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El país|Domingo, 20 de junio de 2004
LOS SECTORES PIQUETEROS EVALUAN LA TOMA DE MCDONALD’S DEL VIERNES

Debate por la estrategia del big mac

El Gobierno criticó a Castells por las ocupaciones de los restaurantes. López Murphy pidió “instrucciones a las fuerzas de seguridad”. Y desde el interior del movimiento hubo voces que entendieron, pero tomaron distancia, otras que apoyaron y otras que criticaron la “intencionalidad política” del gesto, en un día de marchas de protesta.

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El MIJD de Raúl Castells ocupó el viernes nueve McDonald’s pidiendo libros y leche en polvo.
Cuando el Movimiento de Raúl Castells ocupó en febrero el hall del Ministerio de Trabajo durante siete días, despertó reacciones en cadena: cierta indiferencia del Gobierno, rechazos y apoyos desde otros sectores, y además un debate en el seno del arco piquetero sobre los alcances, ventajas y beneficios de este tipo de acciones. La toma de nueve locales de McDonald’s que el MIJD realizó el viernes tuvo un rebote similar. Sólo que en esta oportunidad el Gobierno no se quedó callado (ver nota aparte), y hubo sectores empresariales y dirigentes como Ricardo López Murphy que pidieron mayor control sobre estas medidas de reclamo. La primera bola del día la lanzó Juan Carlos Alderete. El titular de la CCC buscó desde temprano despegarse de Castells y lo trató de “sectario” (ver aparte). Detrás de él, los distintos sectores piqueteros marcaron sus posiciones sobre la toma que el MIJD realizó en nueve locales de la cadena estadounidense de Capital y Gran Buenos Aires, en reclamo de libros y leche en polvo para comedores populares.
El representante del MST Teresa Vive, Gustavo Giménez, salió a su vez al cruce de las críticas hacia el sector piquetero por parte de miembros del gabinete, y llamó al Gobierno “a preocuparse por resolver el grave problema de la desocupación”.
“Desde los medios y desde la derecha, se está magnificando un hecho menor para pasar por alto el enorme alcance de la semana federal de lucha que unificó al movimiento piquetero, y que finalizó el mismo día que las tomas de los locales con una movilización multitudinaria”, explicó a Página/12 el líder del Polo Obrero, Néstor Pitrola.
Uno de los destinatarios de sus palabras era el titular de Recrear, Ricardo López Murphy, quien salió públicamente a exigir acciones de control sobre medidas como la toma de entidades privadas o edificios públicos, a las que calificó de “actitudes selváticas”. López Murphy señaló que el gobierno nacional debería “dar instrucciones a las fuerzas de seguridad para que no se permita que arrojen bombas incendiarias en las empresas o que se tomen locales”. Estas palabras se alinearon con el repudió que el viernes por la noche había expresado la propia empresa. Y coincidieron además con las voces de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas, que días atrás plantearon el mismo punto ante el ministro de Justicia, Gustavo Beliz.
“Distintos sectores de la derecha aprovechan algo como la toma de un edificio o una movilización para pedir represión, y es lógico, siempre lo han hecho. Pero lo que le dijeron esos empresarios a Beliz –que los inversores no van a venir por temor a las protestas– es una estupidez: esos mismos inversores hoy están invirtiendo fortunas en Irak, en plena guerra”, aseguró Roberto Martino, integrante del Movimiento Teresa Rodríguez, quien señaló que la discusión no pasa por la metodología de lucha sino por el reclamo justo. Martino fue uno de los protagonistas de la manifestación del 12 de mayo en la puerta de la sede porteña de Repsol-YPF, que terminó con un incendio del frente de la petrolera. Casi un mes después, el MIJD de Castells también tomó ese edificio para exigir garrafas de gas.
Juan Cruz Daffunchio, integrante del MTD Florencio Varela, reivindicó la metodología, pero con alguna salvedad, y criticó la actitud “efectista” de Castells. “Nosotros apoyamos las medidas de fuerza, sean un corte o una toma, pero también decimos que no se debe abusar de una u otra. Lo que es claro es que Castells es el más fácil de estigmatizar y por eso todos se toman de él, y que él mismo además busca figurar, por eso no eligió un día cualquiera, sino que coincidió con la movilización del resto de las agrupaciones”, aseguró.
Por su parte, el sector piquetero que tiene una relación más cordial con el Gobierno también se sumó a la polémica. El más duro fue el líder de la FTV, Luis D’Elía, quien agregó algunos condimentos políticos. “Estas actitudes beligerantes –dijo a Página/12– evidentemente Castells no las hace solo. Cada vez que se tensa la relación Kirchner-Duhalde aparece élen escena haciéndole los mandados a su jefe, Eduardo Duhalde, que lo manda a confrontar con el Presidente y que lo asiste con gran cantidad de recursos de la provincia de Buenos Aires, ya sea alimentos, planes o micros.”
El otro kirchnerista que expresó su opinión fue el dirigente Edgardo de Petris, hombre de máxima confianza del Presidente, y uno de los líderes del Frente Transversal Nacional y Popular, un ensayo piquetero apadrinado por el ministro de Planificación, Julio De Vido. “Este tipo de acciones -señaló– se inscribe dentro de una estrategia política parada en oposición al Gobierno, que hace hechos políticos de desgaste e intenta gestar una nueva conducción, una nueva organización desde donde disputar poder y representación no sólo al Gobierno, sino a las centrales de trabajadores.”
Informe: Alfredo Ves Losada.

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