Eduardo Duhalde se reunirá con su tropa los primeros días de febrero para decidir cómo seguir la pulseada con Felipe Solá. Luego de la semana de vacaciones que se tomará con su mujer Chiche, el ex mandatario establecerá con sus legisladores los parámetros de la negociación que iniciarán con el gobernador bonaerense para definir la nueva Ley de Presupuesto.
Duhalde concluyó su actividad oficial el jueves, apenas culminó la cumbre con el presidente Venezolano, Hugo Chávez. Ayer aún no tenía claro dónde pasará las vacaciones. Originariamente, Chiche iba a viajar con él a Caracas. Pero razones familiares modificaron el plan.
Concretamente, nadie sabe dónde pasará los próximos diez días, pero sí lo que hará a su regreso. Ya le avisó al presidente de la Legislatura, Osvaldo Mércuri, que se encontrarán –probablemente también junto a la vicegobernadora Graciela Giannettasio– para fijar criterios de negociación en la pelea por la Ley de Presupuesto.
En su afán de mostrar autoridad, Solá remarcó que la convocatoria al duhaldismo no es a una negociación sino al diálogo. Pero todos saben que lo que habrá será mucho más que un intercambio de palabras. De no ser así, Néstor Kirchner no se hubiese involucrado en el tema pidiendo al duhaldismo que no le ponga obstáculos al gobernador. El Presidente habló desde París, a donde se llevó de viaje a Solá. Todo un gesto.
Hasta ahora, la orden del ex mandatario es desdibujar la idea instalada por el felipismo sobre un intento de golpe institucional. Por eso su tropa salió a dar garantías de “gobernabilidad” a Solá, trasladando la pulseada que se vislumbró en la Legislatura a un plano partidario.
Nadie cree que el gobernador y el jefe de la bancada de diputados del PJ, el duhaldista José María Díaz Bancalari, resuelvan las cuitas bonaerenses en París. Pero sus contactos podrán ser admitidos como los primeros luego del quiebre que se generó entre ambos sectores tras el veto total de Solá a la Ley de Presupuesto.
Desde La Plata, ayer se informó que el gobernador enviará una nueva Ley a la Legislatura y que mantendrá entre el martes y el miércoles de la próxima semana una reunión con referentes de la oposición a fin de abordar la conflictiva “ley de leyes”. Recién después se organizarán encuentros con los representantes de duhaldismo, probablemente –y a pesar de los cruces verbales– con Mércuri y el jefe de la bancada de Diputados Juan Garivoto.
Duhalde está decidido a defender a uñas y dientes su poder territorial. Y amenaza por lo bajo con castigar a los rebeldes, entre los que incluye a Solá. Hay otras señales de la ira duhaldista. En La Matanza, al intendente felipista Alberto Balestrini le llenaron las paredes con la proclama “Chiche conducción”. Desde que Balestrini lo calificó de “señor feudal”, Duhalde lo tiene entre ojo y ojo. Claro que en el discurso público, el ex presidente dice que este tipo de peleas avergüenzan al justicialismo.
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