, reclamando la democratización del gobierno de Ingeniería. Y también habían participado los profesores que se oponían a su gestión: “Lo que ha pasado no es un capricho de los profesores. Según el estatuto de la UBA, hay dos razones para echar a un decano: inconducta e incapacidad. Cernuschi Frías cumple con creces con las dos”, dijo Hugo Sirkin.
El decano había sido elegido en marzo de 2002 por la misma mayoría de profesores que ahora impulsó su despido. Las desavenencias aparecieron pronto y siempre fueron en alza. Hasta dejar al decano con el solo apoyo de la mayoría estudiantil (los “chinos” de la Cepa) y la minoría de graduados. Los detractores del decano, a quienes él acusaba de hacer negociados en la facultad, se agrupaban en un bloque políticamente heterogéneo, integrado por radicales, ex frepasistas, cercanos al ARI, independientes y también sectores más conservadores. En septiembre pasado intentaron echar a Cernushi, pero no pudieron: les faltó un voto para alcanzar los dos tercios necesarios (11 sobre 16 consejeros). Con la reciente asunción de los consejeros elegidos en octubre, sumaron los sufragios requeridos. Y volvieron a la carga. El Rectorado de la UBA intentó evitar el desenlace y nombró una comisión mediadora integrada por tres decanos. Llegó a barajarse la posible renuncia de Cernuschi, bajo determinadas condiciones. Pero la negociación fracasó.
La crisis se precipitó por una huelga del personal no docente que duró tres semanas y sólo se levantó ayer, una vez destituido Cernuschi. El proceso de remoción había empezado hace diez días. Ayer, pasadas las 11, el consejo se reunió para dar la última puntada. A favor de la expulsión votaron siete profesores, tres graduados y un alumno. En contra lo hizo un graduado y se abstuvo el vicedecano, Francisco Grasso. Los tres consejeros estudiantiles de la Cepa no alcanzaron a votar, en medio del desorden que sobrevino a su pedido de que fueran elegidos nuevos consejeros profesores para democratizar el claustro.
Para elegir al sucesor de Cernuschi, el consejo convocó para las 18 de ayer a otra sesión. El estatuto fija que el cargo debe ser ocupado por el vicedecano y, en un plazo de 15 días, designarse al nuevo funcionario. En la facultad regía que, para hacerlo, debían aguardarse 48 horas. Esa norma interna fue modificada con el argumento de que “la crisis de la facultad no podía esperar”. Por eso muchos estudiantes cuestionaban la legitimidad del proceso, porque modificó sus reglas en su transcurso. Ese fue uno de los argumentos que expusieron durante la asamblea que convocó el centro de estudiantes para debatir e impedir la sesión del consejo. La misma asamblea, donde se enfrentaron los que defendían a Cernuschi, incluida la FUBA, y sus detractores, resolvió anoche tomar la facultad ubicada sobre Paseo Colón al 800. Los consejeros se mudaron a la sede de Las Heras al 2200 y, al cierre de esta edición, se aprestaban a elegir a Carlos Rosito como decano.

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