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El país|Jueves, 9 de septiembre de 2004
DENUNCIA DE LA SECRETARIA DE DD.HH. BONAERENSE

Buscando centros clandestinos

“Los partidos de Tandil, Azul, Las Flores y Olavarría fueron severamente castigados por la represión. Allí se secuestró, se torturó y se mantuvo a hombres y mujeres ilegítimamente privados de su libertad, de muchos de los cuales hoy se desconoce su paradero.” Esta es la forma con la que el informe Nunca Más de la Conadep describe el terror que se desplegó en la región centro de la provincia durante la dictadura. Para conocer más a fondo el circuito represivo que operó en esa zona, la Secretaría de Derechos Humanos bonaerense presentará hoy una denuncia judicial para identificar siete centros clandestinos de detención que funcionaron en esas localidades.
La Secretaría impulsará una investigación similar a la que permitió confirmar el funcionamiento de varios centros clandestinos en la zona de Campana, Escobar y Zárate, a partir del reconocimiento realizado por ex detenidos. El organismo provincial se presentará como denunciante ante el juzgado federal de Azul, a cargo del juez Juan José Comparato, y la querella estará en manos de organismos de derechos humanos de la zona y familiares de víctimas.
Según indican los testimonios prestados por sobrevivientes ante la Conadep y ante la Secretaría de Derechos Humanos bonaerense, existen en la zona al menos siete sitios sin identificar en los que el terrorismo de Estado desplegó su mecanismo de tortura y muerte.
Los lugares señalados son la Brigada de Investigaciones que la Policía Bonaerense posee en la localidad de Las Flores, el destacamento militar Sierras Bayas o Monte Pelone y la Comisaría de Olavarría, la Unidad Regional policial de Azul, la vieja Estación de Ferrocarriles de Azul, el predio conocido como La Huerta en Tandil, y la Base Aérea Militar ubicada en esa ciudad.
A partir de esta denuncia, varios sobrevivientes podrán realizar relevamientos e inspecciones oculares en esos sitios para corroborar si se trata de los mismos lugares en los que estuvieron detenidos. Este tipo de trabajo fue el que permitió identificar, entre otros, los centros de tortura que funcionaron en el Tiro Federal y en el predio de la Fábrica Militar de Tolueno Sintético de la ciudad de Campana (donde estuvieron desaparecidas cientos de personas), y en la comisaría de Escobar, en la que Luis Abelardo Patti dio sus primeros pasos con el uniforme de la Policía Bonaerense.

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