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El país|Jueves, 20 de enero de 2005

Desde París, Felipe Solá advirtió que no tiene “nada que negociar”

Luego de la interna abierta en la provincia, el gobernador mantuvo ayer una larga conversación con el Presidente. Dijo que volverá a enviar a la Legislatura su proyecto de presupuesto original, pero que ahora conversará con senadores y diputados.

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El gobernador Felipe Solá caminó junto al presidente Kirchner por las calles parisinas.
Por S. M.
Desde París

La inclusión del gobernador bonaerense Felipe Solá en la comitiva presidencial no pasa inadvertida, ni lo pretende. Si bien en el Gobierno sostienen que estaba dispuesta con antelación a que Solá vetase la Ley de Presupuesto que le votó la Legislatura, cincelada por el duhaldismo, las miradas estuvieron puestas en él y en otro actor de esta confrontación, el jefe del bloque de diputados nacionales del PJ, José María Díaz Bancalari, también titular del PJ bonaerense por obra y gracia de Eduardo Duhalde. Algunos integrantes del gabinete se solazaron y chancearon con los dos, como si se fuesen a enfrentar en un ring; otros prefirieron comentar con ironía que jugaron al truco juntos, armando pareja. Sin embargo, con la tinta de la firma del veto al presupuesto provincial aún sin secarse, Solá ratificó su estrategia. Dijo que enviará nuevamente a la Legislatura provincial la Ley de Presupuesto primigenia, con la salvedad de que esta vez hablará con los diputados y senadores –peronistas y radicales, aclara– si así lo solicitan. Y aclaró que hablar no significa negociar, acción que está dispuesto a llevar adelante también con Duhalde. “A conversar –dice– porque no tengo nada que negociar”.
A continuación, los tramos salientes de una conversación con el gobernador, que ayer se paseó muy orondo por las calles de París, encabezando la caravana de funcionarios, del brazo con el presidente Néstor Kirchner en una larga, larga, conversación bajo un cielo plomizo pero más amable que el de la provincia de Buenos Aires.
–¿Cómo sigue esta compulsa en la provincia de Buenos Aires?
–Ahora va a tener un respiro de 4 o 5 días, porque no estoy allá. Cuando regrese, se verá. Lo que quiero es que se entienda que esta no es una pelea de cajas negras, ya que por caja negra se entiende algo espurio, fondos espurios. El presupuesto de la provincia no es una caja negra, en el Poder Ejecutivo no hay cajas negras.
–Ese concepto surgió cuando un grupo de legisladores provinciales que le responden acusaron que el aumento del presupuesto de las cámaras provinciales era para pagar la interna.
–Es cierto. Pero aquí hay otra cuestión. Lo que se discute con el presupuesto es si tengo las atribuciones que tuvieron todos los gobernadores que me antecedieron y que a nivel nacional tiene el jefe de Gabinete, o no. Esa es la discusión de fondo.
–Ahora que vetó la Ley de Presupuesto, ¿qué piensa hacer?
–Vamos a volver a enviar al Parlamento la misma Ley de Presupuesto que habíamos enviado en su momento. Esta vez, estamos dispuestos a dialogar con los legisladores antes de cerrar la discusión. Reconozco que en aquella oportunidad no hubo diálogo, aunque no de mi parte.
–Es más saludable...
–Sí, lo sano es lo que no ocurrió aquella vez, que es tener una discusión plena con cada legislador. Ahora, tenga en cuenta que, con la excepción del ministro de Obras Públicas que debió ir a explicar un tema, ningún ministro fue citado por los legisladores de sus respectivas comisiones para conversar, para preguntar, para enterarse. Ni siquiera el ministro de Economía.
–¿Ustedes no los llamaron?
–Cortaron los teléfonos. No hubo respuesta de las comisiones respectivas. Mi convicción es que o yo gobierno con todas las atribuciones que tuvieron los gobernadores que me antecedieron, o con las que tiene el jefe de Gabinete de la Nación, que es manejar cotidianamente el presupuesto para resolver los problemas cotidianos de la gente, o no soy un gobernador pleno. Y la gente no quiere eso; la gente no quiere que haya un cogobierno con legisladores que son telecomandados de afuera. Esta es la discusión.
–Usted gobierna desde hace tres años...
–Sí, gobierno desde hace tres años y, desde que el 3 de noviembre pasado planteé una idea política que tiene que ver con el futuro, y eso que lo dije con moderación, comenzó a pasar esto. Yo me pregunto, ¿qué culpa tiene el habitante de la provincia de Buenos Aires que lo castigan por una opinión mía sobre quién debe ser el candidato a senador nacional por la provincia?
–¿Ahora está dispuesto a negociar?
–No. Estoy dispuesto a conversar, no a negociar. Yo no tengo nada que negociar.
–Hoy usted estuvo hablando de esto con el presidente Néstor Kirchner, ¿qué le transmitió?
–El Presidente me transmitió su deseo de que haya independencia en las acciones políticas y la mayor coordinación en la implementación de políticas prácticas, en obra pública, acción social y seguridad, entre otras áreas. Pero en el plano de las ideas y la discusión política, independencia.
–¿Le dio su apoyo o sintió que en ésta no lo acompañó?
–Nunca me dijo qué tenía que hacer en decisiones de fondo. Nunca tomé estas decisiones apoyado en el Presidente. Yo no me recuesto en el Presidente, yo asumo mis propios riesgos.
–¿Ahora se siente respaldado por Kirchner?
–En lo personal, sí, me siento respaldado por el Presidente.
–¿Y con Duhalde? ¿La relación está cortada?
–Ninguna relación está cortada. Si es necesario hablo con Duhalde, pero no voy a negociar nada porque no hay nada que negociar.
–¿Alguien está mediando actualmente en esta pelea?
–Nadie está mediando.
–En la comitiva está el jefe del bloque del PJ de diputados nacionales y presidente el PJ provincial, José María Díaz Bancalari. ¿Va a conversar con él?
–Trataré de hablar con Díaz Bancalari en esta gira. El también tiene una responsabilidad en todo esto: es el presidente de un bloque que le otorgó esos poderes en el presupuesto nacional al jefe de Gabinete y presidente de un partido que me los negó a mí en la provincia.
–¿No están pagando costos muy altos?
–Hubiese habido más costos si no habría tomado la decisión de vetar el presupuesto. Yo no quiero ser un títere, la gente no quiere un títere en el gobierno. La historia les guarda un lugar oscuro a los títeres, me viene a la memoria Fernando VII.

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