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El país|Sábado, 10 de abril de 2004
INTERNARON A KIRCHNER EN SANTA CRUZ POR UN MALESTAR GASTRICO

Descanso obligado para el Presidente

Fue una gastroduodenitis hemorrágica provocada por un calmante para el dolor que le provocó un tratamiento odontológico.

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Luis Buonomo, médico personal de Kirchner, fue el encargado de explicar qué le ocurrió.
Tiene una gastroduodenitis hemorrágica provocada por la ingesta de calmantes para los dientes.
Néstor Kirchner fue internado ayer en el Hospital de Río Gallegos con un cuadro de gastroduodenitis hemorrágica y deberá permanecer en reposo por lo menos hasta mañana. El Presidente se había descompuesto en la noche del jueves, mientras descansaba con su familia en El Calafate y en la mañana de ayer decidieron trasladarlo a la capital santacruceña.
Su médico personal, Luis Buonomo, explicó que el mandatario presentaba un cuadro de “gastroduodenitis erosiva secundaria”. En otras palabras, una inflamación aguda del estómago y el duodeno, producto de la ingesta de un medicamento con el cual buscaba amenguar el dolor que le produjo un tratamiento odontológico.
El medicamento en cuestión es el antiinflamatorio Kerotolak que –según Buonomo– “le trajo efectos colaterales adversos, no deseados”, como pequeñas lesiones en la mucosa del interior del estómago. La gastroduodenitis puede ser producida por un germen, el stress o la ingesta de alcohol. Pero no se trata de una patología grave.
Luego de ser sometido a diversos análisis de sangre y a una endoscopia (una microcámara que se introduce por la boca a través de una sonda y que permite observar por un monitor el interior del estómago), Kirchner quedó internado en observación permanente.
–¿Con qué lo están tratando? –le preguntaron al médico personal.
–A través del suero se le está suministrando Omeprazol –señaló el profesional.
El Omeprazol y la Ranitidina son los genéricos que habitualmente se utilizan para estos casos ya que protegen la mucosa gástrica inhibiendo la secreción de ácidos. Se informó, además, que se le proveyeron sedantes para que pueda descansar y se le hicieron transfusiones de sangre.
La preocupación por la salud del Presidente fue in crescendo con el correr de las horas. El jueves por la noche había sentido náuseas, luego vómitos, baja de presión y deposición fecal con sangre, producto de las lesiones en el estómago. Por eso se internó en el Hospital de El Calafate y preventivamente ayer, cerca del mediodía, finalmente fue trasladado en avión a Río Gallegos.
Como parte del operativo de seguridad, del que participaron la Policía Federal, la Policía Aeronáutica nacional y la policía de Santa Cruz, se cortó un tramo de la ruta nacional 3 para facilitar la circulación de la ambulancia que trasladó a Kirchner desde el aeropuerto al hospital. Ese trayecto lo hizo junto al gobernador de Santa Cruz, Sergio Acevedo, y el vicegobernador Carlos Sancho. Luego se sumó el jefe de la SIDE, el coprovinciano Héctor Icazuriaga.
Ya en el hospital, e inmediatamente después de los análisis, Buonomo brindó detalles a la prensa junto al director de la institución, Fernando Peliche, y el subsecretario provincial de Salud Pública, Ricardo Martínez.
En ese sentido, Buonomo informó que el Presidente no viajará a Buenos Aires para seguir con su recuperación ya que el nosocomio de Río Gallegos es de alta complejidad. Kirchner lo conoce puesto que, en épocas que no habitaba la Casa Rosada, estuvo internado allí para someterse a una intervención quirúrgica.
El mandatario no presenta enfermedades crónicas. Y, una vez que le den el alta, deberá cumplir una dieta estricta, dejando de lado por un tiempo el alcohol, el café y los picantes, entre otras cosas. Obviamente, también quedará privado del tradicional huevo de Pascua. En su entorno dicen que eso no es problema ya que Kirchner es adepto a las comida frugales, especialmente las ensaladas.
El Presidente se encuentra en una sala común –la habitación 214 del segundo piso– en compañía de su esposa Cristina Fernández de Kirchner y sus hijos Máximo y Florencia. Si bien al principio corrió el rumor de que podría estar hospitalizado durante 10 días, su médico estimó –“siempre dependiendo de su evolución”– que mañana mismo se le podría dar el alta, o al menos el alta transitoria. Hasta ahora, en el Gobierno no se anunciaron cambios de planes en la agenda oficial. Y ayer mismo se seguía informando que Kirchner y su par boliviano, Carlos Mesa, firmarán el martes en Jujuy un acuerdo para la compra de gas del país limítrofe que servirá para aliviar la crisis energética que sufre la Argentina.

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