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El país|Lunes, 21 de febrero de 2005
EDUARDO SGÜIGLIA, EX DIRECTOR DEL ORSNA

“La PAN no tiene nada que hacer en Ezeiza”

“El dueño de una compañía aérea no puede ser el administrador del aeropuerto”, asegura el ex director del organismo de control. Plantea que lo fundamental es “la correcta delimitación de funciones”.

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El affaire de las valijas repletas de cocaína que viajaron a España en un vuelo de línea dejó al descubierto fallas estructurales en el sistema aeroportuario, como accionistas de compañías aéreas que controlan depósitos fiscales y una fuerza militar a cargo de la seguridad. Eduardo Sgüiglia, ex director del Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos (Orsna), analizó con Página/12 los puntos oscuros que –“más allá de las responsabilidades y las acciones individuales”– permitieron que ocurriera un caso de ese tipo en la terminal aérea más importante del país. “Hay mucho que corregir luego del incidente –dijo–, pero hay una cosa que quedó en claro: la Policía Aeronáutica tiene que salir inmediatamente de Ezeiza, no tiene nada que hacer como policía controlando el tráfico de mercancías o de pasajeros.”
–¿Cuál es el punto más débil del Sistema Aeroportuario Argentino?
–No es ni un scanner, ni un agente corrupto, sino que no existe una correcta delimitación de funciones, responsabilidades y competencias entre los distintos organismos y actores que intervienen en el sector. No puede existir, por ejemplo, un administrador aeroportuario (sea quien sea) que a su vez tenga el control de los depósitos fiscales, y que además esté involucrado en líneas aéreas y en el control de tráfico de pasajeros. No debería haber actores que intervengan en todas esas etapas.
–¿Qué sucede en el exterior?
–Están divididas claramente las actividades que se desarrollan: quien es accionista de una compañía aérea no puede participar en la administración de un aeropuerto, eso es insólito.
–Es el caso de Eduardo Eurnekian.
–Sí, pero más allá de la figura de Eurnekian, creo que el sistema presenta demasiadas fisuras y pocas delimitaciones de competencias. Hay un fenómeno que tiene que ver con la tercerización de las tareas de seguridad, sobre las que existe un control no muy eficiente.
–¿Cómo funciona la seguridad en el resto del mundo?
–El control de la seguridad no está a cargo de una policía que dependa de un organismo militar como la Fuerza Aérea, que debe controlar otras áreas, especialmente el espacio aéreo. En el caso de la emisión de credenciales, por ejemplo, debería participar una fuerza de seguridad como la Policía o la Gendarmería, que además pueda cruzar datos sobre la circulación de pasajeros y cargas con datos internacionales. Para eso haría falta además optimizar los sistemas de scanners y cámaras, pero eso viene después.
–A partir de su paso por un organismo de control y su conocimiento de la operatoria aeroportuaria, ¿cree posible que el de las valijas sea un caso aislado sin conocimiento de las autoridades de la compañía o de Ezeiza?
–Yo insisto en que –más allá de los personajes involucrados– es obvio que hubo una falla en los controles, e insisto en que eso pasó por la forma en la que está organizado el sistema de aeropuertos en la Argentina, que deja muchos huecos y permite el desarrollo de este tipo de actividades de contrabando.
–En el ámbito internacional, donde al parecer las tareas están bien delimitadas, también existen casos de contrabando.
–Es cierto, pero creo que de ese modo las barreras que se plantean son más infranqueables. Y además es más sencillo determinar las responsabilidades en un hecho de ese tipo o en cualquier actividad ilícita. Hoy el problema llega a tal punto que la empresa se lanza acusaciones cruzadas con la Fuerza Aérea, y nadie puede establecer cuál fue la que –en el mejor de los casos– falló.
–¿Por qué el sistema alcanzó este grado de desorganización?
–Creo que se mezcla el trabajo intencionado de bandas que se dedican a actividades ilícitas con la falta de atención del Estado en algunos aspectos. Lo cierto es que hoy existe una anarquía de los actores de la actividad aeroportuaria.
–¿Cómo se revierte esa situación anárquica?
–Después de delimitar cada competencia y responsabilidad, el Estado tiene que establecer quién debe controlar que las distintas actividades derivadas de esas competencias y responsabilidades se desarrollen correctamente: de otro modo hay muchas manos en el plato. El Estado debe velar por la seguridad de los pasajeros y el control del tráfico y hacer responsable del control a un organismo o institución. En otros países esa función la cumple lo que sería la Policía Federal o la Policía Aduanera, y acá lo hace la Policía Aeronáutica, como sólo sucede en China y en Nigeria.
–¿Y qué debería pasar entonces con la PAN?
–Debería salir inmediatamente del aeropuerto. Creo que a esta altura de la historia, la Policía Aeronáutica no tiene más nada que hacer, ni siquiera como institución. Porque incluso temas como control del espacio aéreo están exclusivamente en manos de los cuerpos técnicos de la Fuerza Aérea. Creo que es una buena oportunidad –teniendo en cuenta la decisión que ha mostrado el Presidente– para resolver a fondo este problema, que ya lleva varias décadas desde que la dictadura le hizo esa concesión a esta rama de la Fuerza Aérea.

Entrevista: Alfredo Ves Losada.

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