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El país|Jueves, 1 de abril de 2004
EL FISCAL PIDiO LA PREVENTIVA DE SAGORSKY POR EL SECUESTRO Y HOMICIDIO DE AXEL

Con conexión directa a la Federal

Jorge Sica cree que el reducidor de autos Jorge Sagorsky está involucrado en forma directa en el caso. Un entrecruzamiento de llamadas detectó que hubo una comunicación con un policía federal en el momento en que se producía el secuestro. Ayer fueron detenidas otras dos personas.

Por Raúl Kollmann
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Juan Carlos Blumberg reiteró ayer su pedido para que se apartara al fiscal Jorge Sica del caso.
El fiscal Jorge Sica pidió el procesamiento de uno de los detenidos por el caso Blumberg, el reducidor de autos Jorge Daniel Sagorsky, como coautor del secuestro y el asesinato. Esto significa que Sica cree que Sagorsky no es un individuo que pretendió comprar el auto de la banda, sino que participó directamente del secuestro y la ejecución del joven. Según fuentes de la pesquisa, en los entrecruzamientos de llamadas de Sagorsky existe una comunicación con un policía federal en el momento en que se estaba produciendo el secuestro. Paralelamente, ayer se conoció la detención de Elena Azucena Barroca, alias La Turca. En su poder se encontraron –extrañamente– un carnet de la prepaga Ansa a nombre de Axel Blumberg y un bolso y documentación pertenecientes a Guillermo Ortiz de Rosas, el ejecutivo de Arcor que fue secuestrado por la misma banda.
El fiscal realiza la investigación corriendo contra el reloj, ya que de un momento a otro se espera que la Procuración lo aparte de la Unidad Antisecuestros de la zona norte. El padre de Axel, Juan Carlos, insiste en que tiene responsabilidad en lo ocurrido por “jugar al cowboy, hacerse el sheriff y actuar como psicópata”. El cuestionamiento de Blumberg es que se actuó con poca cautela y que al ordenar que se tiroteara el Volkswagen Passat en el que iban los secuestradores se arriesgó la vida de su hijo. En La Plata anoche se cuestionaba también a los jefes de la Bonaerense que no salieron a dar la cara y no explicaron hasta ahora cómo y por qué se les escaparon los secuestradores.
Más allá de las polémicas, Sica produjo una sorpresa al pedir la prisión preventiva de Sagorsky, no como cómplice secundario de la banda, sino por participar del secuestro y asesinato de Axel. Hasta el momento, se pensó que el reducidor de autos robados simplemente entró en el negocio de aceptar el Passat que le ofrecía la banda e intentar colocarlo en el submundo de los coches y repuestos ilegales. Sagorsky ya había sido involucrado en ese delito en reiteradas oportunidades y actuó varias veces en sociedad con Alejandro Monjo, un hombre que estuvo más que sospechado por haber comprado la camioneta quemada marca Renault Trafic que luego vendió en forma extraña a Carlos Telleldín y una semana más tarde estalló frente a la AMIA. Por todo ello, Sagorsky tuvo que declarar en el juicio oral por el atentado.
En la investigación del caso AMIA quedaron en claro las vinculaciones de Monjo y Sagorsky con policías federales y, según trascendió ayer, en un entrecruzamiento de las llamadas realizadas por Sagorsky a la hora del secuestro existe una a un hombre de esa fuerza. Más allá de estos elementos, quien tiene ahora la última palabra es el juez federal Conrado Bergesio, que debe aceptar o rechazar el pedido de prisión preventiva que elevó el fiscal.
Otro detenido de importancia sería Gustavo Arroyo, alias Lolo, quien tiene frondosos antecedentes y fue apresado por la SIDE cuando circulaba en forma sospechosa por la zona en la que se iba a pagar el rescate por el secuestro de Axel. A Arroyo le hicieron la prueba de parafina para determinar si había disparado un arma y el resultado fue positivo, de manera que se lo investiga como sospechoso de haber participado del tiroteo entre secuestradores, la policía y la SIDE. Ayer, el abogado de Arroyo, Ruben Jones, denunció que a su cliente la policía lo llevó encapuchado a un descampado, donde fue golpeado duramente. “No sabemos nada de la causa, está el secreto de sumario y ni siquiera nos dijeron cuáles son las pruebas contra él”, sostuvo Jones.
Ayer por la tarde trascendió que otras dos personas fueron detenidas en la zona de Don Torcuato –un epicentro de la industria del secuestro–, aunque Página/12 accedió sólo a la identidad de uno de los apresados. Se trata de una mujer, a la que se le encontraron la documentación de Axel y Ortiz de Rosas. Los hallazgos son llamativos, porque resulta extraño que una integrante de la organización se haya quedado con elementos innecesarios, como es un carnet de obra social, si se tiene en cuenta que se trata de evidencias que queman como fuego porque son indicios del secuestro y el asesinato más resonantes de los últimos tiempos.
Según el diagnóstico de los investigadores, la organización que secuestró y mató a Axel es de cierta envergadura e incursiona en varios delitos. Por de pronto, en la persecución de la noche en que mataron a Axel se desplazaron a 220 kilómetros por hora en el Passat, bajaron levemente el vidrio del auto y dispararon con un fusil FAL –un arma que no suelen usar los llamados “perejiles”– por el resquicio de la ventanilla abierta. En determinado momento, un integrante de la banda sacó un poco más el cuerpo fuera de la ventanilla y disparó contra los policías y agentes de la SIDE con una pistola de grueso calibre. Ahora se sabe que la persecución terminó después de la medianoche. Según parece, media hora más tarde le pegaron a Axel el tiro en la sien.

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