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El país|Miércoles, 28 de abril de 2004

Exhumaron a un ex gobernador buscando pruebas contra Juárez

Se trata de César Iturre, un peronista opositor a Juárez en Santiago. Murió en forma dudosa, en 1997, en Asunción.

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César Iturre gobernó Santiago entre 1987 y 1991.
La autopsia a la que fue sometido ayer el cuerpo del ex gobernador santiagueño César Iturre deberá confirmar o desmentir si existió alguna conexión entre su muerte y el aparato de persecución que funcionaba durante el juarismo. Iturre, un justicialista opositor al caudillo Carlos Juárez, fue encontrado muerto en 1997 mientras estaba exiliado en Paraguay y el juez federal Angel Toledo ordenó la exhumación de sus restos por pedido de su familia, que asegura que el ex gobernador fue asesinado. “A mi padre lo mataron con una inyección letal, en un departamento en el que vivía solo, después de las tareas de espionaje realizadas por policías santiagueños”, asegura su hijo.
El cadáver de Iturre fue exhumado durante la mañana por miembros del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) que trabajan en Santiago del Estero. El procedimiento se realizó en un bóveda del cementerio La Piedad, y fue seguido de cerca por el juez federal Toledo, quien lleva adelante la investigación. El magistrado dispuso luego el traslado de los restos hacia la morgue judicial del Hospital Independencia, donde se practicaron las pericias que permitirán determinar las causas del fallecimiento del ex gobernador justicialista.
Además de los estudios que se realizarán en Santiago del Estero, algunas muestras del cuerpo recogidas durante la autopsia serán enviadas a Buenos Aires. Toledo explicó en el cementerio que “debido al tiempo transcurrido” desde la muerte de Iturre, es difícil de precisar cuándo se conocerán los resultados de estos estudios. Otras fuentes judiciales señalaron a Página/12 que “en trámites similares, las conclusiones se han demorado al menos 45 días”.
César Iturre, hijo del ex gobernador fallecido, reafirmó ayer sus sospechas de que detrás de la muerte de su padre estuvo la sombra del aparato de inteligencia juarista. “Lo mataron con una inyección letal, luego de tareas de espionaje para localizarlo en Paraguay”, señaló.
Iturre –gobernador entre 1987 y 1991– fue encontrado muerto en un departamento de la capital paraguaya en abril de 1997, donde se había exiliado luego del retorno del juarismo al poder y denunciaba ser víctima de una persecución política. Cuando fue hallado su cuerpo, los partes médicos establecieron que se trataba de deceso por muerte natural.
Cuando comenzó a salir a la superficie la red de espionaje tejida por el régimen que gobernó durante medio siglo la provincia, el ex comisario Antonio Musa Azar –detenido por el crimen de La Dársena– reconoció que se habían realizado tareas de inteligencia sobre los movimientos de Iturre durante los días previos a su fallecimiento. A estos dichos se sumaron los de la abogada de la familia de Raquel Llobet, abogada de Patricia Villalba, una de las víctimas del caso que puso en jaque a los Juárez. Llobet dijo tener “pruebas y testigos” para demostrar que a Iturre lo habían asesinado “por orden de Nina Aragonés de Juárez”. Frente a estos testimonios y otras versiones que apuntaban en el mismo sentido, la familia del ex mandatario decidió presentar una denuncia ante la Justicia Federal de Santiago.
Entre las pruebas presentadas por su hijo –que es abogado– se destacaron las declaraciones de un testigo de identidad reservada que confirmó que Iturre “fue sometido a tareas de inteligencia y espionaje veinte días antes de aparecer muerto”. “De acuerdo con las pruebas y los testimonios que fueron incorporados a la investigación que lleva adelante Toledo, estamos convencidos de que se trató de un asesinato”, denunció el joven letrado ante la Justicia.
El hijo del ex mandatario señaló, además, que al frente este trabajo sucio estaban “el ex jefe de Policía Tomás Lescano y el comisario José Genaro Ramírez”. Y esta versión fue apuntalada por Héctor Muratore, un abogado que trabajaba con la policía local y que en un relato de más de tres horas ante el fiscal federal Alberto Pravia detalló los rumores sobre la suerte del ex mandatario provincial muerto. “Yo le conté a Pravia de lo que me había comentado Ramírez sobre el seguimiento y persecución deIturre, y sobre las versiones que hablaban de una inyección letal o de potasio”, recordó a Página/12. Muratore explicó además que en Santiago todo funcionaba de manera vertical, y que Ramírez respondía directamente a Musa Azar, el hombre fuerte de la inteligencia juarista.

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