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El país|Martes, 6 de abril de 2004
SOLA CON 19 OBISPOS BONAERENSES

Que recen por él

Tal vez luego de reunirse con 19 obispos bonaerenses Solá tenga tiempo para leer la carta que aquí se publica, de los padres de otro chico de 23 años asesinado en su provincia. Impugnan la política de mano dura y en vez de nuevas leyes reclaman la aplicación de las vigentes.

Por Horacio Verbitsky
El gobernador Felipe Solá se reunirá hoy con 19 obispos de la provincia eclesiástica de Buenos Aires, no está claro si para recabarles asesoramiento como especialistas en seguridad o para pedirles que recen por él. Al mismo tiempo el Congreso Nacional y la Legislatura Bonaerense comenzarán a discutir algunas reformas procesales y penales solicitadas por el papá del chico asesinado en Moreno, Axel Blumberg. Solá dijo que había escuchado el mensaje de la manifestación del jueves último y que la remoción de su ministro Raúl Rivara obedecía a que había polemizado con el señor Blumberg padre.
Ayer se conoció también una carta dirigida a los gobernantes por Raquel y Jorge Witis, los padres de otro chico de 23 años asesinado, en este caso por las balas policiales. El 21 de septiembre de 2000, policías de San Isidro mataron al profesor de música Mariano Witis, tomado de rehén por los asaltantes de un banco. También quitaron la vida a uno de los asaltantes, Darío Riquelme. “¿Hasta cuándo utilizarán las mismas respuestas: endurecimiento de las penas, bajar la edad de imputabilidad en los delitos?”, preguntan los padres de Mariano, quienes afirman que “no hay soluciones mágicas para problemas complejos, para resolver la violencia y la inseguridad son muchos los factores que intervienen y por tanto se debe atacar por varios frentes. Sufrimos en carne propia lo que significa la ‘mano dura’, responsable de la muerte de Mariano y de tantos jóvenes que han sido fusilados en la provincia de Buenos Aires. Mientras jueces y fiscales no sancionen a los delincuentes con o sin uniforme por el delito cometido, mientras se valoren más los bienes materiales que la vida, mientras un ladrón de bancos sea condenado a 14 años y un ex policía que fusila a dos jóvenes por la espalda sea absuelto por la muerte del ladrón y condenado a 8 años por la muerte del rehén seguiremos enterrando a nuestros hijos. Los hombres deben ser condenados por la acción que produjeron, con una condena acorde al daño producido y no por su apariencia, que lleva muchas veces a que funcionarios policiales agreguen o modifiquen la prueba para justificar lo injustificable”.
Las madres de Witis y Riquelme asistieron juntas al juicio oral contra el cabo bonaerense Rubén Champonois. Consideraron “discriminatoria” la sentencia, ya que ninguno de los dos chicos había atacado al policía. “La mano dura –agregan los Witis– sólo profundiza los índices de violencia y aumenta la muerte en las calles, porque legitima el crimen como método para combatir el delito; porque pone en riesgo la vida de los rehenes en los secuestros. Y algunos de los legisladores, que hoy están, han impulsado la mano dura, y aunque no lo quieran, son los responsables intelectuales de los asesinatos de cientos de jóvenes. Hay muchas organizaciones de derechos humanos que han realizado estudios serios, con estadísticas reales y un análisis profundo de la realidad que nos toca vivir, que han dicho y demostrado hasta el cansancio que el endurecimiento de las penas no baja los índices del delito. Hay muchos familiares que salimos a luchar a pesar del dolor de haber perdido un hijo para que se produzcan cambios de fondo y no de formas. Lo que hace falta es que las instituciones funcionen, que los funcionarios, judiciales y policiales actúen responsablemente, respetando y haciendo respetar la ley a todos por igual, si alguien comete un delito aberrante que sea castigado con el máximo de la pena y que sea de cumplimiento efectivo, se debe respetar el espíritu con el que la ley fue creada. Empecemos por cumplir las leyes que tenemos, si bien es real que algunas modificaciones son necesarias, para poder establecer en donde fallan y qué hay que corregir, es poco serio decir que algo no sirve si no fue probado en su totalidad por su deficiente aplicación. Si no seguiremos como siempre, en las cárceles estarán los perejiles y en la calle los grandes delincuentes, amigos del poder, integrantes de las mafias. Las cárceles deben servir para privar dela libertad a los que delinquieron, pero deben ser lugares dignos, donde los presos puedan y deban trabajar, donde sean reeducados para que al cumplir la condena puedan vivir en libertad respetando la ley; darles la posibilidad al salir de encontrar trabajo para que no vuelvan a delinquir. Actualmente por el estado y el trato carcelario sólo pueden salir seres resentidos. Todos debemos tener la oportunidad de cambiar, de ser mejores, aun el que asesinó a nuestro hijo. Señores Legisladores no nos mientan más, no se mientan más, no traten de vendernos espejitos de colores, háganlo por los hijos que son el bien más preciado que tenemos aquí en la tierra.”

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